La característica mortal de las trochas fronterizas volvió a aparecer. Este martes, un hombre que hasta el cierre de esta edición no había sido identificado, fue hallado sin vida en la trocha La Carbonera, que comunica a Boconó con Ureña, en Venezuela.
Así lo informó el diario La Opinión, en un trabajo especial que realizaron luego de registrar los constantes reclamos por parte de las autoridades judiciales hacía los organismos policiales venezolanos, quienes para evadir responsabilidades indican que los muertos, en su mayoría venezolanos, se encuentran fuera de sus fronteras.
Esta vez, la víctima tenía tapada la cabeza con una franela blanca. No llevaba camisa puesta, tenía bluyín y zapatos negros. Esta, ha sido la constante en los múltiples crímenes que han ocurrido en las trochas durante los últimos dos años.
Además, los homicidas que acabaron con la vida de este hombre, que se presume venezolano, le amarraron las manos con los cordones de sus zapatos.
El cadáver fue encontrado aproximadamente a las 8:00 de la mañana, por los contrabandistas que frecuentan este paso y de inmediato alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta sobre el hecho.
Cuando los uniformados arribaron al lugar, se percataron de que el cadáver estaba tendido en territorio venezolano y encomendaron a los miembros de la funeraria Nuestra Señora del Carmen para que lo trasladaran al Instituto de Medicina Legal, por razones humanitarias.
Según se conoció, la víctima tenía un impacto de bala en la parte cervical.
“Esta zona es un fortín de la banda criminal La Línea. Por acá se mueve el contrabando, el cobro de extorsiones y el imperio de esa gente”, dijo un habitante de las inmediaciones de este sector de Boconó.
La víctima no tenía tatuajes ni documentos que ayuden a su identificación. Serán sus familiares quienes lo reconozcan.
La Opinión conoció que algunas personas que se enteraron sobre la aparición del cuerpo, llegaron hasta el lugar para verificar si se trataba de un ser querido que está desaparecido, pero una vez visto, lo descartaron.
Muertos en las trochas
El fin de semana, los familiares del venezolano Yender Alexander Canelones Andrade, de 39 años, reconocieron el cadáver de su ser querido en Medicina Legal, por los tatuajes que tenía en los antebrazos con los nombres de dos de sus hijos.
Canelones fue asesinado de cuatro impactos de bala, en la trocha La Playita de La Parada, en Villa del Rosario.
Los otros tres cuerpos que este medio ha registrado en lo corrido de este año, como levantamiento humanitario por las autoridades colombianas, son el venezolano Víctor Daniel Guerra Zambrano y su pareja colombiana Magda Alcira Torres, que aparecieron en el río Táchira en inmediaciones de Nuevo Escobal, junto al cadáver de Víctor Alfonso Cancino Escobar, de 29 años y también colombiano.
Todos aparecieron mutilados y a pesar de haber quedado en zona venezolana, ninguna autoridad de ese país adelantó el levantamiento.
En todo el 2019, autoridades policiales evitaron asumir responsabilidades por los muertos en su territorio fronterizo.
Con información La Opinión