Tomar un taxi es un lujo en nuestra entidad andina. La necesidad de utilizar este tipo de transporte privado que en los últimos años se masificó, quedó atrás porque por mucha necesidad que se tenga, no todo el mundo tiene la plata suficiente para trasladarse en una carrera.
Hasta hace dos años aproximadamente, lo utilizaba mucha gente de clase media o que tenía los recursos para comprar un carro pero o no le gustaba manejar o prefería que la llevaran. Hoy, según se ve, ese estrato social de la población se diluyó y han tenido que recurrir al transporte público que está prestando un servició “pésimo” según los ex usuarios de taxis que obligados están tomando el transporte “más barato” (busetas o buses), o a caminar trayectos relativamente cortos.
Según las autoridades municipales de la década pasada, en el área metropolitana estimaban el parque de taxis en unas veinticinco mil unidades. Hoy, aunque algunos dicen, hay taxistas que solamente usan el carro para ir a las gasolineras a llenar el tanque de combustible, bajar a la frontera a venderlo y estacionarlo luego en sus casas sin “hacerlo trabajar” mucho, gastando cauchos y repuestos, la realidad es que hay momentos en que casi ninguno está “disponible”. Por más que les saquen la mano, los taxistas no paran porque están ocupados según argumentan, buscando repuestos, y en algunas líneas cuando se les llama, dicen que apenas tienen cinco o seis trabajando porque la mayoría están varados.
Quienes se ven obligados a utilizar el taxi, centran su tema de conversa en el costo de las carreras; dicen que la más barata está a 6 mil bolívares pero no falta que cobren 10 por la más corta aunque como aseguró Rosa Méndez, del Terminal al centro, le cobraron 20 mil bolívares y los pagó porque le urgía llegar rápido a su destino.
Olvidarse del taxi
De allí que ha disminuido el uso de taxis por el cobro excesivo de las carreras, y si no, que se lo pregunten a Lucía Gómez, residente en San Cristóbal, pues “tenía 18 años que no me montaba en un carrito por puesto y en esta situación del país me he visto en la necesidad de hacerlo. Ahora que lo hago, me he dado cuenta que lo que gastaba en un taxi en un día me lo gasto en dos semana en un por puesto (buseta), porque me tengo que trasladar, hay que trabajar, seguir adelante”.
Sandra Rondón, calificó de “crítica la situación que estamos viviendo con los taxis porque cada carrera es muy costosa, hoy tiene un precio, mañana ya tiene otro y con los salarios que uno gana, no se puede pagar esa cantidad, quien gane el salario mínimo tiene que olvidarse del taxi y un profesional también, porque con una familia de tres a cinco personas, si compra para la comida no tiene para un taxi, con la inflación, la vida se torna más difícil para el golpeado bolsillo del venezolano”.
Caminando o cada 8 días
Jorge Sánchez, se quejó porque “la tarifa depende del genio del taxista, muchas veces están molestos y quieren cobrar lo que les da la gana, por la casa hay una línea de taxis y uno ya los conoce, uno les ve esa cara de bravos, y cuando se les pregunta porque tan caro, responden que “así está la carrera”.
Carmen Zambrano, dijo que “a uno le parece caro, pero cómo están los repuestos y todo, tan imposible, del terminal a mi casa, en Pro Patria me cobran 8 mil bolívares, la última vez que tomé un taxi fue hace ocho días, ahorita vengo caminando desde el cementerio, por eso mismo, cada ocho días pago el taxi porque es cuando me pagan”.
Leandro Lobo, comentó que usa poco el taxi porque tiene vehículo. “Ahorita como se dañó, hoy he utilizado un taxi, me cobró 8 mil de Barrio Obrero hasta La Concordia, ayer me cobraron 12 mil desde Pueblo Nuevo y 15 mil bolívares de regresó, hay descontrol con todos los precios. ¿Un llamado al Ministerio?, no, a mí lo que me importa es resolver lo mío en el momento y listo, qué vamos a hacer, he sacado la mano a tres taxis y ninguno me ha parado, todo el mundo los está arreglando o buscando repuestos, uno llama a todas las líneas y no hay carros, dicen que de 30, solo 5 están trabajando porque están dañados, no tienen gasolina”.
Taxista: y esa no es la tarifa
Jeferson Santamaría, taxista, al ser abordado sobre las tarifas, respondió que “ese no debería ser el valor porque los repuestos y partes están caros, suben semanalmente, hoy compramos una correa en 80 mil y a la semana ya vale 350 mil, y así sucesivamente son todos los repuestos; tenemos que hacer cuatro horas de cola en las bombas, prácticamente trabaja usted un día para perder el otro día y el combustible no rinde como antes, la gasolina huele como a picho, ya la de 91 octanos está por debajo de eso”.
Agregó que el monto de las carreras depende de las distancias, pero si usted agarra un taxi de línea hay un tabulador de precios y uno se rige por ese tabulador, si agarra un pirata maneja diferentes tabuladores. Ante las acusaciones de “abusadores” de algunas personas se preguntó si con los precios de los cauchos y repuestos lo están haciendo, y agregó que “hoy en día la mayoría no puede estar pagando carreras para arriba y para abajo”.
Que el Ministerio regule las tarifas y facilite buses
Ante la situación, tomando en cuenta que las tarifas de taxi no son competencia de las alcaldías, Rondón propone que “el Ministerio de Transporte Terrestre, establezca una normativa para que los taxis no puedan estar especulando, porque ahorita viene Navidad y ya no van a cobrar 10 mil sino 20 mil bolívares, y como hay poco taxi la gente se ve en la necesidad de utilizarlo y hay que pagarlo para movilizarse”.
Consideró que “los taxis, no pueden estar subiendo las tarifas, hoy uno se monta en un taxi y le cobran 6 mil bolívares, en otra 8 o 10 mil mínimo, entonces exigimos una regulación y que el Gobierno Nacional facilite los autobuses Táchira bus para que todas las líneas puedan ser beneficiadas y trabajar mejor, porque tampoco el transporte público de pasajeros está funcionando como es”.
Marina Sandoval Villamizar