Regional
Gustavo Cañizález Jr con pasta para lanzar en las Grandes Ligas
13 de agosto de 2023
Desde los tres años empezó en el béisbol de los Criollitos, y con 17 recién cumplidos, el 20 de julio pasado, aún se mantiene en la Corporación, siempre dando que hablar arriba de la lomita. Su sueño es jugar en cualquiera de las ligas de béisbol profesional del mundo
Homero Duarte Corona
Venezuela se ha caracterizado por ser un país beisbolero por excelencia, desde siempre la pelota caliente ha sido el pasa tiempo preferido de los nacidos en la patria de Bolívar.
Esta nación caribeña, sempiterna exportadora de peloteros a las Grandes Ligas, una larga fila de enumerar; sin embargo existen nombres y hombres emblemáticos que han brillado con luz propia, en el pasado y en la actualidad.
La historia se remonta a 1939, cuando debutó en la gran carpa el primer jugador criollo, Alejandro “El Patón” Carrasquel, a la postre quien le abrió las puertas para que llegaran más de 400 venezolanos: Luis Aparicio, David Concepción, Andrés Galarraga, Omar Vizquel, Miguel Cabrera, José Altuve, Ronald Acuña Jr y ahora mismo Eduardo Bazardo, entre tantos.
Una corta génesis de lo que ha sido el béisbol en Venezuela; no obstante, el estado Táchira, donde comienza y termina la patria, es una especie de oasis, una excepción en relación a las demás regiones del país, pues no es el deporte de las cuatro esquinas el más practicado y apetecido por quienes nacieron y viven en este pedazo de tierra: el fútbol y el ciclismo son los que mueven pasiones, especialmente el primero.
Gustavo Cañizález Jr con calidad de exportación
Apenas tenía 3 años cuando su padre, homónimo suyo lo llevó a un campo de béisbol, en la Unidad Vecinal, el estadio de los Criollitos, en la categoría Semillitas, desde entonces y hasta cuando recién cumplió 17 primaveras, el pasado 20 de julio, el ya joven pelotero sigue perteneciendo a la Corporación, un ente formador de los beisbolistas del futuro.
Con su progenitor como testigo, el espigado lanzador, de 1,87 de estatura, derecho, habló con Diario la Nación, dio rienda suelta a su pasión de toda vida: el béisbol, una disciplina que ama hasta el tuétano. Se ha paseado por otros deportes: voleibol, baloncesto, fútbol y tenis, pero definitivamente fue el béisbol el que lo hechizó por siempre.
Levanta la cara, se acomoda la gorra y siente orgullo al esbozar que irá al Campeonato Nacional de Béisbol Juvenil Criollitos de Venezuela como refuerzo del equipo Cardenales de Cordero, campeón estadal, donde está seguro de representar con mucha seriedad y responsabilidad al estado Táchira.
Huracanes BC, el equipo de siempre, sin embargo, está presto para reforzar a los equipos que requieran de sus servicios. La cita nacional a donde irá el Junior de la familia Cañizález López, se celebrará en territorio larense y suelo de María Lionza, Barquisimeto y San Felipe, programado del 25 de septiembre al 4 de octubre.
Al evento beisbolero, con la pura crema de los futuros peloteros del país, además de los estados anfitriones, se unen Monagas, Sucre, Portuguesa, Zulia, Nueva Esparta, Carabobo y Táchira, quienes en un solo grupo se medirán entre sí para sacar el campeón nacional de la categoría Juvenil.
El pasado mes de julio se celebró en Charalllave, estado Miranda, el Campeonato Nacional de Béisbol Juvenil federado, y allí fue invitado Gustavo Cañizález Jr, deferencia de Alirio Gómez, presidente y Nelson Padrón.
Siempre pitcher abridor
En la plática con el periodista cuenta su corta pero fructífera historia: “He lanzado juegos completos, de 7 innings, lo permitido en esta categoría, en ocasiones ponchando hasta diez bateadores, con mis lanzamientos de dos costuras y cambios”.
Campeones estadales del torneo Apertura con Huracanes, venciendo a Cardenales de Cordero; en el Clausura se invirtió la papeleta, el título fue para los chicos del municipio Andrés Bello y el subtítulo para Huracanes.
Gustavo Cañizález padre hace un paréntesis para señalar que el béisbol en el estado tiene poco apoyo, de allí los pocos equipos que participan, sobre todo en la categoría Juvenil: “una lástima, se pierden muchos talentos”, sentencia, poniendo como ejemplo a su hijo, que apenas le quedan dos años para poder firmar con algún equipo de Grandes Ligas, el gran sueño de su hijo.
El junior ya es bachiller de la República, quiere ser Ingeniero Forestal. Sin embargo, su objetivo, la meta es abrirse paso en el béisbol, la pasión de su vida, la razón de ser de su existencia. Suspira, mira al cielo y esgrime: “quiero ir a cualquier de las Ligas profesionales, bien sea en mi país, México, República Dominicana, Puerto Rico, incluso Colombia, donde se juega buena pelota, con la presencia de muchos venezolanos y de allí dar el gran salto, llegar a las Grandes Ligas, el sueño dorado de todo joven que practique el béisbol”, apunta.
En Venezuela hay muchos scouts, cazadores de talentos, que ya han visto el trabajo monticular de Gustavo Cañizález Jr, pero sin poder cuajar el sueño, sigue en la dulce espera, consciente que no es fácil lograr el cometido, aunque la fe nunca la pierde, pues respaldado con su seriedad, entrega y tesón cree que le van a tocar la puerta de la felicidad, irse para el gran país del norte y unirse a las grandes estrellas del béisbol mundial.
Navegantes del Magallanes su equipo del alma en Venezuela y los Bravos de Atlanta en la gran carpa. Su padre es de los Leones del Caracas y su progenitora magallanera, una rivalidad que está latente hasta en las mejores familias, aunque con mucho respeto, cada quien apuesta a su causa cuando llega el torneo profesional en el país.
Como un niño con su primer juguete, el junior en todo momento tiene la pelota a su lado, en la Escuela “José Amado” donde recibe instrucciones de su profesor José Amado en el Parque Andrés Miranda, en la avenida Marginal del Torbes y en su novena Huracanes, nombre que lo inspira para siempre estar atento en cada lanzamiento que realiza.
Queda rondando en la mente del periodista, la frase de Gustavo Cañizález padre de su retoño pelotero: “aquí hay mucha rosca, cuando llegan los scouts, van directo al pelotero que vienen a buscar, en ocasiones sin tomar en cuenta a otros talentos en formación”.
Cierto o no, respetando las palabras de este hombre amante del béisbol y con la ilusión viva de ver a su hijo convertido en lanzador de las Grandes Ligas, será el Dios Creador el que tenga la última palabra, si le da la oportunidad a Gustavo Cañizáles Jr de estar arriba de la lomita haciendo sus lanzamientos de doble costura y cambios y ponchando uno a uno a sus enemigos de turno, hasta superar el número de diez, algunos haciéndole swing a la pelota y otros que se quedan con la carabina al hombro o simplemente viendo pasar la esférica sin poderla chocar.