Regional
Por barriadas de San Antonio se escucharon proclamas a favor de la ayuda internacional
13 de febrero de 2019
La marcha convocada este martes por el presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó, y los factores que reclaman un gobierno de transición en Venezuela y la recepción de la ayuda humanitaria internacional ofrecida por los Estados Unidos, en San Antonio se desenvolvió de manera cívica y festiva.
La actividad se inició alrededor de las diez y media de la mañana y se extendió a un poco más del medio día, partiendo del Centro Cívico de San Antonio en un circuito que abarcó áreas comerciales y barriadas tradicionales de la población fronteriza.
El tránsito automotor entre San Cristóbal y el puesto fronterizo de Pecaral, horas previas al evento, fue más bien escaso, y los controles de los organismos de seguridad, al mínimo nivel.
Esa baja intensidad de la movilización vehicular, también se sintió en el flujo humano que pasando por la Avenida Venezuela, toma rutinariamente rumbo a pie hacia el territorio colombiano, ya sea con las pesadas maletas o con las carretillas en las que se traerán productos de primera necesidad a ser adquiridos en Cúcuta.
La masa humana y de motos aderezada de banderas y pancartas cubría alrededor de dos cuadras, y su pecho lo abrigaba una extensa bandera de Venezuela, dentro de un día de clima benevolente, en el cual el viento levantaba de vez en cuando una que otra polvareda.
A una distancia prudente, vigilaban comandos motorizados de la Guardia Nacional, en prevención de que los manifestantes no se acercaran a la sede de la Aduana Principal. De otra parte, los organizadores ya habían aclarado desde el comienzo que no existía la intención de llegar propiamente hasta las líneas fronterizas; y que solo cuando reciban líneas precisas tomarían tal determinación, y no había pretensión de improvisar o de provocar.
Fue una marcha marcada por la alegría, sin tenor beligerante, aunque sí sosteniendo la certeza de la inminente salida del chavismo de Miraflores, y cuyos actuales inquilinos fueron tildados de usurpadores por parte de los participantes en el mitin. De otra parte, se le entregó el total respaldo a Juan Guaidó, reconocido a viva voz como Presidente de Venezuela; así como a viva voz retumbaban diatribas rimadas que iban de la sutileza a la rudeza, que se han hecho muy comunes en las marchas a lo largo y ancho del territorio nacional.
Al coincidir con el Día de la Juventud, el protagonismo del recorrido, vociferado a gritos y por altavoces, le fue otorgado a los jóvenes que han luchado por una transformación en el país, especialmente aquellos que han muerto durante las diversas jornadas de protestas que se han realizado en los últimos años en Venezuela. Para aquellos caídos bajo la acción represiva de organismos de seguridad, o de fuerzas paraestatales, se les dio como símbolos cruces en las que fueron consignados sus nombres y se alzaron por calles y avenidas, cual si se tratase de una romería religiosa.
Pero también fueron protagonistas los médicos que encabezaron la marcha vestidos de sus batas de trabajo; ellos reclamaban que la ayuda humanitaria no daba espera en los hospitales donde sencillamente no se cuenta con el menor insumo y el personal capacitado para atender emergencias de salud.
En el punto más cercano de la marcha con la sede de la Aduana de San Antonio, hubo el punto de coincidencia de dos mareas humanas, una de las cuales provenía desde el territorio colombiano: la nutría quienes venían de hacer sus compras, de efectuar alguna gestión personal o regresaban de un largo viaje al reencuentro con sus familiares, y a paso lento pasaban una acera acordonada mientras otras barreras cerraban el acceso a la calle detrás del estacionamiento de esa dependencia gubernamental. Sin embargo, de los que “venían” pocos se incorporaban a la movilización cívica, y preferían seguir de largo.
Sin bien la gente por el camino espontáneamente se sumaban a la muchedumbre, otros preferían verla desde sus negocios y sus casas, tomando fotos, a su paso, en especial personas de la tercera edad. Con “bochinche” o sencillamente con gestos aprobatorios, saludaban el jolgorio.
En Ureña también se cumplió una movilización en donde se destacó la presencia de mujeres, muchas vestidas de blanco y jóvenes también se desarrolló de manera pacífica.
Freddy Omar Durán