Regional
Mavet celebró 25 años como guardián del patrimonio artístico tachirense
12 de junio de 2018
En la mente de Belkis Candiales y de los quijotes que se entusiasmaron con el proyecto el Museo de Artes Visuales nació hace 25 años con el propósito de educar en artes.
La idea no sólo cobró vida propia sino que fue creciendo a dimensiones que la han singularizado respecto a otras instituciones similares del estado que tal vez se le podría asemejar.
Esta multidimensionalidad de sus funciones dentro del concierto cultural tachirense,fue celebrada en un emotivo ambiente este sábado 9 de junio en acto especial.
A dicho evento capital acudieron los incondicionales del acontecer artístico, quienes de una u otra manera siempre han tenido al Mavet como punto de encuentro a otras maneras de entender el mundo y al ser humano en general.
Fue la ocasión para recordar y ratificar la misión y visión del museo, así como entregar dos merecidos reconocimientos: el Valentín Hernández Useche al artista plástico Oswaldo Barreto, y el Héctor Mujica al historiador Luis Hernández Useche, no solamente destacado en su labores de cronista sino personalidad de los medios, siempre presto a enaltecer ante el auditorio radioeléctrico los valores culturales de la región.
También se consagraron los espacios expositivos de la Casona 25 a la realización plástica de Freddy Pereira, cuya desaparición física apenas si alcanza a compensar una incombustible obra en los campos de la plástica y del teatro, ambos asumidos de manera magistral, bien ajustados a cualquier adjetivo mayestático que se le superpongan.
Dos grandes sueños
Las palabras iníciales estuvieron a cargo de quien hasta hace unos meses se desempeñó como directora de la institución cultural, de la cual no sólo ha sido madre procreadora sino madre sustentadora, Belkis Candiales.
Candiales rememoró los inicios del Mavet en espacios de la primera planta del Centro Cívico, gracias a las gestiones del arquitecto Henry Matheus Lugo. Desde entonces, se ha venido cumpliendo un rol no solo enfocado a la educación y la promoción del hacer creador, ya que la conservación del patrimonio artístico ha sido uno de sus principales roles, y casi que la marca distintiva del museo, estando bajo su protección más de mil piezas catalogadas y registradas representativa de la idiosincrasia de los municipios del estado Táchira, y 480 obras de maestros de la plástica nacional e internacional.
De cara al futuro, al país y al mundo muchos sueños enumeró Candiales en espera de su cumplimiento en los días por venir. En primer lugar la incorporación del Mavet a la Red Nacional de Museos, con lo cual se aspira solventar muchas de las necesidades perentorias de la institución, entre ellas personal especializado en museografía; y en segundo lugar el certificado de la Unesco al proyecto “San Cristóbal Ciudad Museo”, con el cual se puede perfilar un rostro humano y creativo a la urbe que sirva, entre otras cosas, de gancho a la industria turística, y que la rescate del olvido en que actualmente está sumida.
Orador de orden
Como orador de orden, tomó la palabra el poeta Manuel Rojas quien afirmó que el compromiso es el ejercicio mismo de la libertad del artista, y que bajo ese principio ha caracterizado la lucha del Mavet de talante eminentemente social siendo una institución de puertas abiertas a todo el que quiera participar a sus actividades como conferencias, recitales, exposiciones, servicios bibliográficos, talleres de plástica y música para todas las edades, seminarios, entre otros.
En la entrega de las distinciones, se hizo especial mención a la trayectoria del artista plástico Osvaldo Barreto, que ha sabido combinar el comic, las artes gráficas, y las artes plásticas, estas últimas signadas por un abstraccionismo con ecos simbólicos en el origen y la más prístina esencia de la Magna Mater.
De otra parte, la labor divulgativa a través de los medios de comunicación del historiador Luis Hernández Contreras ha enriquecido la identidad del tachirense que se alimenta del reflejo de personajes, fechas y lugares de resonancia histórica, que prácticamente estarían condenados a las sombras si no fuera porque su memoria prodigiosa los ha rescatado.
Igualmente fueron objeto de reconocimiento la familia Pereira, que se ha empeñado en proyectar entre la comunidad la trascendencia del legado de su ilustre miembro Freddy Pereira, y el trabajador Fernando Hernández, siempre leal y perseverante a la labor de la institución. (Freddy Omar Durán)