Después de trabajar un tiempo en la capital, Luis Eduardo Durán, por razones profesionales, como optometrista clínico, retornó al Táchira, manteniendo el propósito que lo ha animado en estos últimos años: hacer justicia respecto al asesinato de su hija, Jéssica Rangel Durán López.
Con una sentencia ya dictada en ausencia, pero no cumplida, pues el sindicado ya hace un buen tiempo huyó del país, el señor Sandoval sigue a la espera de que la Interpol, así como las policías de los países latinoamericanos, logren su captura.
Según la información manejada por el indignado y sufrido padre, el prófugo estaría en Ecuador, sostenido por sus familiares radicados en San Juan de Colón, con los cuales ha tenido la ocasión de conversar en repetidas ocasiones, y que han contribuido, en su concepto, a encubrir el delito.
—Hago un llamado al presidente Nicolás Maduro. para que tome cartas en el asunto, pues no es posible que sus familiares no solo hayan colaborado con su huida del país, sino igualmente con su cambio de identidad y consecución de papeles colombianos. He ido a varias fiscalías y al Cicpc, donde lo único que me han dicho es que se ha interpuesto una orden de captura en la Interpol, misma que no se ha activado, pues no creo que este organismo internacional esté dormido en sus laureles, afirmó Sandoval.
Un hecho lamentable
El 16 de diciembre de 2015,  a las 4 de la tarde, ocurrió el deceso de Jennifer Durán a manos de su entonces pareja.
Explicó Durán que durante el mismo diciembre ocurrieron 4 feminicidios similares más, con tres de sus autores pagando condenas en la cárcel, y otro terminó en suicidio, siguiendo el de su hija en la impunidad.
—Yo pido a las autoridades internacionales que sea capturado y traído al país. Ese hombre es un asesino en potencia y como pudo cometer este crimen, podrá cometer otro. Yo considero que las autoridades locales no han hecho nada para poner tras las rejas al culpable. Yo le pido al fiscal general de la República, Tarek William Saab, que escuche mi súplica de padre, yo llevo un sufrimiento que ni a mi peor enemigo le deseo, expresó Sandoval.
A Jennifer le sobrevivió un hijo de 12 años -que un milagro lo salvó de involucrarse en la tragedia- y su señora madre, quien ahora es la responsable de su crianza. Ella también clama por justicia, pero por razones económicas y de salud no puede emprender la misma cruzada a la que Luis Eduardo Durán se ha comprometido.
Freddy Omar Durán