Regional
Preocupa a la policía proliferación de estafas mediante venta de divisas en redes sociales
28 de octubre de 2019
Funcionarios de la Brigada Contra la Delincuencia Organizada del Cicpc – Táchira recomiendan a las autoridades actuar con cautela, para evitar convertirse en víctimas de una situación que generalmente se produce a través del cuentas hackeadas a personas que no tienen ni idea sobre la oferta de divisas a su nombre.
Por Armando Hernández
Ante la proliferación de estafas mediante la negociación de divisas a través de redes sociales, funcionarios de la Brigada Contra la Delincuencia Organizada del Cicpc – Táchira, han lanzado un alerta, para que se extremen medidas de seguridad y verifiquen la veracidad de la persona con la cual están haciendo la negociación, como una manera para evitar caer en manos del hampa.
El llamado de alerta a la ciudadanía se está haciendo en el marco de la prevención de estafas y fraudes, delitos que se han incrementado en las últimas semanas en las redes sociales, por parte de delincuentes informáticos que utilizan cuentas de terceras personas, de las cuales se han apoderado ilícitamente, para la oferta de divisas y desarrollar todo un proceso de negociación de compra – venta.
Hackeo de cuentas
Explica el funcionarios Contra Delincuencia Organizada – Táchira, que las alarmas se han encendido como consecuencia del incremento en las estafas, pues diariamente acuden a la sede policial entre tres y cuatro personas a denunciar que han sido timadas, al momento de intentar la compra de dólares y pesos colombianos, a través de las redes sociales.
Resultaron victimas de ingeniosos planes desarrollados por mentes criminales para atraer incautos y quitarles el dinero de manera fácil, utilizando para ello el engaño.
-Se debe tener mucho cuidado y andarse con cautela
– recomienda el funcionario del Cicpc, porque el método que se está aplicando es la oferta de divisas a través de cuentas de personas que resultan familiares para el comprador y éste, por exceso de confianza, ve desaparecer altas sumas de dinero en dólares, o pesos si piensa vender, o en bolívares si lo que hace es comprar.
El método es sencillo, los delincuentes hackean la cuenta de una persona y se apoderan de sus contactos, sin que ella lo sepa. El engaño se inicia por lo general, con un saludo protocolar o de acercamiento a la víctima. Luego pasan a ofrecer divisas a nombre del titular de la cuenta. Se ha detectado centenares de cuentas Fecebook e Integram, que han sido penetradas por los delincuentes cibernéticos a nivel nacional y, de acuerdo a las investigaciones, se sabe que son operadas desde diversos lugares de Venezuela. La mayoría en el Zulia y Caracas. Las operaciones son de manera itinerante y deshacerse rápidamente de la cuenta invadida, les permite esfumarse y burlar la acción de las autoridades policiales.
Contactar a la persona
El hecho de conocer a quien vende no es garantía que se está tratando realmente con ella. No hay que olvidar la vulnerabilidad de seguridad en las redes sociales, que desde hace mucho son utilizadas para cometer las más variadas fechorías. Si usted va a comprar dólares o pesos y recibe la oferta por la cuenta de una persona que conoce, de ninguna forma cierre la operación de manera inmediata. Ni se confíe. Se hace necesario que contacte a ese amigo o conocido, para asegurarse que efectivamente es la persona que está negociando, – recomiendan los efectivos del Cicpc -.
En el estado Táchira sabemos sobre el hackeo de cuentas personales de reconocidos periodistas, abogados y médicos. Estas personas se han enterado a través de terceros que estaban vendiendo dólares. “Por Dios que locura es esta”, manifestó una de las profesionales afectadas, al explicar que nunca ha negociado con divisas. “Tengo que avisar a mis contactos que no soy yo, que se pongan pilas, porque seguramente los piensan robar”, aclara más adelante y cuelga un mensaje de advertencia.
Para los detectives el comportamiento de quien necesita adquirir divisas es puntual para evitar la estafa. No confiar, es una clave. Verificar con el titular de la cuenta es otra. Se debe recordar que al hackear una cuenta, se están apoderando de todo su contenido y sus operaciones, incluyendo la lista de contactos a quienes comienzan a enviar mensajes casi de inmediato.
“Necesito vender unos dólares para solventar una urgencia económica y requiero bolívares”, es por lo general la oferta. Después vienen las instrucciones el pago en cuenta bancaria, que tampoco pertenece al estafador. Una vez que se ha hecho la transacción, el vendedor corta todo tipo de comunicación y no contesta llamadas, ni mensajes. Simplemente desaparece, casi sin dejar rastros de utilidad para la policía.
De igual manera, el funcionario del Cicpc advirtió sobre los riesgos que corren quienes a cambio de determinado pago, facilitan sus cuentas bancarias para concretar la operación. Por lo general el estafador logra escapar una vez que tiene el dinero en sus manos y es el dueño de la cuenta bancaria a quien le queda “el paquete”, por estar involucrado en una situación de timo que tal vez desconoce, pero con toda seguridad lo llevará a la cárcel.
Una de las recomendaciones puntuales es hacer compra de divisas en los lugares autorizados, tales como casas de cambio y negocios reconocidos. Evitar negociar con desconocidos, particularmente a nivel de las redes sociales. En caso que sea necesario se debe proceder con un código de seguridad que permita asegurar la inversión.
Se sugiere no asistir a reuniones en lugares solitarios o apartados y exigir un sitio concurrido, donde haya afluencia de personas y cámaras de seguridad, tales como centros comerciales.
También se recomienda, en casos de sospecha, hacer notificación a la autoridad policial y obtener asesoría. Lo ideal es aplicar aquello de “dando y dando”, aun cuando no existe garantía que los billetes no sean falsificados, como ha ocurrido en muchos casos.
Dos estafados
Olinto N, comerciante, solía obtener pesos a través de un vendedor informal que ubicaba en un tarantín, en las inmediaciones del Terminal de Pasajeros, en La Concordia. En un principio las remesas que negociaban eran pequeñas y fueron aumentando con el transcurrir del tiempo y en la medida que el vendedor lograba ganar confianza en el comprador.
La necesidad que Olinto tenia de conseguir divisas para reponer mercancía en su negocio, estaba cubierta por el hombre que se hizo amigo. Un día éste le propuso, por una urgencia familiar, venderle 13 millones de pesos, en condiciones que resultaban favorables y además se libraba de estar comprando pesos a cada rato. Sin pensarlo dos veces y por conocer a la persona, Olinto cerró la transacción y depositó los bolívares acordados en una cuenta bancaria que ya conocía.
Nunca recibió los pesos. El vendedor desapareció como por arte de magia y pese a sus esfuerzos nunca logro ubicarlo. Personas que laboran en la misma zona como comerciantes informales, manifestaron no conocerle y menos estar al tanto de las actividades sobre venta de divisas.
Matilde Z., es otra de las víctimas. Ella se interesó por la por la oferta en dólares que una amiga le hizo a través de Wassap. Como en el caso anterior, depositó el dinero acordado en una cuenta de banco, pero nunca recibió los dólares. Cuando reclamó a su amiga, esta la contestó que nunca había vendido dólares y que nada sabía de eso. Se estableció policialmente que esa cuenta fue hackeada. En ambos casos, las autoridades detuvieron a los dueños de las cuentas bancarias y estos alegan que nada tienen que ver con la estafa, porque habían alquilado sus cuentas a terceras personas que dijeron necesitarlas para realizar transacciones. Ambos permanecen tras las rejas, a las órdenes de una Fiscalía, mientras los estafadores se encuentran libres.
Estos son tan solo pequeños aspectos de toda una trama de estafas, que se producen a través de las redes sociales.
Armando Hernández