Bleima Márquez / @bleimamr

“De acuerdo con las evaluaciones, he superado la fase crítica de covid. Ahora, por supuesto, debo prestar atención y cuidarme para fortalecerme aún más y evitar una recaída. Espero, dentro de pocos días, poder ir incorporándome a las actividades ordinarias, con serenidad y prudencia, según me lo han hecho saber los mismos médicos”, indicó el obispo en un mensaje de voz difundido por las redes sociales.

Monseñor Moronta agradeció los mensajes, oraciones y recuerdos eucarísticos y expresiones de fraterna preocupación por parte de todos los sacerdotes del presbiterio diocesano.  “Dios les pague. No me sentí solo, gracias al acompañamiento de ellos. Asimismo, el de tantos sacerdotes amigos, conocidos y desconocidos, de Venezuela y otras naciones, por su cercanía orante y mensajes portadores de aliento”.

“Gracias doy a mis hermanos obispos venezolanos y de otros países por sus mensajes solidarios de fraterna compañía. ¡Cuánto bien hacen!”, expresó y emitió su especial gratitud a monseñor Ignazio Ceffala, encargado de negocios ad interim de la Nunciatura Apostólica, por su preocupación y diaria comunicación.

Recalcó que paulatinamente se irá incorporando al servicio de la palabra en redes sociales y otros instrumentos

También expresó su gratitud al equipo médico y de enfermería que con profesionalidad le atendieron y a todas aquellas personas que le ayudaron a salir del covid-19.

El obispo destacó al personal de la Casa Episcopal y Curia Diocesana, que asumió con riesgo su cuidado y el de otros hermanos que cayeron con el virus. “Se portaron como verdaderos ángeles de la guardia. No hay palabras para agradecerles. A mis hermanos, familiares y amigos más cercanos, Dios les pague su continua preocupación y comunión de siempre, va reafirmada en estos días. A todos, gracias de todos corazón”, indicó y acotó que ha sido una experiencia donde sintió la manifestación de la gracia de Dios y experimentar lo pequeño que somos y la grandeza de Dios.

De acuerdo con monseñor Moronta, estos días han sido un tiempo para orar más intensamente y crecer en humildad, paciencia, fe y esperanza.

“Espero compartir pronto con todos ustedes una reflexión y discernimiento, a partir de esta experiencia y prueba.

Les aseguro un recuerdo en mi oración. Les envío mi bendición e imploro la bendición de todos ustedes.

Que el Santo Cristo de La Grita y la Virgen de la Consolación nos sigan acompañando y protegiendo siempre”, indicó monseñor Mario Moronta.