Olores pestilentes, basura en descomposición en las principales calles de la capital tachirense, generan contratiempos para las personas que transitan a diario por ellas, lo que demuestra que la problemática en la recolección de los desechos sólidos, tiende agravarse en la ciudad, pese al plan de contingencia que ha desplegado la municipalidad local.

Los problemas que ha generado el cierre por varios días del basurero  de San Josecito, donde los vecinos se quejan de los malos olores por la falta de mantenimiento, se han trasladado a San Cristóbal, pues ante la imposibilidad de la recolección de los desperdicios de manera normal, la permanencia de los mismos en la ciudad es ya notoria, sobre todo en la zona céntrica de la capital tachirense, al igual que en barriadas y predios del Terminal de La Concordia.

En algunos puntos de la ciudad y de acuerdo con la denuncia de comerciantes, la acumulación de desechos ya cumple más de ocho días, lo cual afirman, está generando contratiempos  por los malos olores y descomposición de los residuos, muchos de alimentos  lanzados en bolsas a la calle.

En el centro de San Cristóbal, tanto en las avenidas Isaías Medina Angarita y Francisco Javier García de Hevia –Séptima y Quinta avenidas-  las bolsas con los desechos han sido lanzadas en los pasos peatonales y paradas de autobús, lo que además de representar un problema de salubridad, afecta la movilidad de las personas.

Ya en predios del Terminal de La Concordia, el panorama es igualmente desalentador, ya que enormes promontorios de residuos no han sido recogidos y la mayoría de ellos, ya cuentan varios días al aire libre.

En las barriadas sancristobalenses del 23 de Enero, Puente Real y de La Concordia, el panorama en materia de recolección de los desechos, es aún más preocupante, ya que en esas localidades el servicio de  recolección no se ejecuta desde hace al menos ocho días, con lo cual los incidentes en materia de salud, tienden agravarse, más aún que muchos de los vecinos de estas zonas han optado por quemar en la vía pública los desechos.

Pablo Eduardo Rodríguez