Llegó diciembre y, con este, la flexibilización de la cuarentena. En el municipio Junín ya no se habla de semana radical y ya hicieron su aparición las decoraciones que recuerdan la proximidad de la Navidad.
En calles y avenidas de Rubio se observa mayor movimiento de personas, mas no así de vehículos, tal vez por la prolongada escasez de combustible a precio regulado.
El comercio abre sus puertas con nuevos horarios, esta vez más extensos, y sus propietarios tienen la esperanza de recuperar las ganancias durante esta temporada.
Son numerosas las ventas de productos colombianos que se ofrecen desde improvisados locales hogareños o en la calle, así como puestos de verduras y frutas en camiones o sobre las aceras que circundan la plaza Urdaneta, ubicada frente al mercado Municipal, el cual parece haber recobrado su actividad habitual, antes de la aparición de la pandemia.
Algunos establecimientos lucen adornados con las tradicionales guirnaldas y bambalinas; en otros, árboles de Navidad de grandes proporciones atraen las miradas de los transeúntes y, por supuesto, también están los pesebres, que con ovejas y pastores esperan la llegada del Niño Jesús. Tras los mostradores, los vendedores acompañan su indumentaria con el gorrito navideño.
En el centro de la Ciudad Pontálida han desaparecido comercios establecidos, cuyas vitrinas se muestran vacías. En algunos casos, cambiaron de ramo y lo que era una zapatería, ahora es una venta de cosméticos o un supermercado. Crece el comercio informal.
Un aspecto que no pasa desapercibido es que muchas personas circulan por las calles sin tapaboca o sin cuidar las normas de bioseguridad. Hacen cola frente a algunos locales para hacer sus compras, sin el necesario distanciamiento social.
Las farmacias continúan atendiendo los pedidos de los clientes a través de una reja o de la ventanilla, pero aún no abren las puertas en su totalidad.
La plaza Bolívar se engalana para estas festividades con luces y una diversidad de ornamentos, y cuenta con numerosos visitantes, que aprovechan el escenario para tomarse fotos o distraerse.
Golpeado por el desbordamiento de sus ríos, el municipio Junín hace intentos por recobrar la normalidad. Pero son más de tres mil familias afectadas, cientos de damnificados que lo perdieron todo y todavía no se recuperan del impacto sufrido.
En estas fechas hay que recordar que, a pesar del mes de cuarentena “flexible”, continúan los contagios y las muertes por covid-19.
Norma Pérez