«Es la negación de la libertad porque somete a las personas a exponer su vida, donde al cruzar un camino se encuentra con irregulares armados con pistolas y granadas y cuya vida depende del estado de ánimo del opresor».
La trocha a juicio del profesor Armando Garnica Santos, “es el camino de los parias, para los descamisados que no tienen patria, porque un ciudadano que tenga patria, sus gobernantes están en la obligación de brindarle las condiciones más favorables que le permita disfrutar de los bienes y servicios que garanticen la vida en la sociedad”.
Explica que la trocha es la humillación a la que se somete el ser humano, “para buscar su subsistencia del yugo inmisericorde. Es la negación de los derechos humanos fundamentales. Es la negación de la libertad porque somete a las personas a exponer su vida en las veredas, llenas de monte, donde al cruzar un camino se encuentra con irregulares armados con pistolas y granadas y cuya vida depende del estado de ánimo del opresor”.
La trocha para Garnica, es el negocio más rentable para unos pocos en el cual participan las élites encumbradas en las altas esferas de la sociedad por donde pasa el contrabando, de día y de noche, de medicinas, alimentos, gasolina, gas, armas y tráfico de personas.
—La trocha es la vergüenza de una sociedad corrupta y corrompida que no le importa violar los derechos consagrados en la Constitución y Tratados Internacionales y cuyo fin supremo es volver rico a un séquito a costa del sacrificio y el deseo de vivir de las personas-, aseguró.
Unir a dos pueblos hermanos
Dijo que por estos lugares, “de tragedia y desencanto, desfilan cientos de personas; abuelos enfermos y con bastón para apoyarse y no caer entre las piedras y el agua; mujeres embarazadas que están en los últimos días para parir; hombres y mujeres con niños, que van a buscar el alimento para la familia, sometiéndose al peligro de la crecida del río, mientras que a varios metros, se divisa el puente internacional, construido por dos gobiernos con la finalidad de unir a dos pueblos hermanos”.
—La trocha representa la degeneración de los principios éticos y morales de la sociedad, por su origen perverso, ha creado un intramuros donde se ofrecen los más diversos servicios que permiten a las personas obtener dinero.
Los servicios que pasan
Según el profesor Garnica, se encuentran pasando el río, de aquí para allá, los siguientes servicios: “Lavado y secado de pies: Se les presta a las personas que al pasar el río se llenan de barro, y para no ensuciar las sandalias, pagan 500 pesos. Este servicio lo utilizan las muchachas, no por monería, sino para proteger a los chocatos”.
—También se ofrece inodoro y duchas: este servicio se presta en las casas que están ubicadas cerca del río. Lo utilizan las personas que vienen sudadas y llenas de polvo. Por el servicio de inodoro, se pagan 500 pesitos mientras que por el de ducha son 1000, sin derecho a champú-, sostiene.
Se refiere al “lomoTaxi”: “tal cual, lo prestan varios jóvenes para pasar el río a abuelos y niños sobre los hombros o la espalda, que visto desde el puente se parecen al jorobado de San Cristóbal. Por este servicio se pagan 2000 pesos, exigiendo los prestadores, no tener responsabilidad si se caen al agua y se ahogan”.
—Hay un servicio de “Lomo-Carga”: son los encargados de llevar y traer la carga pesada como cocinas, neveras, bultos de comida. Por este servicio, el más oneroso, se pagan 15.000 pesos, exigiendo el contratante, no tener responsabilidad por una hernia o torcedura-, asegura Garnica.
Habla del “Puente de tabla o de piedras”: “son puentes improvisados que los trocheros, como buenos ingenieros, colocan de extremo a extremo del río para facilitar el paso. Si ha de pasar por el puente de tablas, el peaje es de 2000 pesos y si pasa por el de piedra, la tarifa es de solo 1000 pesos”.
—Encontramos arrastradores: servicio que se presta a las personas que necesitan transporte local, intermunicipal o internacional. Por este servicio, se paga mil o 2 mil pesos-, dijo.
Crema “tumba callos”
Al pasar el río y por el camino que conduce a La Parada, explica Gandica, “usted se encuentra con un gentío que vende: crema para tumbar callos, el sabañón, elixir mata lombrices, perros calientes con agua panela, cigarrillos, paticas de cochino con frijoles, verduras, carga de teléfono, medicinas, revitalizantes, cambio de bolívares y dólares, y si va con la novia y la euforia del paso por el río les da calentura, alquila un cuarto construido de zinc y mata las ganas”.
Remata afirmando que la trocha da para todo. “Se consigue y se ve de todo, como en botica del pueblo”.
Augusto Medina