Regional
Misas de aguinaldo son un regalo de Dios para la humanidad
16 de diciembre de 2017
“La palabra aguinaldo quiere decir regalo, no es que nosotros le regalamos a Dios nueve (9) misas, que ojalá se las diéramos, porque a veces nosotros llamamos misa o novena ir a una de las nueve y hacer una fiesta después con una torta, unas hallacas y pan de jamón, cuando se puede, y llamamos a eso novena. La novena son nueve misas, ese es el primer detalle, que vayamos de verdad a esas nueve misas, y el regalo nos lo da Dios a nosotros”.
De esta manera, el padre Laureano Ballesteros, párroco de la iglesia Cristo Rey, en el sector de Las Lomas, comparte las intenciones que deben vivir los cristianos en este tiempo de espera para la llegada del Niño Jesús.
Detalló que los aguinaldos son regalos que Dios les da a todos: “Nos regala la palabra, nos regala la eucaristía, nos regala la presencia de Dios en medio de nosotros, y nos regala algo que necesitamos en Venezuela urgentemente, como lo es la esperanza, para volver a ser cristianos, convencidos de que el mundo tiene que ser mejor cada día”.
El sacerdote manifestó que hay que tener esperanza, porque la Sagrada Escritura no defrauda; al contrario, el hombre o la mujer que pone su esperanza en Dios, sabe que Dios no le va a fallar, que Dios no le va a faltar, porque Dios siempre cumple la palabra.
Ballesteros expresó que da mucha alegría ver a los cristianos cómo se reúnen, cantan, bailan, incluso danzan, cómo hacen juegos, cómo se dan sorpresas unos con otros. Incluso algunos conservan la tradición y hacen los chistes con los que aquellos abuelos jugaban, como “pegar los aguinaldos”, y eso es muy bonito porque se vuelven a revivir las emociones, expresó.
“Aquí, en esta zona donde estamos, San Cristóbal tuvo un escenario bellísimo para celebrar esas misas de aguinaldo. La gente patinaba a las 4 de la mañana, se reunía y compartía un cafecito después de la misa. Los vecinos muy generosamente preparaban sus termos y esperaban a la gente con un cafecito o un pedacito de pan. Algunas de esas tradiciones se conservan, la gente viene a la misa y recibe de los organizadores al salir un refresco, una sorpresa, que forma parte de ese premio de los aguinaldos”, comentó el padre.
“Ahí es donde entra nuestra respuesta al regalo que Dios nos da”, aclaró seguidamente: “El Señor nos da su regalo principal, que es Jesucristo, y nosotros repartimos algo de lo que tenemos con el vecino, con la familia, con el amigo, con el extraño”.
“La familia, centro de nuestra predicación”
“Cada día le vamos a dedicar la misa a un tema especial que fomente la unidad y la esperanza en la familia, el centro de nuestra predicación en estos días es la familia. Que la familia vuelva a ser ese lugar seguro. Ese refugio donde los hijos de Dios se unen para salvarse de esa epidemia que tenemos, del peligro en que estamos y del diluvio de malas noticias en el que estamos metidos”, dijo el párroco de la iglesia Cristo Rey”.
Resaltó que si la familia está unida, hay esperanza. Si la familia está sana, la sociedad y la Iglesia están sanas también. Si la familia está enferma y dividida, pues no hay salvación, la familia es el último lugar donde cada ser humano se refugia.
“Cuando un hombre no está trabajando, en su casa encuentra la paz que necesita; cuando un hijo se encuentra fuera de Venezuela, su casa es el anhelo de llegar otra vez y abrazar a la mamá, al papá, a los hermanos; cuando un amigo quiere visitarnos, va a la casa y allí nos encontramos y compartimos”.
Manifestó el presbítero que está seguro de que todos los sacerdotes están metidos en el mismo objetivo: Que la Navidad y las misas de aguinaldo sean para fomentar, reconstruir y salvar a la familia cristiana.
“Además tenemos el ejemplo del pesebre, en el que uno ve a una familia sencilla, un san José humilde, una Virgen alegre y fiel, y un Niño Jesús inocente, que nace allí, y luego la naturaleza a su alrededor. Como diría el papa Francisco: -La naturaleza y la armonía con los seres humanos-. Las flores, los adornos, los animalitos que conforman ese mundo de mascotas con los cuales compartimos”.
Ese va a ser el tema, fomentar la unión con la familia, los valores, la oración, la solidaridad, el respeto mutuo, la esperanza, que no se pierda por ningún motivo. “Aunque pasemos por un valle de tiniebla, aunque pases por lugares de dolor, ningún mal temeréis, porque el Señor va con nosotros”, es el salmo del Buen Pastor.
En Cristo Rey, iglesia que se encuentra en el sector de Las Lomas, las misas de aguinaldo son a las 6: 30 de la mañana; se hacen primeros los laudes, se reza el Ángelus, y se acompaña con dinámicas para que la gente se active, dijo el padre Ballesteros, porque se fomenta la cercanía de unos con otros, que se conozcan, se den el abrazo de la mañana fuerte.
La novena
La novena se hace en familia, junto con las oraciones, comienza el mismo 16 de diciembre, se reza, se cantan aguinaldos y se comparte el Rosario, frente al pesebre en los hogares, con vecinos, amigos y familiares. La misa en la mañana motiva a la gente a que viva un día muy alegre, y en la noche la gente se reúne para poner en práctica aquello que oyó y le sirvió de motivación durante el día, expresó.
Mensaje
“El Táchira es una tierra de promisión, es una tierra de costumbres y tradiciones, las mejores de Venezuela. Mucha gente viene de otros lugares de Venezuela. Mucha gente viene de otras regiones del país a buscar en el Táchira un recurso espiritual”.
Dijo que en toda Venezuela se celebra con mucho amor y fe, pero que esta tierra de montañas tiene su propia estructura, metodología, tradiciones, “nuestros antepasado dejaron una cantidad de características y costumbres que no podemos olvidar”.
En estos días, cuando se saca del baúl el pesebre, se organiza y se coloca en el mejor lugar de la casa, hay que sacar del corazón los mejores sentimientos, de amor, de paz, paciencia, solidaridad y de tratar muy bien al prójimo; es bueno mirar quién está pasando necesidad y ayudarlo.
“Hay mucha gente que se dedica solamente a revender productos y sacar ganancia, y ojalá esos se acuerden en estos días de no ganar tanto y compartir con los que no tienen. Si no compartimos, estamos perdiendo la Navidad”.
La canastilla
Con respecto a la denominada canastilla, explicó que es una costumbre muy antigua latinoamericana, que consiste en colocar en una especie de caja de regalos todos los mejores sentimientos y las mejores oraciones que se han podido hacer durante el año. Por ejemplo, cuántas avemarías, cuantos padrenuestros, cuántas obras de caridad, cuántos favores se han hecho y hasta jaculatorias.
“La mejor canastilla es ofrecerle al Niño Dios una cantidad de esfuerzos personales por ser mejores, y a eso se le puede sumar también el conseguir regalos para los niños más pobres que hay en una comunidad, y junto con la oración, se le coloca un jaboncito, un pañuelito, un pañalito, algo que pueda servir para que algún niño pobre que nazca en estos días se beneficie.
La canastilla tiene ese doble sentido: primero ofrecerle a Dios nuestro mejor corazón abierto, para recibirlo y, segundo, la posibilidad de sumar bienes, pequeños detalles, incluso juguetes para los niños más necesitados; entonces, sumamos a la oración el regalo material”.
María Teresa Amaya