Regional

Más de 500 oficinas bancarias han cerrado en los últimos 18 meses

24 de marzo de 2021

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Para el ciudadano común que transita por las aceras de las zonas comerciales de la ciudad, en el centro o en La Concordia, o en Barrio Obrero, muchas veces pasa inadvertida una agencia bancaria con sus puertas cerradas en un horario de actividad normal.

La situación socioeconómica y de salud que afrontamos, casi ha excluido de la lista de actividades agendadas personalmente la visita a un banco. Los cajeros automáticos no dan el dinero que se necesita. La pensión no la pagan completa. Las taquillas están en lo mismo, aparte de que ya prácticamente no hay cheques para depositar o cambiar, y para lo poco que se puede pagar, está la raspadura de la tarjeta de débito.

Pero caminando por la avenida Isaías Medina Angarita, conocida como la Séptima avenida, se puede apreciar que, la que fue oficina del Banco Provincial, la misma que albergó al entonces Banco de Occidente, está cerrada. Lleva tiempo. La oficina en el centro, del Banco Mercantil, está cerrada. Igual sus agencias de Táriba y Paramillo.

En La Concordia se ve cerrada la que fue agencia del Banco del Caribe, por la avenida Octava, frente al estadio Táchira. La que fue sede del Banco Nacional de Crédito, BNC, en la plaza Miranda, igual, tiene tiempo cerrada. Algunas personas nos hablaron de otras agencias en la ciudad, pero no pudimos confirmar.

Pues es cierto. Las instituciones bancarias reducen sus espacios físicos, en todo el país, y pocas veces lo anuncian públicamente. Solo cuando un cliente requiere ir a diligencias en su banco, percibe la situación. Y esta disminución de la infraestructura de servicios de la banca nacional es un evento que viene ocurriendo en todo el país desde hace por lo menos tres años.

Así, en el año transcurrido entre junio 2019, y junio 2020, la Superintendencia de Instituciones Bancarias, Sudeban, registró la desincorporación de 320 oficinas.

Estadísticas negativas

En diciembre de 2019, siempre según la Sudeban, existían (quedaban) en la actividad bancaria nacional 3 mil 194 agencias. Seis meses después, junio 2020, cierre del primer semestre de ese año, la Superintendencia contabilizó 3 mil 22 agencias activas en el país, 172 menos.

Al cierre de enero de 2021, la cuenta oficial de agencias bancarias operativas en Venezuela que publicó la institución en su web, fue de 2 mil 959, o sea que 63 establecimientos bancarios más cerraron en el segundo semestre del año anterior.

¿Por qué?

Afortunadamente, la situación no es nada grave, ni significa ningún tipo de riesgo para el ahorro del ciudadano común, si es que en Venezuela podemos hablar de ahorros. Y menos, situación crítica de la banca como institución.

Las razones de la disminución de los establecimientos bancarios de atención al público vienen de tres fuentes principales. Una, la automatización y digitalización de los servicios, que cada día se incorporan a la red de internet. El uso del dinero plástico, de transferencias, de pagos, en fin, ya no amerita del usuario o cuentahabiente, su presencia personal en el banco.

La necesidad de reducir costos de operaciones, una de las necesidades prioritarias de la empresa universal, también hace de las suyas, y una tercera razón es, sin duda, el confinamiento a causa de la pandemia, que ha obligado a horarios especiales y a reducir el número de clientes dispuestos a acudir a una agencia bancaria, aun en caso de necesidad.

Y, en Venezuela, por supuesto, la escasez de papel moneda, y en general de efectivo para operaciones propias del cliente común, es otra causa de alejamiento de la presencia humana en esas instalaciones.

Menos personal

El hecho de que se reduzca el volumen de asistencia física de los clientes a las agencias, también reduce la necesidad de personal, y del consiguiente espacio físico que este ocupa.

Es decir, mucho personal se ha hecho prescindible, innecesario, por lo que el plantel laboral se ha reducido en casi todas las entidades bancarias del país, achicando el espacio material requerido para su funcionamiento. Esto ha permitido concentrar la atención al público de dos o tres agencias, en una sola.

Así, el capital humano del sector se ha reducido de manera considerable en el último año, de acuerdo con la estadística de la Superintendencia. En junio 2019, laboraban para el sistema 52 mil 139 personas. En junio siguiente, un año después, el organismo informa que el sistema bancario cuenta con 45 mil 748 trabajadores activos, o sea, 6 mil 401 plazas perdidas en un año, de las cuales 3 mil 428 se desocuparon entre diciembre 2019 y junio 2020.

En los últimos dos años, terminados en junio 2020, se redujo el plantel laboral en 11 mil 842 empleos, equivalente a la reducción de la nómina en 20,56%. Uno de cada cinco puestos. Aquí hay que aclarar que la disminución de empleo, no ha sido toda por causa de despido.

Una gran parte de la emigración de profesionales o empleados especializados, se ha debido en general al poco convincente nivel de salarios frente a un proceso inflacionario que a todos afecta, así como a la oportunidad de ofertas mejores en el exterior,

La situación, entonces, no es nueva y seguirá manifestándose por cuanto las entidades bancarias se ven obligadas a hacer ajustes permanentemente para poder garantizarse sus operaciones con un mínimo de condiciones de rentabilidad.

No solo en Venezuela

El fenómeno de la reducción física de los espacios destinados a la actividad bancaria no es propio de Venezuela. Aparentemente, es un fenómeno universal, que ha sido empujado, igualmente, por el avance tecnológico en la actividad financiera universal, la necesidad de reducir costos de operaciones, el menor requerimiento de recurso humano y, como aditivo, las consecuencias de la pandemia viral.

Revisando brevemente algunos apuntes en la web, se observa que en el VIII Encuentro Financiero Expansión-KPMG, la presidenta del Consejo de Supervisión del BCE español, habló de la necesidad de reducir el número de bancos, e indicó que, para ello, las vías son: o que estos dejen de existir o que se fusionen entre sí.

Según un portal económico español, hace unos años había oferta financiera de más de 60 bancos en ese país. Hoy, señala, apenas superan la decena, “y todo parece indicar que ese número seguirá disminuyendo”.

Las fusiones y absorciones empezaron tras la crisis en 2008 y han llevado a una concentración del sector, con cada vez menos entidades, “pero la motivación de esa concentración es puramente económica y busca la reducción de costes y de oficinas”.

Humberto Contreras