Regional

Precios de los pasajes a un nivel insostenible

1 de julio de 2018

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Los usuarios ya no saben qué hacer para movilizarse a sus residencias y centros de trabajo. (Foto/Gustavo Delgado)

Al salir a la calle, se topa con la dura realidad que vive el venezolano para poder movilizarse en sus actividades de la vida diaria, en esta oportunidad son los ciudadanos de San Cristóbal quienes se manifiestan.
Ante la crisis de transporte que afecta el país, los conductores de diferentes líneas de transporte público se aprovechan de la necesidad de los usuarios para verse beneficiados.
Según declaraciones tomadas en las paradas de busetas, Ana Blanco, manifestó que “tuve que caminar 10 cuadras para poder llegar a donde pasa la buseta más cercana a mi casa, ya que ni siquiera entran al sector donde vivo”.
Prosiguió diciendo que algunos conductores de “la línea 21 de Mayo cobró 10 mil bolívares a los pasajeros cuando el precio estipulado por la Alcaldía de San Cristóbal es de 5 mil bolívares”.
Víctor Zambrano, quien vive en Vega de Aza, municipio Torbes, expresó que el pasaje tiene un costo de 20 mil bolívares para la zona sur del estado y que además no realiza el recorrido completo que antes cumplía esta línea.
“7 mil bolívares me cobraron desde el terminal hasta la intersección de la Quinta avenida con calle 4”, exclamó Miguel Jaimes, quien dijo que para llegar a casa se paga con tal de no quedar en las peligrosas calles de San Cristóbal.
Entre otras declaraciones de los usuarios del transporte público está el hecho de que ya no aceptan pagar la mitad del pasaje a las personas de tercera edad, discapacitados y mucho menos estudiantes y además de esto doblan el pasaje.
Rutas fuera de San Cristóbal aumentan los precios del pasaje cada vez que les apetece, el pasaje a Santa Ana cuesta 20 mil bolívares y llegan a pedir hasta 30 mil
“Líneas como La Grita cobra 200 mil bolívares en efectivo , de dónde pretenden que saquemos ese efectivo y aparte no aceptan transferencias”, y la que va a San Juan de Colón cobra 100 mil bolívares. Yo me pregunto… ¿y a las líneas de transporte quién les pone control?”, concluyó Miguel Jaimes.
(Jennifer Prisco/ Pasante UBA)