Regional

Las colas de gasolina: problema de nunca acabar

12 de marzo de 2020

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La reducción del número de gandolas que llegan al Táchira se manifestó este miércoles en las largas colas que se formaban en aquellas estaciones de servicio para las cuales ya se había divulgado la información a través de las redes sociales.

Los vendedores de víveres se quejan, no solo de las colas sino de que el escaso combustible del que se aprovisionan apenas si les alcanza para laborar

Por Freddy Omar Durán

De una semana a otra, las cosas cambian del cielo a la tierra: mientras la semana pasada muchos lograron, casi de refilón, surtirse; esta semana, otros han tenido que volver a las trasnochadas.

Trasnochadas que vienen con el temor de caer en el operativo de seguridad Cielo Oscuro, flexibilizado ante la imperante necesidad de seguir en cola, en tanto el mismo Gobierno nacional ha venido admitiendo el insuficiente abastecimiento general de combustible para el estado Táchira.

Quienes trabajan con el transporte y venta de víveres se quejan por las dificultades para su subsistencia por la escasez de combustible. (Foto/Gustavo Delgado)

Nuevamente los conductores se quejaron, y nuevamente el desorden vial se impuso en algunos puntos de la ciudad, lo cual ameritó incluso la actuación de las FAES para recuperar el orden.

Señales de congestionamientos se observaron en una de las estaciones de servicio que atienden solo motocicletas. Se calcula que alrededor de 800 motorizados, cubriendo un área de alrededor de 5 manzanas, tomaron un segmento importante de calles y avenidas, y se hicieron sentir en una algarabía de motores y gritos.

A esta escena se sumó el reclamo de quienes no aceptaban “extrañas cosas” que estaban sucediendo, y todo desembocó en trifulcas que fueron contenidas por funcionarios de las FAES.

Desde el día de martes, el aumento de la presencia militar se evidenció en muchas estaciones de servicio, en previsión de preservar la seguridad en el lugar mientras se desarrollaban las jornadas de protesta en San Cristóbal.

En algunas estaciones de servicio, como Rodelca, las colas se extendían por 20 cuadras; y en la de Zorca Providencia, la misma llegaba hasta Zorca San Isidro, situación que se estaba produciendo desde el día sábado, aproximadamente.

Venidos de lejos

Los conductores que acudieron a las estaciones de servicio donde había llegado la gasolina, y que lograron su objetivo, estaban en cola desde la tarde del martes; y de hecho, muchos de los primeros en ser atendidos el miércoles, ya venían esperando desde el lunes.

Los más afectados son los que disponen de sus vehículos como herramientas de trabajo; especialmente aquellos conductores que provenían de diversas partes del Táchira e inclusive de otros estados.

Iván Ferrero, por ejemplo, provenía de El Nula y, aunque ya está censado en su respectiva localidad, considera que es insuficiente, pues debe hacerlo una sola vez al mes, y por apenas 40 litros. Sin embargo, acepta que venir de tan lejos también le está reportando gasto del automóvil y de sus reservas, pues prácticamente eso es lo que gasta en ir y venir; pero, aun así, no le queda otra opción.

Armando Delgado se lamenta de que entre tantas medidas para poner fin a las colas, apenas las mismas funcionen por un buen tiempo, para luego volver a las mismas.

Algunos choferes reportan que algunos funcionarios y personas que ejercen el control en las estaciones de servicio lanzan acusaciones infundadas contra algunos de los “gasolineros”, por cargar automóviles antiguos de gran capacidad. Así lo manifestó el dueño de un Caprice, quien prefirió ocultar su identidad, y afirmó tener su TAG particular y no estar cometiendo ningún tipo de irregularidad, pues apenas con lo que se abastece alcanza para sus gestiones particulares y laborales.

Otro conductor, aunque debe abastecerse en Rubio, cada mes, debe continuamente aprovisionarse en San Cristóbal y señaló que a pesar de manejar un Fiat Regatta, que a duras penas se llena con 40 litros, ha sido detenido en algunas alcabalas, donde le han reclamado el hecho de que ande con su carro full.

Los vendedores de verduras y otros víveres que residen en áreas rurales y están obligados a desplazarse de un punto al otro del estado Táchira, no consideran justo para su labor, que va en beneficio de la seguridad alimentaria de los tachirenses, que no solo tengan que “calarse” las colas, sino que lo que obtienen luego de días en ellas no cubra sus necesidades de movilización.