Regional

Hugo Domingo Molina, deja un legado inconmensurable en el Táchira y el país

2 de enero de 2021

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 La tauromaquia, el deporte y la salud le deben mucho a este roble que había nacido en Táriba hace 83 años. Creador de la Fiss, la Lotería del Táchira y principal mentor de la Vuelta al Táchira y otros grandes eventos de la región

 


Homero Duarte Corona


 

 

Hasta la plaza de Toros, fue llevado el cuerpo de Hugo Domingo Molina. /Foto Cortesía.

Domingo, a secas, para su familia. Hugo Domingo,  para sus más allegados; y licenciado Hugo Domingo Molina, el nombre de empresario taurino, con una imagen bien ganada en el contexto nacional e internacional.

Muy temprano, desde que era un niño se apasionó por el mundo del toro. Cerca de su casa, en Táriba, todos años, en el marco de las ferias y fiestas, las más antiguas del país, montaban las novilladas, cita a la cual se “escapaba” el muchacho para ver de cerca lo que allí pasaba.

Le picó el gusanillo, y desde entonces más nunca se detuvo, quedó prendado por siempre de la tauromaquia. Como un ser de retos, y tomando como espejo los festejos populares de su pueblo natal, con el correr de los años se convirtió en el padre de la criatura, fue el principal cerebro en la creación de la Feria Internacional de San Sebastián.

Nació la Fiss, con el aporte del ente público y privado, siguiendo los pasos de ferias ya consagradas en América, entre las destacadas la de Cali, Bogotá y Lima, eventos en los que se presentaban las figuras consagradas del momento.

—Tenemos feria, pero no hay plaza de toros donde presentar las corridas, fue el primer pensamiento que nos vino a la cabeza, comentaba siempre Hugo Domingo Molina, que obligó junto al resto de directivos a montar las dos primeras ediciones en la Plaza Venezuela de la Concordia.

Una  y mil puertas fueron tocadas por Molina, hasta lograr que se construyera la Monumental Plaza de Toros de Pueblo Nuevo, inaugurada en la tercera feria en 1967, con la presencia de primeras figuras de la época, entre las deslumbrantes, Manuel Benítez “El Cordobés”.

Más de medio siglo después, no solo el hijo de Táriba, quien recibió varias “tundas” de su progenitor Hugo Molina por su travesuras junto a los muchachos de entonces;  no solo fundó la Fiss, también fue el principal mentor en el nacimiento de la Lotería del Táchira y creador del club de Ciclismo del mismo nombre, considerado el más antiguo del mundo.

El profesor Lucidio Martínez, uno de los fundadores de la Vuelta al Táchira, contó a Diario la Nación que gracias a Hugo Domingo Molina desde la gerencia de la Lotería del Táchira, la naciente carrera de ciclismo de ruta, pasó a ser una de las competencias más importantes de América con repercusión en el mundo, dada la presencia de luminarias del pedalismo de ruta del nuevo y viejo continente.

—Siempre nos animaba, aupándonos a seguir al frente de la carrera de ciclismo que pintaba para grandes  cosas, recordó con un tanto de nostalgia, el entonces educador y dirigente deportivo, que al igual que el mundo del toro lamentan la partida al infinito de este connotado empresa taurino.

La salud fue otra de sus preocupaciones,apunta Martínez, con fondos del ente lotero compró ambulancias que le prestaban atención médica a los másvulnerables, en buena parte de los principales estados de Venezuela.

El Giro Andino trajo consigo, sirvió de plataforma de lanzamiento para ganar en buena lid la organización de los Mundiales de Ciclismo en 1977, justa universal en la que Molina abogó a nivel de las más altas esferas de la nación para la construcción del velódromo “J.J. Mora”, uno de los escenarios más importantes del mundo a nivel de las competencias de pista.

 Empresario y criador de toros de casta

Hugo Domingo Molina
Hugo Domingo Molina

Por ser un hombre de retos y con mente visionaria, no solo fue el alfa y omega del mundo taurino en el Táchira, Venezuela y allende de las fronteras patrias. Sus reses de casta además de ser lidiadas en las principales ferias del país, ya son reconocidas en los países donde el espectáculo taurino forma parte de la idiosincrasia de quienes gustan de esta tradición.

Los hierros de Rancho y El Prado son las cartas de presentación de las ganaderías de casta creadas por Hugo Domingo Molina y que con su partida al cielo, tendrá su en su prole los que continuarán con este legado, pero por encima de todo, no dejar que la fiesta del toro desaparezca en Venezuela.

Pese a su avanzada edad, hace dos años, no escatimó esfuerzos para sacar a flote a la Fiss en la parte del toro, sus reses y su nombre sirvieron de aval para que se celebraran tres corridas de casta, teniendo como alternantes a primeras figuras de España y América.

Nunca se dejó derrotar por el pesimismo, pues pese a la grave crisis que vive la tauromaquia en el mundo, en franca decadencia, sobre todo en Venezuela y otras latitudes de Latinoamérica, el hijo de la “Perla de Torbes” no dio un paso al costado, siempre estuvo presente para salir adelante.

La ciencia hizo todo lo que se podía

Este sábado le rindieron honores, en la plaza de toros. Foto: cortesía

No se lo llevó la pandemia, logró salir a flote del virus; sin embargo las secuelas hicieron mella en la humanidad del empresario taurino. Complicaciones en los principales órganos vitales, acabaron con la existencia de quien tanto le dio a su pueblo-el coliseo de Táriba lleva su nombre-, como un homenaje de sus paisanos por todo que significó su obra en el estado y el país.

Apenas comenzando el nuevo año, este sábado 2 de enero, el corazón de Hugo Domingo Molina dejó de latir. La ciencia médica luchó por más de un mes para evitar la partida de uno delos íconos taurinos de Venezuela y más allá de las fronteras.

Junto a su esposa Lucila Colmenares de Molina, Hugo Domingo formó a una familia de hombres y mujeres útiles a la patria: María, Amparo, Yajaira, Teresa, Carmen, Hugo Alberto, Hugo Domingo y Hugo José, generación que le queda una gran responsabilidad sobre sus hombros, continuar el legado de su padre, no dejar a un lado todo lo que le costó construir, pero por encima de todo seguir su ejemplo, un ser humano que dejó estela, una huella que se mantendrá viva hasta la eternidad.

Una misa de cuerpo presente en el último acto con la presencia de Hugo Domingo Molina, el adiós de su familia, amigos y quienes de una u otra forma vieron en este hombre el ser que tanto le aportó a su pueblo, su estado y su patria.

En el panteón de su familia en el Cementerio Municipal de Táriba, reposarán por siempre los restos del hermano, el padre de familia, el empresario taurino y mejor amigo. Descanse en paz.

Desde Diario La Nación le damos las más sentidas palabras de condolencia a la familia de quien fuera un tachirense visionario.

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