No hubo carnes este lunes en San Cristóbal. Es decir, no hubo carne de res, ni de cochino, ni de pollo, este último con algunas excepciones, es decir, donde llegó, según se supo extraoficialmente, para venderlo entero, a 22 mil bolívares el kilo.
Los supermercados y carnicerías de la ciudad estuvieron cerrados, según comentarios de consumidores, que dijeron que en el mercado Los Pequeños Comerciantes, en la mañana, solamente había carne de cochino y de pollo; a las tres de la tarde, en un centro de carnes en La Concordia, se formó una cola considerable y, según los que esperaban, era para comprar pollo, al parecer a 22 mil bolívares el kilo, entero.
No obstante, en el mercado Municipal de La Concordia, a las once, solamente había un expendio de cochino abierto y este solamente vendía costilla a 70 mil bolívares el kilo y el de tocino a 30 mil bolívares; había otro donde parecía que estaban “regalando” algo, y era la venta de pollo señalada.
Los demás puestos de venta de carnes estaban vacíos; en el caso de la carne, solo una excepción y, según su responsable, era carne que había comprado a 50 mil bolívares el kilo, en La Ermita. Al frente había varias cajas de hueso blanco, que -aseguraron- era “para botar”, aunque obviamente esa aseveración causaba una sonrisa irónica, “en este tiempo de crisis”.
“Solamente están vendiendo cochino; carne de res no hay”, decían algunos consumidores, aunque obviamente solo había un puesto vendiendo costilla y tocino.
— Regalando aquí, nada, sino que se va a vender pollo a 22 mil bolívares -dijo uno de los que esperaban-.
Sobre qué sabían de la carne de res, uno que pasaba dijo con ironía: “de eso ya ni la conocemos, está todo cerrado; estaba esa venta de cochino abierta y como dijeron que venían los de la Sundee, de una vez cerraron”, señaló un usuario, que insistió en que lo único que había era garra de cochino.
Y es que, a las once de la mañana, parecía que los vendedores del sector de las carnes se estaban dando “un descanso”, pues sentados en sus mesas observaban la situación. Ante el comentario de la señora, de que cerraron porque escucharon que venían de la Sundde, señalaron que cerraron porque lo que tenían era tocino, que había mucha gente y les daba miedo “tanta gente amontonada; un saqueo o alguna pelea que se forme. ¿Qué vamos a hacer?”
Otro cuestionó a los “distribuidores” y pidió “que los agarren, tanto a los de la carne como a los del pollo y del cochino, porque no venden, no traen producto; en ninguna parte de aquí hay carne de res; no hay nada”.
Sobre hasta cuándo estimaban que habría escasez de carne, aseguraron que “todavía no se sabe; en el matadero no hay nada, venden costillitas de cochino” señaló un vendedor, mientras otro gritaba que “se la están llevando para el otro lado”; pero otro más afirmó que “los distribuidores no quieren traer, hasta que no lleguen a un acuerdo sobre los precios”.
De allí que algunos coincidieron en que “esta situación persistirá hasta que el Gobierno y los distribuidores se pongan de acuerdo con los precios”.
Un ciudadano, “sin nombre”, defendió que crió pollos, pero aumentaron los insumos y no pudo vender más, y aseguró que “va a haber una escasez bárbara, porque nadie va a criar pollos con ese costo”.
Finalmente, los usuarios que pasaron por el sector de las carnes hacían comentarios, sonriendo: “ni carne, ni plátano, ni pollo, ni nada”, y no faltó quien cuestionara si esa carne que no estaban vendiendo en San Cristóbal estaría poniéndose en venta al consumidor en el vecino país.
Marina Sandoval Villamizar