Regional

Por horas bajo la lluvia usuarios esperaban la llegada de la buseta

5 de mayo de 2018

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La ruta a pie fue la gran opción de muchos sancristobalenses que se movilizaban a sus lugares de trabajo.

Bajo una leve lluvia, los usuarios esperaban la llegada de la buseta que les llevara a la parte alta de San Cristóbal

Desconsolados, este viernes, los usuarios esperaban la buseta que les iba a llevar a sus sitios de trabajo. Algunos, luego de un tiempo eterno, contaron con la relativa suerte de empotrarse a la muchedumbre que se movilizaba en las unidades de servicio público, mientras otros se debatían entre volver a sus hogares o proseguir a pie.

El aumento que anunció el Sindicato de Transporte, de 10 mil bolívares, para este 4 de mayo, no lo hicieron efectivo las pocas empresas que decidieron trabajar; pero ya algunas cobraban 5 mil bolívares, aunque por las emisoras algunos personas denunciaban que tal cual chofer llegó a exigir la elevada suma.

A mediados de la mañana, el director general de la Alcaldía oficializó que el burgomaestre capitalino, Gustavo Delgado, había dado su aval a un aumento de cinco mil bolívares el pasaje interurbano, el cual ya, desde la tarde el jueves, las contadísimas unidades en la calle lo estaban cobrando.

En silencio, la gente se agolpaba en las largas colas que se hacían en las paradas, especialmente las de Barrio Obrero, Unidad Vecinal, La Concordia y 21 de Mayo. Tímidamente, unidades del 23 de Enero, que desde unos meses para acá brillaban por su ausencia, salieron a realizar el respectivo recorrido.

En la Quinta avenida, algunos porfiados y pacientes aguardaban la aparición del bus de Santa Teresa, una de la pocas líneas que en los últimos días han estado activas, mientras gran parte del lote automotor público de San Cristóbal estaba en paro no declarado; sin embargo, la espera se volvía infinita.

TransTáchira, con el pasaje a dos mil quinientos, intentaba compensar la ausencia de sus pares del sector privado; mientras que Circunvalación y Circunversa transitaban principalmente de norte a sur, con muy pocas busetas, igual a lo que ocurría con el resto de rutas. Otras que menudeaban por las calles y avenidas de San Cristóbal eran las líneas suburbanas, especialmente las de Cordero.

Fue un día de paralización de casi 90 %, por lo que muchos pasajeros, en lugar de esperar, “patearon la calle”, tal y como lo han hecho en estos meses de la crisis del sector transporte, con los consecuentes desgastes de zapatos y luxaciones corporales.

Muchos trabajadores no encontraron modo de arribar a sus sitios de labor y prefirieron aguardar en casa, pues pagar un taxi les equivaldría a una quincena. Muchos son los patrones que han sido condescendientes y no se han puesto tan estrictos con las horas de llegada y salida. Otros se armaron de valor para esperar la unidad y, en caso de aparecer una, abrirse campo entre el abarrotamiento de peregrinos; el resto, este viernes, prefirió la caminata en medio de un viernes lluvioso y frío, un clima que se fue moderando al mediodía.

Hasta los ancianos

Aprovechándose de las circunstancias, no hubo pasaje preferencial para ancianos o estudiantes. ¡O pagaban o pagaban!, era la consigna, y en caso de que el usuario se alzase, podía apañárselas con el copiloto, que además de sus funciones de recolector, también está preparado para ser guardaespaldas.

En un buseta, el chofer le decía a una anciana “viejita colabore”, recordándole que ayer no había consideraciones para su edad… y mañana, ¡no se sabe! Decía que ellos prestaban el servicio con ánimo filantrópico; pues para ellos ya no representaba negocio alguno; y que no tenían mucha esperanza para la próxima semana, ya que lo más probable es que se agrave el problema. (Freddy Omar Durán)