Dicen los expertos que el virus tiene poco que hacer si se utiliza bien la mascarilla, se mantiene la distancia, y se practica el lavado de manos frecuentemente con agua y jabón. Solo hay que acostumbrarse.
Humberto Contreras
La verdad es que no estamos indefensos ante la brutal acometida de la infección viral que nos tiene acorralados. Tres elementos económicos, abundantes y de fácil uso, son las armas más poderosas de que hasta ahora disponemos; sin embargo, no les prestamos la atención debida y como consecuencia, el virus avanza mortalmente: Tapaboca, distanciamiento, y agua y jabón.
Una prueba reciente en el país es lo ocurrido en el mercado Las Pulgas de Maracaibo, que se ha convertido en el foco más importante y mortal a escala nacional. En el Táchira estamos viviendo, en estos últimos días, un incremento inusitado de los contagios, en distintas zonas.
Todo ocurre porque mucha gente no usa el tapaboca cuando está en la calle, o si lo carga puesto, no se lo coloca adecuadamente. No respetan, además, el distanciamiento físico de por lo menos dos metros entre persona y persona, y no se lavan frecuentemente las manos y la cara, con agua y jabón.
Uso de la mascarilla
Usar la mascarilla debe ser obligatorio, por nuestra propia convicción. La mascarilla nos protege de que alguien contaminado nos pase sus virus, tanto en espacios públicos cerrados, como también en los abiertos, donde mantenerse a distancia de otras personas no sea posible, en cuyo caso es mejor no estar, si no es indispensable hacerlo.
El tapaboca es, según enfatizan a menudo los expertos, el mejor escudo contra el contagio. Dicen ellos que lo más importante es que podamos entender que la mascarilla es incómoda, pero que uno tiene que acostumbrarse a ella, así como los niños se acostumbran a usar zapatos. Hay que ponérsela al salir de casa, olvidarse de que la tenemos puesta, y no quitársela, hasta regresar.
Distanciamiento físico
Una serie de estudios de investigación sobre las medidas preventivas y su eficacia, permiten llegar a la conclusión de que el distanciamiento físico es posiblemente la medida más efectiva. En nueve de estos estudios, con casi 8 mil participantes, se observó que mantener una distancia de más de 1 metro se asociaba con un riesgo mucho menor de contagiarse. Y, por cada metro adicional, hasta tres, el riesgo podía reducirse a la mitad.
Lavarse las manos
Agua y jabón es hoy día, y científicamente probado, la mejor arma –hasta que llegue la vacuna-, para combatir enfermedades infecciosas, incluyendo el fatídico nuevo virus. Esta mezcla ha demostrado que es altamente destructiva para esos microorganismos. ¿Por qué?
El jabón tiene la propiedad de disolver la grasa. Cuando la toca, la va disolviendo en pedazos cada vez más pequeños, que luego son arrastrados con el agua. El virus infeccioso es una molécula recubierta por una capa de grasa, la cual se desbarata al contactar con el jabón. Y así el virus se acaba.
Datos de interés
- • Mascarilla: No se debe tocar la tela. Hay que agarrarla de los cordones para ponerla o para quitarla. No dejar la nariz o la barbilla al descubierto. La tela debe cubrir el rostro debajo de los ojos. Y se debe ajustar bien. Si se deja muy holgada para sentirla más cómoda, facilita que se cuelen partículas contaminadas. Manipularla mucho para quitar y poner, multiplica chance para contagio. No se debe doblar o arrugar para guardarla en el bolsillo.
- • ¿Por qué 20 segundos para lavarse las manos? Porque el jabón necesita tiempo para actuar. Además, es el tiempo mínimo necesario para asegurarnos de que nos estamos enjabonando adecuadamente.