Voceros de los afectados calculan que de darse ese desalojo masivo, se verían afectadas tres mil personas entre trabajadores informales y los familiares que dependen de ellos.
El dato…
Los datos indican que el 80 por ciento de la economía informal son padres y madres, un 30 por ciento son personas de la tercera edad, y el 70 por ciento son mujeres luchadoras, muchas de las cuales son padres y madres.
Freddy Omar Durán
Vendedores informales del centro de San Cristóbal se concentraron frente al Centro Cívico, en la avenida Isaías Medina Angarita –Séptima avenida- para cuestionar las intenciones de las autoridades de la alcaldía de desalojarlos, sin garantizarles otro sitio digno donde laborar.
La convocatoria a sus agremiados y los medios de comunicación la hizo el sindicato que agrupa una parte de aquellos que en la calle se ganan la vida vendiendo mercancías de consumo masivo. En la manifestación pública, en la que exhibieron pancartas alusivas al motivo de su protesta, el llamado fue directamente dirigido al alcalde Silfredo Zambrano para que les busque una solución, en vez de verlos como un problema.
Según reportaron los protestantes, los desalojos han comenzado desde el viernes pasado y hasta los momentos se han visto afectados por los mismos 120 personas informales.
Los manifestantes insistieron en que el ánimo de colaborar con el orden de los espacios públicos siempre se ha mantenido, y en virtud del mismo se han despejado rampas y frentes de locales comerciales, y paradas del transporte público.
Desde los inicios de la actual gestión municipal se han establecido conversaciones con los gremios que agrupan a los informales; sin embargo, en estos momentos consideran que las mismas se han roto.
Se estima, de acuerdo a censos actualizados por los gremios del sector informal, que el radio de acción de la economía informal en el centro de San Cristóbal abarca 20 cuadras. Muchos de los que han sido desalojados han regresado, simplemente para ubicarse y esperar a que el burgomaestre les dé la cara, y les planteen ellos mismos su problema.
—Son muchas personas las que van a ser desalojadas. Nos están pidiendo el casco central sin buhoneros. Señor alcalde, necesitamos una solución, pues serían 3 mil personas afectadas. Sí queremos una ciudad bonita, señor alcalde, lo que haya que acomodar del centro y lo hemos hecho. Pero no nos pueden decir de la noche a la mañana que estas familias deben ser desalojadas. Cuando nosotros votamos es por alguien que nos represente, que sea del pueblo, y aquí estamos la clase trabajadora, y no marginales, como por ahí dicen— afirmó Luz Rodríguez, Secretaria General del Sindicato Suvaseta.
Calculan que de darse ese desalojo masivo se verían afectadas tres mil personas entre trabajadores informales y los familiares que dependen de ellos. Admitieron que las conversaciones han sido continuas con el municipio y que en ellas se ha establecido la posibilidad de disponer de varias edificaciones para la reubicación de los informales.
— Hay varios edificios y terrenos abandonados, pero no pretendemos quitarle nada a nadie. Pero si la alcaldía ha tenido la manera de contactar a los dueños de esos inmuebles. Estamos viendo varios lugares que son del Gobierno, como la torre “quemada” del Cívico, y otros sitios— agregó Rodríguez.
Negaron que ellos quieran dar lástima, en tanto la informalidad se corresponde perfectamente a la realidad que vive al país y a la cual incluso trabajadores del sector público se han visto en la obligación de acudir.
— Muchas personas que ahora están en la informalidad son profesores, son bedeles, y muchos vienen a trabajar a la calle, apenas terminan su jornada laboral, porque tienen que complementar el ingreso para llevar a su casa la comida— expresaron.
Subrayaron que a la informalidad recurren muchas personas de la tercera edad y discapacitados los cuales no cuentan con otra fuente de ingresos.
— A esta abuelita yo no le puedo decir, váyase a su casa porque el señor alcalde va a embellecer la ciudad. No se puede llegar a la casa y decirle a la familia “no les puedo dar de comer, porque el señor alcalde nos desalojó mediante una notificación”. El 80 por ciento de la economía informal somos padres y madres, que guapeamos el centro; un 30 por ciento son personas de la tercera edad, y el 70 por ciento son mujeres luchadoras, muchas de las cuales son padres y madres— agregó.
Luis Alberto Rosas, de 78 años, con un hilo de voz, una canasta de plástico llena de confitería, se declaró una persona afectada por los desalojos, y mostró varios récipes donde se consta su situación médica. Con dulces y pasapalos se paga un arriendo, y medio hace para sus elementales gastos.