El párroco de la iglesia Santa Bárbara de Rubio, presbítero Julián García quiso hacer llegar a todos los feligreses del municipio Junín y del estado Táchira un mensaje de fin de año donde a través de la palabra de Dios reflexiona acerca de los acontecimientos del 2020 y de la enseñanza que estos dejaron.
Su llamado es utilizar esta experiencia para salir del sufrimiento y regocijarse en la caridad, en la justicia y la alegría, siempre de la mano del Señor Jesucristo.
“Queridos Hermanos, de Egipto llamé a mi hijo. He querido elegir estas palabras del evangelio de San Mateo del capítulo 2 versículo 15 para felicitaros del nuevo año 2021. Vamos a dar gracias a Dios por el Año que se termina.
Es verdad que el 2020 ha quedado marcado como todos sabemos por la pandemia, el sufrimiento, la pérdida de familiares, amigos y vecinos; pero por encima de todo ha habido muchas bendiciones. La pandemia tiene muchas enseñanzas para cada uno de nosotros de forma individual y también para toda la comunidad.
De ésta podemos aprender muchas cosas y Dios nos habla a través de este sufrimiento, Debemos pedir al Señor ojos nuevos para dar sentido a la vida, a vivir con responsabilidad, a mirar hacia nuestro interior, a valorar la grandeza de este don de la vida que Dios nos ha concedido y que tenemos que cuidar; no solamente la nuestra sino toda la existencia de la naturaleza de esta casa común en la que tenemos que vivir y que debemos preservar.
En este nuevo año que comienza no debemos olvidar que el Señor siempre está cerca de nosotros, sobre todo cuando estamos en Egipto, que es el lugar del sufrimiento y la esclavitud; en definitiva de donde él nos llama para salir de allí hacia una vida llena de alegría, de justicia y caridad.
Que este 2021 traiga todos estos dones para cada uno de nosotros, nuestras familias y comunidad. Dios les bendiga y feliz Año Nuevo.”
Palabras para considerar y abrir el corazón hacia las oportunidades que brinda el año que comienza. Siempre fortalecidos en la esperanza./Norma Pérez.