Ni dos días de emoción vivieron las 36 familias de la vereda 10 del sector Pirineos Dos, que desde la semana pasada quedaron varios días sin luz a causa del daño del transformador que presta servicio en la zona.
Desde el martes 14 de noviembre se produjo el daño que los condujo a la desesperada búsqueda de soluciones, una de las cuales contemplaba la compra, con recursos propios de la comunidad, de un artefacto nuevo, misma que se descartó, pues su valor oscila los 3.500 dólares.
Una cosa es acostumbrarse a los frecuentes cortes de luz, que se han venido dando en el territorio tachirense; pero otra cosa es extender días, -por no hablar de meses como han sufrido muchos sectores- la carencia del servicio eléctrico, con el consiguiente malestar a la cotidianidad en cuestiones como la conservación de alimentos, la seguridad, el entretenimiento, la comunicación, y un largo etcétera.
A María Soleida, con su emprendimiento de modistería, no contar con el fluido eléctrico le ha reportado pérdidas para su negocio.
— Hay un vecino que está confinado a una cama clínica y necesita electricidad. Así hay mucha gente enferma que amerita el servicio eléctrico. Para guardar alimentos y para poder recargar los teléfonos celulares tenemos que molestar a los vecinos — afirmó la señora Soleida.
Por eso los vecinos de Pirineos Dos se pusieron las pilas y por donde podían pusieron la denuncia, incluso para el día viernes un grupo de vecinos transmitieron sus quejas al equipo reporteril de Diario La Nación. Precisamente mientras esa cobertura periodística se realizaba alguien intempestivamente manifestó que ese mismo día ya se había garantizado la solución.
Entre dimes y diretes, algunos dijeron que esa solución se había dado porque el Gobernador insistió en la emergencia, otros por las llamadas incesantes a las oficinas de Corpoelec, y otros por los mensajes puestos en la plataforma tecnológica VenApp.
Ante esa prontitud en acudir el arreglo, los denunciantes estuvieron en toda la disposición de pasar de denunciantes a ciudadanos agradecidos, pero por ahora han suspendido la buena correspondencia, hasta tanto no “ver la luz”.
Lo cierto es que el cambio de transformador se produjo, con otro “salido de paquete”; que terminó incendiándose y echando aceite, desconociéndose si las razones del daño se relacionen con fallas de la instalación del aparato, o fallas inherentes al mismo. Por tal motivo los vecinos de la vereda 10 de Pirineos 2 reactivaron sus mecanismos de presión, y siguen en reunión permanente hasta lograr el regreso del fluido eléctrico a sus hogares.
Freddy Omar Durán