Freddy Omar Durán
Andes en Acción Climática es una iniciativa financiada por la Unión Europea, en alianza con instituciones de educación superior de la región, organismos nacionales y municipales, junto a las comunidades, que no solo busca una serie de acciones concretas en defensa del entorno natural, consistentes en un saneamiento ecológico y el cultivo de especies vegetales, sino la siembra de conciencia frente a los peligros que para el mundo está representando el calentamiento global
El dato…
El parque Metropolitano captura -aproximadamente- 110 toneladas de dióxido de carbono, gas responsable del calentamiento global.
En un planeta con las mayores temperaturas de su historia, una prueba innegable del calentamiento global, las regiones con una masa vegetal exuberante y pura contarán con una riqueza superior al petróleo y al oro, pues desde ellas se erige un escudo natural que sirve a una importante captura de dióxido de carbono.
Con el financiamiento de la Unión Europea, Andes en Acción Climática, proyecto del que hace parte un gran equipo de profesionales especializados en el área ambiental e implementado por el Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos, se ha centrado en intervenciones puntuales a espacios naturales básicos de la geografía andina, como en la creación de consciencia ciudadana basada en el reconocimiento de las características y valores de nuestra flora, no solo desde su funcionalidad local ecológica y el abrigo espiritual que nos proporciona, sino desde su impacto global, en un intento de mitigar el efecto invernadero.
En San Cristóbal, cuatro han sido los santuarios naturales intervenidos, cada uno con sus propias necesidades y potencialidades, por lo que han ameritado un tratamiento diferenciado, sea por sus características ambientales específicas, sea por las necesidades específicas de las comunidades con las que convive: la plaza María del Carmen Ramírez, la plaza Ana Victoria Gómez, el parque Metropolitano y las áreas verdes que sirven de sostén al acueducto rural ubicado en el Parque Nacional Chorro El Indio.
Adaptación al cambio climático
María Eugenia Zambrano, promotora ambiental en representación del CISP del proyecto Andes en Acción Climático, explicó que la idea fundamental ha sido engranar esfuerzos con la comunidad, los especialistas y los entes públicos, de manera tal que los logros, ya visibles, perduren en el tiempo y posibiliten un modo conservacionista y a la vez educativo de acercarnos a la naturaleza.
—Este proyecto se ha venido desarrollando desde el año 2018 y ha contado con la participación de la Universidad del Táchira, Universidad de los Andes, a través del CIDIAT, el Centro Interamericano de Desarrollo e Investigación Ambiental y Territorial, y el Equipe Tecnique Internazionale per la Coperazione. Somos un equipo multidisciplinario, compuesto por 8 docentes universitarios de la UNET, más el equipo CISP, que somos cuatro personas. Además, hemos estado articulados con las asociaciones de la sociedad civil, las alcaldías, entes gubernamentales y empresas privadas, dijo Zambrano
El enfoque se dirigió a la mitigación y adaptación al cambio climático a desplegarse en varias fases, siendo la primera un estudio base de línea de investigación, desde el cual se pasó a un proceso formativo para, finalmente, abocarse a las acciones concretas de reforestación basadas en la naturaleza.
—Con los resultados de estudios preliminares, nos dimos cuenta de cuáles eran las acciones adecuadas en los espacios públicos, tendientes a la mitigación del cambio climático en las zonas metropolitanas de los estados Táchira, Mérida y Trujillo. Luego realizamos los talleres de formación y sensibilización, con el objetivo de captar personas que estuvieran interesadas en interactuar con nosotros, en temas como los residuos sólidos, gases de efecto invernadero, energías alternativas, huella urbana y vulnerabilidad. En una tercera fase hicimos levantamiento de información en cada uno de los espacios con los expertos de las universidades para visualizar primero qué existía en cuanto a recurso natural y en cuanto a la cantidad de dióxido de carbono que captan estos árboles, para luego evaluar qué acciones podíamos hacer, basados en la naturaleza y hacer reforzar este efecto benéfico para el medio ambiente -agregó Zambrano-.
Más que mangos…
Aunque popularmente se le conoce como plaza Los Mangos, ubicada en Barrio Obrero, en realidad en la plaza María del Carmen Ramírez solo cuentan con dos ejemplares del árbol frutal. Aunque mucha gente debe pasar por ese lugar dentro de uno de los sectores más concurridos de San Cristóbal, pocos de sus visitantes sabrían dar cuenta de los especímenes allí existentes. Por eso, parte de la intervención allí realizada, con un renovado estado de orden y pulcritud, conlleva la colocación, en pedestales hechos de materiales ecológicos, de guías didácticas.
—Hicimos la plantación de especímenes ornamentales: ocumo bravo, lengua de suegra variegada, limón de cerca, barba de león, azalea, garbancillo, entre otras, que adicionalmente al embellecimiento producen oxígeno en la noche; y sembramos árboles como el araguaney, el pino laso –emblema de nuestro estado-, roble, cinaro, apamate y algarrobo, los cuales suman al recurso forestal ya existente, y con capacidad de captar CO2 -puntualizó Zambrano-.
En la actualidad, la plaza María del Carmen Ramírez secuestra diariamente 8,91 toneladas del gas tóxico, y podría llegar a las 11 toneladas en los próximos diez años, a partir de esta jornada de cultivo. Los árboles no solo ayudan a disminuir la temperatura de Barrio Obrero: múltiples son sus beneficios, como el ofrecido por el pino laso en todo el centro del parque, que ayuda a atraer insectos polinizadores, responsables de mantener la biodiversidad.
El control biológico ha sido otro de los puntos críticos de esta jornada, logrando la reducción de las colonias de bachacos que prácticamente se habían adueñado de ese espacio público.
—Hemos usado hongos entomopatógenos para reducir la población de hormigas, evitando el uso de químicos como el óxido nitroso que se produce por los productos químicos. Se hizo una poda fitosanitaria de los árboles a través de Protección Civil y con los debidos permisos de la alcaldía, que ha estado presta a nuestras actividades: algunas plantas párasitas disminuyen la capacidad del árbol y tuvimos que trasplantarlas.
Con el objetivo de que a futuro se les garantice a los jóvenes árboles un mejor desarrollo y alcancen una madurez robusta, se les ha adjudicado padrinos residentes de Barrio Obrero, quienes estarán pendientes de echarles agua, para lo cual se les ha provisto de regaderas, ya que el antiguo sistema hídrico de la plaza está fuera de funcionamiento por los altos costos del servicio. Tiendas, empresas, servicios de transporte en moto, la brigada de emergencias y transmisiones, y el Rotarac, también serán garantes de que lo que ahí se ha hecho en favor del medio ambiente.
Al igual que sucedió en el parque Metropolitano y la plaza Ana Victoria Pérez, se dispuso de una serie de lámparas de energía solar que funcionan en la noche, así como de una adecuada señalética y atriles informativos.
Iniciativa verde
La flexibilización de la cuarentena a finales del mes de diciembre fue el punto de partida de la fase final de Andes en Acción Climática en San Cristóbal.
Pero el proyecto no se paralizó del todo, pues se seguía desarrollando en cursos modulares a distancia, y realizando vía chat el seguimiento a los huertos, una de las tareas asignadas durante las jornadas efectuadas en el barrio El Río y barrio Sucre, identificadas como zonas de alta vulnerabilidad. También se enseñó a convertir el reciclaje en una fuente de ingreso para la comunidad.
En lo que respecta al parque Ana Victoria Flórez, ubicado en Pirineos 2, lo más importante es la retención de talud de tierra sobre una de las zonas laterales del parque. Con los jóvenes estudiantes de las instituciones aledañas se ha querido establecer un equipo alerta ante los riesgos de un ecosistema golpeado por el cambio climático. De una captura de C02 de 7 toneladas diarias se podría pasar a 7,5 toneladas, y en esto también se ha comprometido a la parroquia de la localidad.
—Nuestro propósito ha sido que los centros educativos Juan Maldonado, Rómulo Gallegos y Marco Tulio Ramírez Roa se transformen en ecoescuelas seguras. En este parque se utilizaron cauchos de rehúso para algunos motivos decorativos. Una de las acciones fundamentales es que el terreno empinado no se desplace a causa de las torrenciales lluvias, que saturan el suelo, además que el suelo desnudo no permite capturar dióxido de carbono, acotó Zambrano
El mayor pulmón de San Cristóbal
Sin duda, las acciones de mayores dimensiones correspondieron al parque Metropolitano, pulmón por excelencia de San Cristóbal, que con sus 800 árboles es capaz de capturar 110 toneladas de dióxido de carbono, y que con nuevas especies, puede ampliar su capacidad a las 160 toneladas.
El cierre del parque Metropolitano por motivo de la pandemia abrió la brecha para la maleza y el descuido general, lo que ha obligado a un profundo reacondicionamiento del área con la presencia de cuadrillas del Protectorado del Táchira y funcionarios de Inparques.
Maikol Castillo, ingeniero agrónomo y docente de la UNET, afirmó que “el parque Metropolitano viene a ser a nivel urbano el espacio público con mayor extensión de área verde, es un espacio muy concurrido, especialmente por las familias, con usos de esparcimiento y deportivos, y que ha venido sufriendo un proceso de deterioro evidente. Fue una de las labores más arduas que hicimos en cuanto a los espacios públicos, inventariando árbol por árbol”.
Toto ello, bajo la coordinación de Inparques, con un equipo de voluntarios integrado por estudiantes universitarios, profesores de la UNET, guardaparques e integrantes del Rotary Club.
—Ha sido una actividad mancomunada, esta jornada de plantación en el parque Metropolitano, al cual agregamos 350 árboles a los 800 ya existentes, aportados por el Ministerio del Ecosocialismo y que fueron cultivados en un vivero en Rubio. Otras especies incorporadas son de carácter ornamental -explicó el ingeniero civil Iván Useche, monitor de estas iniciativas desde la UNET.
Dentro del ámbito del parque Metropolitano, otro proyecto es convertir el vivero en una institución formativa, y a cargo de esta idea está la ingeniera Yamillet Rojas.
—Nuestra intención es que vengan las personas y vean el desarrollo de lo que se hace en un vivero, el desarrollo de una planta, a través de las consecutivas estaciones del vivero: la adecuación de la semilla, la preparación del sustrato donde ella se va a plantar, hasta la etapa de salir para su trasplante, los abonos orgánicos, entre otros. Queremos enseñar cómo hacer huertos agroecológicos urbanos, donde se incluyen plantas medicinales y comestibles -afirmó Rojas-.
Sostén del acueducto rural
Por un camino que va de barrio Sucre, montaña arriba, se encuentra la cuenca de un acueducto rural en territorio del Parque Nacional Chorro El Indio que provee del vital líquido a 24 mil personas. El mayor riesgo lo sufren las tuberías que descansan sobre soportes especiales o “camas”, que se desplomarían de ocurrir un derrumbe de tierra.
—Aquí estamos haciendo la retención del talud, donde están ubicadas las tuberías de aducción que llevan agua a la población del barrio Libertador, barrio Sucre, parte de Bajumbal y una parte de Pirineos, unas 24 mil personas, ubicados en el Parque Nacional Chorro El Indio, de la mano con Inparques y la Alcaldía. Con bambú y maní forrajero, encontramos soluciones basadas en la naturaleza, sin intervenir en la infraestructura ya colocada. Hay muchas personas haciendo caminatas y prácticas deportivas, y ellas deberían estar conscientes de no arrojar basura ni debilitar el suelo con sus pisadas. Tuvimos mucho cuidado en el tipo de vegetación a plantar debido a que no podíamos alterar el ecosistema, que goza de muchos tipos de insectos, mamíferos y reptiles, finalizó Zambrano.