Freddy Omar Duran

Luego de reiteradas solicitudes para poner coto a la molestia, vecinos de la urbanización Terrazas de Paramillo hicieron público su incomodidad por las bocanadas de humo que surgen de la planta eléctrica usada por el Hospital Militar cada vez que la luz se va.

Cheo Morales Díaz, del mencionado sector, se hizo vocero de una inquietud que para sus vecinos constituye de “riesgo ambiental”, por lo que se han mostrado desconectados que la respuesta se haya demorado para un problema que se viene presentando desde abril.

Para Morales, la situación se extiende al sector Cueva del Oso, pues todo transeúnte debe soportar respirar el monóxido de carbono, que alcanza a la Unidad educativa Francisco de Miranda.

Tanto en Fiscalía como en las altas instancias militares responsables de la administración de la institución sanitaria que colindan con la urbanización Terrazas de Paramillo.

Los vecinos recordaron que ya se han emitido cuatro notificaciones a los que pueden dar inmediata solución al problema, y el no darse respuesta a la misma, ocasiona gran malestar a los denunciantes.

Sus reclamos y sus posibles soluciones se sustentan en un informe emitido por el Departamento de Gestión de Riesgos Sanitario Ambiental (Ingeniería Sanitaria), de la División de Salud Ambiental, adscrito a la Corporación de Salud del Estado Táchira.

El personal de dicha institución tuvo acceso a la planta eléctrica del Hospital Militar, la inspeccionó en pleno funcionamiento y corroboraron el flujo discontinuo de humo.

A partir de esa verificación se anotaron como sugerencias el mantenimiento de los filtros de la planta eléctrica, la instalación de chimeneas, o pedir a Corpoelec que se excluya a la institución de salud del programa de racionamiento de luz.

Los denunciantes aspiran a que sus demandas seas solventadas en la brevedad posible, y agradecen toda la colaboración del Hospital Militar al respecto; pero a lo que no están dispuestos, es que el foco contaminante permanezca indefinidamente.