Desde hace algún tiempo, los trabajadores están preocupados por la falta de recursos para invertir en la compra de repuestos para reparar las calderas del Hospital Central.
María Ramírez, secretaria ejecutiva del Sindicato de la Salud del estado Táchira, dijo que las calderas están prácticamente “dando los últimos suspiros”. “Está operativa una sola y la misma no lanza el suficiente vapor para el área de la cocina”, expresó.
Como paliativo a esta situación, están cocinando con gas, pero este combustible no es suficiente para mover las ollas donde se prepara la comida de los pacientes hospitalizados.
“Esto retrasa el proceso de cocción de los alimentos. Es necesario tener las calderas 100 % operativas, hecho que permite que el personal trabaje más cómodo y que la comida esté a la hora correspondiente”, reiteró la dirigente sindical.
Detalló que servir el desayuno, a las diez de la mañana, no es lo mejor, igual que llevar el almuerzo a la una de la tarde; además hay que luchar con el déficit de alimentos; esto quiere decir que el Hospital Central no consigue respuesta en el área de nutrición.
Advirtió que el daño de las calderas no solo afecta la cocina, también la esterilización en pabellones, de allí que es un problema que deben solucionar las autoridades nacionales, conjuntamente con las regionales. (Nancy Porras)