Regional
Motorizados se apropian de las aceras en detrimento del ciudadano de a pie
28 de septiembre de 2017
En San Cristóbal, la capital del estado Táchira, se violan a diario las leyes a través de los diferentes gobiernos que desde hace tiempo ignoran su papel de autoridad para hacerlas cumplir: entre otras cosas, los productos alimenticios y de toda índole suben regularmente de precio, desde hace varios años, y no hacen nada para proteger a la mayoría de la población.
De la misma manera, funcionarios de organismos de seguridad sin ningún empacho y a vista de todo el mundo, a diario, y a cualquier hora, hacen exigencias económicas en violación a las leyes de la república, estimulando la corrupción; las aceras y calles y avenidas, están sucias, sin rozar, con el monte alto, a pesar de la cantidad de personal que tiene la municipalidad.
Por otra parte, cualquiera se estaciona donde le parece, en “espina de pescado”, haciendo doble fila, en plena vía pública, a pesar de que hay varias policías con competencia en Tránsito, porque ninguna les dice nada; esa actuación no solamente abona a la corrupción sino que le reduce la calidad de vida a la gente.
Los peatones o ciudadanos de a pie, quienes no tienen carro, son los más perjudicados en el caso del tránsito pues cuando no son los conductores de vehículos de cuatro ruedas, son los de dos ruedas, quienes se apoderan de las aceras que son la vía natural, segura, que tienen para transitar libremente.
En los últimos años, motorizados o conductores de vehículos de dos ruedas, como los llaman las autoridades y los dirigentes de ese sector, se han vuelto un peligro para la ciudadanía, pues no es un secreto verlos circular entre otros espacios, por las aceras, por los pasos de “cebra” o rayados peatonales que están en las intersecciones semaforizadas, en detrimento de la integridad física del viandante y como lo manifiestan en sus círculos sociales los críticos de la ciudad, en violación flagrante a la Ley de Transporte Terrestre.
Peligro para el peatón
La actitud de algunos motorizados que probablemente representan un grupo pequeño en relación del universo de ellos que hay en la capital tachirense, es violatoria de la ley sobre la materia pero se notan más porque son consecutivos los hechos en que se hacen “sentir” y no precisamente en su favor.
De esa manera, se ven motorizados circulando por la derecha, cruzando en plena vía a un carro y amenazando a los conductores de dos ruedas, ofreciendo golpes, a pesar de que son quienes rozan o chocan los carros, en fin, aunque no es el universo de motorizados, son muchos y eso está también a vista de la población; pero pueden hacer lo que les parece porque no hay autoridad y si de repente hay algún funcionario, o no tiene autoridad o no la ejerce.
Marina Sandoval Villamizar
Alimentan la anarquía
Dejando claro que los motorizados tienen sus excepciones, muchos ciudadanos les temen porque conducen de manera agresiva y son un peligro tanto en la carretera como en los espacios peatonales, y aumentan la anarquía en la ciudad violando las leyes de Tránsito y su reglamento bajo la mirada indiferente de las autoridades competentes en hacer cumplir la norma.
Es decir, los motorizados, como otros sectores de la población, no tienen límite en materia de abusos, y las policías competentes, poco hacen, al menos se ve poca presencia de funcionarios orientando.
De allí la necesidad de un plan que haga respetar los espacios públicos de San Cristóbal, no solamente el que le corresponde a los peatones sino para reorganizar la circulación en la ciudad para evitar el fomento de la anarquía vial.