Más de cuarenta pontífices, a lo largo de la historia papal, han sido víctimas mortales de atentados y otros casos de violencia, algunos de los cuales se fundamentan en suposiciones.
Especialmente en el lapso centenario comprendido entre los años 896 y 999, cuando seis de ellos, la mayoría con muy cortos períodos de papado, fueron muertos, víctimas de las luchas políticas por el poder que representaban, en lo político, más que en lo religioso.
Aquí reseñamos brevemente algunos casos.
Juan VIII, papa107 (872-882): Fue envenenado por alguna persona de su confianza, que posteriormente lo golpeó con un martillo hasta la muerte, porque demoraba para morirse, el 15 de diciembre de 882.
Esteban VI, papa 113 (896 a 897): conocido por haber organizado un juicio a su antecesor, el papa Formoso, ya muerto, con el objeto de hacerle un juicio, casi obligado por poderosos intereses políticos que buscaban una venganza en la memoria del fallecido.
Esteban ordenó exhumar el cadáver de Formoso, quien le había consagrado Obispo, y reunió a tal fin, un concilio que se conoce como el “Concilio cadavérico” o “Sínodo del terror”. Sentado el cadáver de Formoso, vestido con el ajuar correspondiente, en el trono papal, fue encontrado culpable, por lo que Esteban declaró ilegítima su elección como Papa, se anularon todos los actos y las ordenaciones de su papado, lo que libró a Esteban de ser acusado del mismo cargo.
Para concluir el llamado concilio, se despojó el cadáver de sus vestiduras, le cercenaron los tres dedos de la mano con la que acostumbraba bendecir, y luego los restos mortales fueron arrastrados por las calles de Roma, y luego fue incinerado y arrojado al río Tíber.
Posteriormente, al conocerse estos hechos, el pueblo romano sorprendió a Esteban en el palacio. Fue encarcelado, abusado sexualmente y posteriormente estrangulado, el 14 de agosto de 897.
Juan X, papa 122 (914-928): murió en prisión, en mayo de 928, asfixiado con una almohada, luego de que fuese depuesto y apresado por apoyar a un candidato a rey de Italia que no era del agrado de la familia dominante entonces.
Juan XII, papa 130 (955 a 964): Impuesto por su padre, fue elegido papa sin haber cumplido 18 años. Tuvo poca formación religiosa y mucha actividad mundana, lo que le valió el apodo de «El Papa Fornicario». Historias de su tiempo le destacan su desinterés por lo espiritual, su afición a placeres nada santos, y su vida disoluta sin inhibiciones. Murió el 14 de mayo de 964, según aseguran datos de la época, asesinado de un martillazo en la cabeza por un marido que lo sorprendió en el lecho de su mujer, aunque otra historia señala que murió de apoplejía en pleno acto sexual.
Benedicto VI, papa 134 (973 a 974): Fue elegido gracias al apoyo del emperador Otón, pero tuvo el rechazo de Crescencio I, hermano del papa anterior, quien pretendía designar a otra persona. Al morir Otón, Crescencio encarceló a Benedicto y nombró pontífice a su protegido, que pasó a llamarse Bonifacio VII. Este hizo estrangular a Benedicto en junio de 974, ante la posibilidad de que fuese liberado por el representante del nuevo emperador, Otón II.
Juan XIV, papa 136 (983 a 984): A la muerte de Benedicto VI, el emperador Otón II impone como papa a su vicecanciller imperial en Italia quien toma el nombre de Juan XIV. A pocos días de la elección, el emperador falleció y fue sucedido en el trono por su hijo Otón III de apenas tres años de edad, lo que facilitó que Bonifacio VII, quien se había exiliado en Constantinopla, ocupara de nuevo, ilegalmente, la silla papal. Bonifacio encarceló a Juan XIV en el Castillo Sant’Angelo donde murió de inanición, aunque otras versiones dicen que fue envenenado, el 20 de agosto de 984.
Benedicto XI, papa 194 (1303-1304): Se dice que fue envenenado por partidarios de Bonifacio VIII, aunque hay la versión de que la causa fue una indigestión provocada por higos.
Alejandro VI, papa 214 (1492 a 1503): El 6 de agosto de 1503, Alejandro VI y su hijo César Borgia, participaron en un banquete en la residencia campestre de un cardenal. Pocos días después, todos los comensales resultaron gravemente enfermos. Alejandro falleció el 18 de agosto de ese año. Se dice con cierta veracidad, que fueron víctimas de un veneno con el que César habría intentado asesinar a otros convidados, y que uno de los sirvientes por equivocación, les sirvió a ellos mismos. Otros dicen que simplemente fue víctima de la malaria que, entonces, azotaba la población.
Pío XI, papa 259 (1922-1939): Primer pontífice soberano del Vaticano. Según rumores, fue asesinado el 10 de febrero de 1939, pero estos solo se basan en la coincidencia de que su médico personal era el padre de la amante de Benito Mussolini.
Fueron varias las amenazas contra el papa Juan Pablo II
Juan Pablo II fue uno de los principales objetivos de la violencia político-terrorista que prevaleció en el mundo durante gran parte del ejercicio de su papado. Además de los dos más graves atentados en su contra, tema de esta edición de Diario La Nación en este día, hubo otras muchas amenazas, que se reseñan acá con información extraída de la web.
El primer atentado ocurrió en 1979 en la Basílica de Guadalupe, en México, donde fue apresado un hombre que iba a colocar una bomba. Ese mismo año, en octubre, el FBI recibe un mensaje anónimo anunciando un atentado al papa, de las Fuerzas Nacionales de Liberación puertorriqueñas. El mensaje hablaba de una residencia en la cual se encontró luego una metralleta y otras armas.
En febrero de 1981, muy poco antes de llegar al sitio, ocurre una explosión en el estadio de Karachi (Pakistán), muy cerca de donde el papa iba a oficiar la misa. El autor del atentado murió en el acto. Un año después, en mayo, el sacerdote español Juan Fernández se lanzó contra el pontífice, armado de una bayoneta, en el santuario de Fátima.
En mayo de 1983, la tribuna en la que Juan Pablo ofrecería la misa, en un barrio de Milán, fue destruida por una bomba el día anterior del evento. Y en mayo de 1984, un joven estudiante surcoreano disparó con una pistola de juguete contra el vehículo que transportaba al papa por las calles de Seúl.
Tres años luego, en noviembre, un irlandés es detenido con varias bombas molotov listas para atacar al pontífice, mientras realizaba un viaje pastoral a Australia. En septiembre de 1990, se descubrió que opositores al gobierno de Costa de Marfil tenían un plan para asesinar al papa en Yamusukro, durante el acto de inauguración de la basílica Nuestra Señora de la Paz.
En la mayoría de sus más de cien viajes, se produjeron alarmas sobre posibles atentados y amenazas de muerte, que resultaron falsos.
Humberto Contreras