Regional

Javier y Abdón, dos servidores arrebatados por la covid-19

20 de agosto de 2021

806 vistas

Ambos llegaron al grado de sargento segundo. Javier falleció en noviembre de 2020, y Abdón el pasado domingo, 15 de agosto

Por Jonathan Maldonado

Hoy se conmemora el Día Nacional del Bombero. En San Antonio del Táchira, municipio Bolívar, los héroes de azul están de luto, pues dos de sus compañeros han fallecido a causa de la covid-19: Javier Arismendi, de 48 años, sucumbió el 11 de noviembre de 2020, y Abdón Vargas, de 53 años, cumple este viernes 6 días de su partida física.

Tanto Arismendi como Vargas dejaron su legado en la institución bomberil de la frontera, el cual se sustenta en los más de 20 años que invirtieron en un servicio que, en la actualidad, ha afianzado la abnegación y disciplina, dos palabras que están estampadas en el escudo que representa al grupo.

Ese 11 de noviembre, Arismendi fue trasladado de emergencia a la ciudad de San Cristóbal, pero no alcanzó a llegar. Murió en Capacho. Vargas, por su parte, falleció en el hospital Erasmo Meoz, en la ciudad de Cúcuta, donde llevaba nueve días batallando contra el virus. Desafortunadamente, la enfermedad lo venció.

Los dos, en su momento, recibieron sus honores post mortem desde la sede de Bomberos, y con la participación de familiares y allegados. El llanto, durante la despedida, surcó los rostros de la mayoría, en una escena donde el dolor navegaba por las humanidades que se hallaban presentes en el patio.

El comandante del Cuerpo de Bomberos de San Antonio del Táchira, Jeamine Colmenares, exaltó la entrega y vocación de servicio de los sargentos, quienes dejan un gran vacío en una institución que sigue en la primera línea de batalla, desde el arribo de la pandemia.

“Dos valiosos funcionarios hemos perdido en el transcurso de menos de un año, debido a esta situación que sufre el mundo con el covid-19”, resaltó Colmenares, con su voz entrecortada, pero con la fe puesta en la Providencia para que no se registren más bajas como consecuencia del escurridizo virus.

El comandante, además de remarcar el lado humano y profesional de cada sargento, recordó que eran hombres de familia, casados y con hijos. “Es duro para uno llevar esta situación, esta carga, ya que son dos padres que dejaron este mundo por la covid-19”, enfatizó.

Héroes sin capa

A Javier Arismendi lo definen como un hombre que se preocupaba por la institución, por sus compañeros. “Era una persona muy dada, y ante cualquier unidad que presentara alguna falla, se disponía a repararla, ya que tenía conocimientos de mecánica”, detalló Colmenares.

Otro punto, que lo hacía resaltar, era su capacidad para arreglar cualquier daño en la estructura de la sede del Cuerpo de Bomberos. “Era un bombero polifacético, siempre se ofrecía para colaborar con sus compañeros”, aseguró.

Para Vargas, las palabras de reconocimiento tampoco se hicieron esperar. “Fue un padre muy dado con sus hijos, que siempre mostró su vocación y esmero por la institución. En muchos servicios que efectuamos los dos, se veía su ética, compromiso y entrega”, dijo.

Jeamine Colmenares ruega a la Providencia para que no se registren más fallecimientos a causa del covid-19. “Mis muchachos nunca se han rehusado a efectuar un traslado de pacientes que presenten el virus”, recalcó mientras dejaba claro que cuenta con los implementos de bioprotección para atender cada emergencia.

“En los 44 años de esta institución, esta época, marcada por la pandemia, ha sido la más dura, pues aunque hemos estado en inundaciones fuertes, incendios y accidentes, no habíamos registrado bajas, sino hasta ahora, por la covid-19”, acotó.

Este 20 de agosto, para los 32 bomberos de San Antonio, no habrá celebración, pues el dolor por la partida física de sus dos compañeros aún está latente. “La institución que presido es una institución aguerrida, pues pese a la situación económica, hay mística y conservamos la disciplina y abnegación”, finalizó el comandante.