Otro joven cucuteño desaparece al cruzar frontera
24 de noviembre de 2024
La ganadería nacional le debe fundamentales aportes en materia de genética y desarrollo de calidad en la producción
Por Humberto Contreras
Nacido en las tierras trujillanas, tan andinas, cobijadoras y cordilleranas como estas, las de su Táchira del alma, Julio Hidalgo Bazo llegó a San Cristóbal hace más de sesenta años, más que con un baúl de sueños, con una carga vital de entusiasmo, de empeño, de capacidad de lucha y, fundamentalmente, con una visión de futuro, enmarcada en las posibilidades que entonces el Táchira le ofrecía.
Y Julio Hidalgo, como siempre se le conoció, o el Loco Hidalgo, amistoso calificativo derivado de su ímpetu creador y del permanente dinamismo que caracterizaron su accionar y su paso por esta vida, la cual dejó el domingo anterior, cuando marchó al encuentro con el Creador, en medio de la conmoción de todos quienes le conocieron y le apreciaron.
Julio César Hidalgo Bazo nació en Valera. En un trapiche (procesadora de caña de azúcar), de nombre Corta Fuego. El menor de cuatro hermanos, hijos del matrimonio de Julio Hidalgo Lazo y María Bazo Terán. Desde niño tuvo el contacto atrapante y querendón del campo y la naturaleza.
El inquieto dinamismo de su juventud lo convidó a Caracas, a donde fue a estudiar Ingeniería Mecánica. Pero pudo más su sangre, que estaba en la naturaleza. Pronto regresó a dedicarse a las labores de producción de caña.
Sus amistades revelaron datos de la vida de Julio Hidalgo, en estos días póstumos. Aunque, por supuesto, ya habían sido dichos en el transcurso de la vida pública, donde destacó en distintas actividades, siempre produciendo, siempre compartiendo, en especial conocimientos y tecnología, y siempre dispuesto a aportar de sí lo necesario para la mejora del trabajo productivo, las instituciones a las que dedicó parte de su vida, y en especial, la actividad que centró su atención: La producción ganadera.
Llega al Táchira y a la ganadería
Julio Hidalgo llega muy joven al Táchira, procedente de tierras trujillanas.
Instala su primer concesionario de vehículos en el estacionamiento del edificio del Banco de Fomento Regional Los Andes, en el centro de la ciudad.
Luego adquiere la finca Irco en la zona de El Piñal, donde ya convertido en criador de ganado mestizo pardo suizo, empieza su primer trabajo genético.
Luego compró la hacienda La Honda, en la zona alta de Cordero, y allí desarrolla el mejor centro genético de esa raza, acompañado de un banco de semen, para entregar a la producción ganadera del país estos adelantos tecnológicos. Posteriormente se inclinó por la cría de ganado Brahman, consolidando uno de los mejores rebaños en Venezuela.
Las cualidades que caracterizaron su espíritu emprendedor quedaron demostradas con sus exitosos proyectos en ganadería. “Sus amigos coinciden en que fue un hombre adelantado a su tiempo. Hace 50 años fue el primero en traer al Táchira e implementar novedosas técnicas biorreproductivas en la ganadería, como la inseminación artificialmente controlada y la transferencia de embriones, entre otras.
La búsqueda de tecnología siempre fue su función de vida. Tecnologías las cuales, luego de probarlas, las compartía con otros productores, con positivos resultados, éxitos que le hicieron merecedor de innumerables reconocimientos, en ferias agropecuarias, dentro y fuera del país, consolidándose internacionalmente como un criador Brahman.
A mediados de los años 80 creó el Centro de Inseminación Brahman en Cordero, desde donde hizo una extraordinaria labor de mejoramiento genético, para la ganadería venezolana. Apoyado por profesionales y equipos de tecnología, puso a disposición de los productores, la evaluación de semen, trasplante de embriones, pruebas de fertilidad de toros, certificación de calidad biológica y asesoría profesional en la clasificación y asignación de vacas.
Creó un banco de germoplasma nacional, convencido de que, solo utilizando semen de alta calidad genética, se garantiza el progreso de la ganadería en el país, y crea una escuela de prácticas inseminadoras, para capacitar a productores, personal y profesionales del campo.
Extendió su mano amiga a las universidades, y su centro genético ha servido para el desarrollo de investigaciones en el área de reproducción animal. También realizó programas de evaluación genética con instituciones ganaderas como Sementales Probados, Sempro, de la UNET.
Imparable en su empeño y en su creatividad, Hidalgo genera otros logros que beneficiaron la producción agropecuaria del Táchira y del país. Logros como la Cooperativa de Leche de El Piñal, la Planta Procesadora de yuca, la empresa productora de nitrógeno NitroHonda, el Centro de Inseminación Brahman Honda; la fábrica de guantes para uso veterinario, y la de bretes e implementos agropecuarios. Hay que anotarle, por supuesto, los concesionarios automotrices Dimca e Hidalgo Motors, entre otros emprendimientos que contribuyeron al desarrollo regional.
Gestión gremial
Hidalgo, en su ímpetu creador, no dejó a un lado su aporte al colectivo a través de la gestión gremial. Fue presidente de la Junta Directiva de la Asociación de Ganaderos del Táchira, Asogata, durante el periodo 1975-77, dejando apreciable y duradera huella de su acción.
Durante su gestión se consolidó la actual sede física de Asogata y el Parque Exposición Ganadero, del Jorge Villamizar, hoy un ejemplo en el país por su versatilidad, en todos los aspectos.
Más recientemente, también ocupó el cargo de presidente del Consejo Superior de Asogata, desde 2012 hasta 2019. Julio Hidalgo, como pocos, deja honda huella en el desarrollo del Táchira, muy especialmente en materia ganadera. Desde el martes, sus restos reposarán en los predios del Jardín Metropolitano El Mirador.
Deja para el Táchira, la tierra que amó, y para todo el país, un gran ejemplo como ganadero, emprendedor y ciudadano, un valiosísimo legado para quienes le apreciaron. En especial, su esposa Indalecia de Hidalgo, a quien hacemos llegar nuestra palabra de condolencia, así como a sus hijos, hermana y demás familiares. Paz a su alma.
Fue arrollada en la avenida Venezuela y requieren a sus familiares
24 de noviembre de 2024
