Regional

La zaga de Pastor López continúa

8 de abril de 2024

763 vistas

Víctor Matos

Quizá uno de los cantantes venezolanos que más visitó San Cristóbal fue el recordado “indio” Pastor López, quien falleció hace cinco años, el 5 de abril, en la ciudad de Cúcuta, víctima de un accidente cerebrovascular a la edad de 74 años y en la cúspide de su carrera, que cubrió desde 1967.

Pastor estuvo en casi todas las celebraciones de la Feria Internacional de San Sebastián; recorrió el Táchira en sus diferentes eventos como el Carnaval de la Frontera, las fiestas Patronales de Rubio, en La Grita, así como en las Ferias de la Virgen de la Consolación, y se sintió uno más entre los nuestros.

El rey del porro y la cumbia estuvo más de medio siglo en escena no solo con su particular voz escoltado por su combo, sino con sus numerosos temas que se convirtieron unos tras otros entre los más exitosos del momento.

Canciones como La venezolana, Golpe con golpe, La Tusa, Sorbito de Champán, Más que un loco, Traicionera, Solo un cigarro, entre decenas más de su propia autoría, lo ubicaron al tope de la melodía tropical con la que se entronizó en Colombia y lo llevó luego a cubrir extraordinarias giras por los Estados Unidos, Ecuador, Perú y hasta Europa, recorriendo escenarios de España, Inglaterra, Bélgica, entre otras naciones.

La magia de Pastor López se hizo imprescindible durante nuestro mayor festejo de enero, la Feria Internacional de San Sebastián, y sus shows eran colmados por miles de seguidores que no acababan de celebrarlo hasta la madrugada por la alegría y frescura que emanaba de su especial estilo con una voz que se le destacaba en cualquier escenario en donde la estrella se presentara.

Nació en Barquisimeto, en donde hizo sus primeros pasos por el mundo artístico en la canción folklórica hasta enrumbarse por los temas populares, empezando apenas a los cinco años con presentaciones en el Show de Renny que se programaba por Venevisión y que lo diera a conocer para luego participar en agrupaciones como las de Aníbal Velásquez, Tomás Henriquez y comenzar con la música cumbiambera con la que conquistó al hermano país en donde se decía: “Venezuela lo vio nacer pero Colombia lo hizo suyo”, llegando incluso a participar en una telenovela por la cadena Caracol.

En el Táchira hizo una pléyade de amigos, y cada visita que hizo fue todo un acontecimiento de amistad y admiración que se truncó un fatal día en la ciudad de Cúcuta, después de haber superado otro problema de salud felizmente en una clínica en Bogotá.

Han transcurrido cinco años de su viaje al infinito pero su memoria y el recuerdo de sus memorables páginas musicales jamás se olvidarán, pues Pastor López, en escenarios como el Centro Latino, el Círculo Militar y las ferias de Táriba, dejó una estela de alegría y de recuerdos impresionantes.

En la actualidad, uno de sus hijos, Pastor López Jr. le sigue los pasos a nivel internacional con las páginas que hicieron célebre al popular “Indio”.

Su hijo heredó su talento

“De tal palo tal astilla”, reza el adagio popular, y ese es precisamente el sendero emprendido por Pastor López Jr. quien con apenas 15 años de edad se ha identificado no solo físicamente con la gloria artística de su padre del mismo nombre, sino que se ha convertido en el sorprendente heredero de su talento.

Por tal motivo, y manejado artísticamente por su madre, Sheril González, realiza una serie de presentaciones desde Cúcuta para toda Colombia, proyectando no solo su parecido físico como también al igual con la coloratura de voz del inconfundible progenitor, que lo está llevando a los principales escenarios de su país y con compromisos fuera del mismo, donde estaría por cierto San Cristóbal en la próxima edición de la Feria Internacional de San Sebastián.

Temas como Traicionera, Yolanda, El ausente, Carmenza, Golpe con golpe, Amor y llanto, Pecadora, Las caleñas, ya forman parte del repertorio del Junior que está girando al son de la cumbia tan igual como lo hiciera el recordado Pastor López, precisamente a los cinco años de su fallecimiento.

Víctor Matos