Regional
La Monumental de Pueblo Nuevo sigue marcando el ritmo taurino ferial
27 de enero de 2025
Víctor Matos
Desde aquel histórico encuentro con el astado en la tarde del 18 de enero de 1967 con el diestro español Antonio Ordóñez, “Antoñete”, lidiando el primer ejemplar de nombre “Romerito”, habían transcurrido 201 años que la fiesta taurina se había enseñoreado en la colonia hispana en América del Sur, cuando en la Plaza de Toros de Acho, el 30 de enero de 1766 se hizo la primera corrida en la capital virreinal de Lima, Perú.
Aquí, fue el acontecimiento de la Feria de San Sebastián, cuando se inició la fiesta brava contando entre sus ilustres invitados al presidente de la República, Raúl Leoni, al gobernador del estado, Juan Galeazzi Contreras, al diputado Carlos Andrés Pérez y a Hugo Domingo Molina, promotor, al lado de Eduardo Santos Castillo, autor de esta obra que está cumpliendo cincuenta y ocho años de su fundación.
Hoy, el cartel de arriesgados toreros estarán representados por: Joselito Adames, Joaquín Galdós, Antonio Suárez, Alejandro Talavante, Emilio De Justo, Jesús Enrique Colombo, Manuel Escribano y Fernando Adrián quienes desde este jueves 30 de enero pondrán a vibrar las tardes de sangre, sol y arena en el coso de Pueblo Nuevo.
Fue su inauguración la concreción de un sueño cuyos esfuerzos se concretaron en apenas siete meses que convirtieron a la ciudad en epicentro de las fiestas antes patronales, proyectando a San Cristóbal hacia todo el país y el mundo de la tauromaquia.
Su éxito inicial rubricó los triunfos conseguidos en los dos años anteriores cuando se improvisaba en una plaza montada de madera en La Concordia, que cambió luego gracias al esfuerzo de un pionero, Hugo Domingo Molina, escoltado por el arquitecto Eduardo Santos Castillo que llevaron adelante la obra que permanece en la parte alta de la ciudad como un símbolo inequívoco de la programación anual de nuestra Feria Internacional, que se ha lucido en más de medio siglo con los mejores toreros tanto españoles, mexicanos, colombianos y venezolanos, destacándose nítidamente César Girón, Morenito de Maracay, y el actual y brillante diestro Jesús Enrique Colombo, quien viene de resonantes triunfos, el último de los cuales fue el indulto de su cornúpeta en la última feria taurina realizada en la vecina Colombia.
Desde sus inicios, la Plaza de Toros Monumental de Pueblo Nuevo que hoy ostenta con razonable justicia el nombre de “Hugo Domingo Molina”, se ha cubierto de gloria por el número de toreros de altísima calidad, con las ganaderías de postín tanto nacionales como internacionales, indultos por la exactitud del manejo de sus diestros, y por colmar cada año sus instalaciones con un público ávido de este tipo de espectáculos, que tanto brillo alcanza en el festejo anual de nuestro máximo festival.
Figuras como Manuel Benítez “El Cordobés”, César Girón, Antoñete, Paco Camino, Diego Puerta, Curro Girón, Diamante Negro, César Rincón, Enrique Ponce, Julián López y los venezolanos Morenito de Maracay y ahora nuestra revelación Jesús Enrique Colombo, están entre las decenas de toreros que han puesto el sol brillante en nuestra hermosa Plaza Monumental de Pueblo Nuevo.
Eduardo Santos Castillo hizo realidad el soñado coso
En el tiempo récord de siete meses, la Plaza Monumental de Toros de Pueblo Nuevo fue entregada al servicio público el 18 de enero de 1967, rubricando así el trabajo tesonero realizado por un puñado de hombres que pensaron desde su juventud en el futuro de su terruño.
Fue el arquitecto Eduardo Santos Castillo el ejecutor de esta magna pieza angular que ha servido a través de los años del gran atractivo turístico de los amantes de la fiesta brava.
Eduardo Santos Castillo, igualmente fundador de la cátedra de su especialidad en la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) y expresidente de Ferrocarriles de Venezuela, hizo realidad esta obra ciclópea con capacidad para veintidós mil quinientas personas, la primera por su belleza arquitectónica y la más moderna del país, que ha mantenido su prestigio a lo largo de más de medio siglo de existencia.
La Feria Internacional de San Sebastián no se concibe si en su programación no se contara con el cartel de diestros que la semana final de su festejo ponen a vibrar el coso de Pueblo Nuevo, cuyos terrenos para entonces eran un tanto extraños pero que luego fueron unidos por la avenida España y por el Complejo Ferial que adornan sus alrededores en donde están los Pabellones de la Feria y el Polideportivo con su inmenso estadio de fútbol.
Víctor Matos