Si bien las sobreabundantes lluvias de la noche del miércoles y la madrugada del jueves no causaron daños humanos que lamentar, si dejaron el escenario preparado para una potencial tragedia.
El tradicional puente peatonal, que a pesar de ya estar en mal estado, aguantó por casi treinta años, los caprichos de La Bermeja, “tiró la toalla” a plena medianoche, provocando con el estrepito de su derrumbe aterrorizar a sus vecinos. Ese puente de hierro, sobre endebles bases de cemento, precisamente hace muchos años había reemplazado a otro que había sufrido semejante destino.
Pero si bien las familias de Belén Fuentes, Sara Jaimes y Faustina Ortega, por nombrar algunas de las damnificadas, podrán vivir perfectamente sin la presencia de ese puente, no lo podrán hacer con la zozobra de que la cañada regrese a llevarse lo que no pudo a la medianoche entre el miércoles y el jueves.
Paredes y parte de las habitaciones de sus casas que daban a La Bermeja, las arrastró el derrumbe, abriendo ante sus moradores el paisaje nada alentador de un caudal con bríos; pero que embriagado de lluvia se torna aterrador.
Durante estos recientes años, La Bermeja pese a las temporadas de lluvias de estas épocas del año, nada despreciables en intensidad, parecía no ser capaz de superar ciertos niveles, y menos salir de ellos para introducirse en las casas circunvecinas. Incluso en el lecho y la terraza una sólida vegetación de árboles se había consolidado; sin embargo, llegó el momento en que la naturaleza vuelve a demostrar su poderío, y de lo inconveniente que resulta desafiarlo construyendo en sus laderas.
Arboles y lodo se depositaron en el Pasaje Libertador y también alcanzó a un tramo de la avenida principal del 23 de Enero y su calle 1, formando el conjunto a la vista un espectáculo un tanto caótico. El agua rojiza, que paradójicamente escaseaba en las tuberías por el racionamiento, se metió a las casas, en el mejor de los casos, mojando muebles y electrodomésticos, y en el peor destruyendo irremediablemente algunos objetos.
Fue entonces un día para la limpieza del hogar; pero también para ratificar la lección de que la naturaleza de un momento a otro nos saca de nuestra zona de comodidad, y nos pone cara a cara con el peligro… (FOD)