Regional
Haya o no gasolina, los conductores esperan en las estaciones de servicio

Hubiese o no gasolina, los choferes porfiados esperaron este viernes en las colas, que desde la madrugada se formaron, para ser abastecidos en las estaciones de servicio de San Cristóbal.
Algunos tuvieron la suerte de adquirir el combustible, pero a otros de nada les valió esperar varias horas, porque a eso de las 11 de la mañana muchas gasolineras decidieron no despachar más. No obstante, hubo otros que en un acto de fe -así incluso se les dijera que por hoy no se vendía gasolina allí- insistían en permanecer en cola, aterrados por la idea de quedarse el fin de semana con sus tanques secos y que tal vez el lunes tampoco puedan llenarlos.

Nerviosismo e indignación se apoderaban de los conductores, quienes han visto cómo la sombra del desabastecimiento vuelve a hacer de las suyas, y cómo esta se presta para los “bendecidos y afortunados”, a quienes les permiten la vía expedita a los surtidores.
A viva voz denunciaban que, por culpa de los “coleados”, se tardaba el abastecimiento, mientras los agentes de seguridad del Estado, impertérritos, escuchaban sus quejas.
“Aquí no hay ley pa’ nadie; aquí es la ley del vivo; platica en mano y dele por el otro lado, más nada. Esa es la realidad del país”, aseveró Olman Blanco.
Hasta la tarde del viernes, todavía no se conocía una versión oficial de Pdvsa sobre los motivos del desabastecimiento.

Freddy Omar Durán

 

Por La Romera

Por la estación de servicio La Romera, a la altura de la avenida Carabobo, la situación estaba caldeada. Y la presencia de PNB y guardias nacionales no resolvía mucho la situación. Incluso se pudo ver a un conductor caerse a golpes con un bombero, en una confusa situación, que ninguno de los involucrados quiso aclarar, con los “agentes del orden” a muy prudencial distancia. La cola se llegó extender más de 10 cuadras, más allá del cruce de la avenida con la carrera 19, y algunos estaban allí desde las cinco de la mañana.

Por La Guacara

En la estación de servicio La Guacara se despachó con normalidad, en algunas horas, hasta que a eso de las 11 de la mañana, sin mayor explicación, se suspendió el servicio. Algunos de los que ya venían haciendo cola desde las siete de la mañana, y la comenzaron a la altura del Viaducto Nuevo, no podían dar crédito a ese repentino plantón y decidieron aguardar hasta que la próxima gandola arribara. Otros no tuvieron tanto aguante y se marcharon…