Regional
Júbilo y devoción en la celebración de los nuevos santos venezolanos
lunes 20 octubre, 2025
“La alegría es demasiado, verdaderamente el momento en que el Papa estaba leyendo el decreto de la canonización, las personas a mi lado lloraban. Son las lágrimas de la alegría, porque llegó el momento que tanto esperamos”, indicó el padre Emmanuel Pernía Roa
Bleima Márquez
El ambiente en el Santuario Diocesano José Gregorio Hernández, en el Hospital del Seguro, sector Santa Teresa, parte alta de San Cristóbal, fue de júbilo, emoción y profunda devoción, este domingo 19 de octubre. La elevación a los altares de san José Gregorio Hernández Cisneros y santa Carmen Rendiles Martínez se convirtió en una fiesta de fe que atrajo a personas de muchas partes.
El padre Emmanuel Pernía Roa, rector del Santuario Diocesano, detalló el desarrollo de las actividades y destacó la gran asistencia de personas.
“Aunque el Santuario ha estado abierto desde el sábado, mucha gente en la noche llegando, caminando de diferentes partes y bueno, ya a las 4 de la mañana estaban las transmisiones por las pantallas dentro y fuera del santuario y, esto estaba súper lleno”, aseguró. Dijo que todas las misas estuvieron repletas de gente, incluso muchas personas tuvieron que permanecer fuera del templo.
El rector del Santuario narró con descripción la emoción palpable del momento, especialmente durante la lectura del decreto de canonización.
“La gente le ha tocado que quedarse fuera porque no caben dentro del templo. La alegría es demasiado, verdaderamente el momento en que el Papa estaba leyendo el decreto de la canonización, las personas a mi lado lloraban. Son las lágrimas de la alegría, porque llegó el momento que tanto esperamos”, indicó el padre Emmanuel y agregó que “el tiempo lo decide Dios, porque es de Dios”.
El padre destacó el doble regalo para Venezuela al señalar que la canonización de un laico, como san José Gregorio Hernández, y de una religiosa, como santa Carmen Rendiles: “Es el regalo de Dios a nosotros como pueblo, como nación, como patria. San José Gregorio, conocido como el médico de los pobres, es un ícono que llama a niños, llama jóvenes, llama adultos, ancianos, todos los estratos y representa el impulso, la renovación de la fe”.
“Acercarnos más a Dios”
En la celebración también se encontraban la hermana Ana Silvia Cubiles, misionera de la prensa católica, y monseñor Luis Alfonso Márquez, Obispo Emérito de Mérida, quienes compartieron su inmensa alegría.
La hermana Ana Silvia Cubiles expresó que la canonización de los dos santos criollos “es un testimonio muy grande para toda la familia” y un llamado a “acercarse más a Dios”.
Resaltó que “Venezuela tiene ahora a sus dos grandes santos que van a ser los intercesores para que Venezuela sea otra”, augurando un cambio positivo para el país.
Para la religiosa, este acontecimiento histórico y muy esperado por todos los venezolanos, “es un llamado más para acercarse más a Dios, para que las familias estén en conciencia de poder intuir sus valores a la juventud o a los niños desde pequeños”.
“Modelos para la Iglesia universal”
Monseñor Luis Alfonso Márquez enfatizó la trascendencia del evento, señalando que los nuevos santos no solo son modelos para Venezuela sino para la Iglesia universal.
Significa que son puestos como modelos de la Iglesia Universal, por eso es una fiesta que en todo el mundo va a estar registrada, afirmó el Obispo Emérito de Mérida y subrayó con emoción que “más de 1.500 millones de personas hoy conocieron el nombre de José Gregorio y de la Madre Carmen en todo el mundo”.
Recordó el tiempo cuando estuvo encargado de la capilla del hospital del Seguro Social, hoy convertida en Santuario Diocesano de San José Gregorio Hernández. “Me encanta haber venido para acá a visitarlos porque yo trabajé durante mucho tiempo en esta iglesita, venía todos los miércoles por la tarde a dar la misa, nunca fallada en eso, y entonces le agarré mucho cariño”, evocó monseñor Márquez y acotó que cuando llegó la reliquia de José Gregorio Hernández, él estaba allí.
Manifestaciones de fe
Durante dos días consecutivos la fe se manifestó de múltiples formas. Muchas personas entraban y salían del templo, repartiendo estampitas como parte de alguna promesa o devoción.
A un lado de la calle, justo la que conduce hacia la emergencia del hospital, se ubicaron dos puntos de ventas que ofrecían una variedad de imágenes, escapularios, llaveros, rosarios y otros objetos religiosos, especialmente con las estatuillas de san José Gregorio Hernández.
Los vendedores del segundo puesto, oriundos de Michelena, destacaron que elaboran toda la mercancía de manera artesanal. Destacaron que la mayoría de sus artículos son del “médico de los pobres”, y anunciaron que pronto comenzarán a fabricar objetos alusivos a la Madre Carmen Rendiles.
Testimonios de fe y milagros
La peregrinación de los tachirenses al Santuario Diocesano estuvo motivada por la fe y la gratitud por los favores concedidos por el nuevo santo.
Jorge Vargas Correa, llevando una imagen de san José Gregorio en sus manos, relató el milagro que atribuyen al doctor. “Operó a mi sobrino y le permitió caminar, a pesar de que los médicos dijeron que sería parapléjico”, afirmó, y narró cómo su sobrino, luego de una pequeña operación, llegó caminando a la cama de su hermana, es decir, de la madre del entonces niño.
“Él llegó caminando a la cama de mi hermana. Mi hermana, cuando lo ve que está parado al frente de ella, le pregunta: Hijo, ¿qué haces aquí?, y él le dijo: Madre, un señor vestido de blanco llegó a mi cama, me dio la mano y me dijo: Hijo, camina. Y él llegó caminando a la cama de mi hermana”, relató Jorge Vargas.
“Él no camina muy bien, pero sí camina con su muletica, pero camina. Ese, para mí, es un milagro que el doctor José Gregorio Hernández le hizo a mi sobrino”.
Ismenia Zambrano repartía estampitas a las personas que acudieron al Santuario, como gesto de agradecimiento.
“Hace poco me hicieron una operación y me encomendé mucho al doctor José Gregorio Hernández. Todo salió bien y pues siempre, desde pequeña, mis abuelitos y todo, nos inculcaron mucho la fe hacia el doctor José Gregorio Hernández porque es el médico. Decía mi abuelita, el médico de los pobres, el médico que nos escucha”, dijo con suma propiedad y emoción.
Yeni Rosales contó que ha recibido muchos favores y fue sanada por el ahora santo andino. Recordó cuando el oncólogo le dijo que tendrían que cortarle parte del intestino y tendría que “vivir con la bolsita”, denominada bolsa de colostomía.
“Yo siempre he sido muy devota a José Gregorio Hernández. Confié plenamente en él y él me operó. Yo sentí los dolores de la cirugía, sentí 15 días de dolores de que no me podía mover y de ahí en adelante yo me sané y fue la mano del doctor José Gregorio Hernández quien me sanó”, aseveró Yeni.
Además, de su propia experiencia, relató que en el 2024, el año pasado, su hijo se enfermó de un fuerte dengue, y al pedirle a Dios y al doctor José Gregorio Hernández, comenzó a mejorar al día siguiente.
En agradecimiento, Rosales trajo ponquecitos elaborados con sus manos para el padre y el equipo de logística que ha trabajado fuertemente para la celebración de los dos santos venezolanos.