Regional
Preocupados vecinos de Madre Juana por los riesgos viales de la calle 4
10 de abril de 2023
Tal vez sea la calle más antigua de San Cristóbal, tal vez fue el sendero en que por esos lugares ascendió con su caballería Juan Maldonado antes de determinar el sitio fundacional de la ciudad, hace ya más de 462 años.
Freddy Omar Durán
Pero aunque aún queden por determinarse esos aspectos históricos, lo cierto es que la calle 4 -antiguamente llamada “La Cuesta” de Madre Juana, por donde dicen pudo haber pasado Simón Bolívar- y el sector habitacional que la rodea, requieren ser atendidos.
Una vía bastante empinada, peligrosa si un vehículo va en bajada a una inconveniente velocidad: O se puede encontrar de frente con otro vehículo en la vía principal de Madre Juana o puede terminar en una cuneta al final. Actualmente es una de las conexiones con el sector Catedral; pero, y sobre todo cuando se humedece por la lluvia, “le puede” hasta al conductor más hábil, si no hay precaución, por lo que algunos la evitan.
Gerardo Moncada sabe de los peligros de esa hondonada, que la canal para las aguas de lluvia, que dan a una alcantarilla tapada, por lo que ya ha perdido su función inicial y sólo representa un riesgo vial. Él ha intentado tapar con algunos latones; pero el desea que se haga un trabajo como debe ser, y que él se ofrece a poner la mano de obra, mientras que la alcaldía entregue el material.
— En ese hueco se han caído los carros, la gente. La solución sería una alcantarilla de rejilla, para alrededor de 10 metros– solicitó Moncada.
Una parte de ese hueco ha sido rodeado por una fea costra de moho verde alimentada por las aguas que descienden, especialmente la de la vivienda de un vecino que por problemas con tuberías de aguas blancas rotas, que terminan arrojada a la calle. Un problema que le ha sido difícil de solucionar, y ha obligado a romper su vivienda, y del cual tomó cartas en el asunto Hidrosuroeste, hasta donde les competía, o sea en la zona pública.
Esas aguas deberían ser, por lo menos, reconducidas al encloacado, que por cierto da indicios visibles de colapso, sobre todo desde un enorme hueco –otro de los peligros de esta calle- que a duras penas ha sido tapado y señalizado con materiales de desecho.
Al fondo de sus dos metros se ven basuras y la fluyente cloaca, fuente de malos olores y desaseo, que ya lleva años y pareciera ser un mal endémico de la calle.
— Eso lleva años así, este daño. A ver si nos hacen el favor, a cada rato viene la alcaldía y nada, nada. Cuando llueve por ahí se llena y termina rebosando en la parte de abajo– afirmó una residente del lugar.
La iluminación es otra queja de los vecinos de la calle 4. Si no fuera por el aporte lumínico de cada hogar, esta sería una “boca de lobo”. Hay unos potes de alumbrado público que sirven más de adorno, pues la última vez que los arreglaron duraron funcionando apenas unos días.
— Vinieron, arreglaron, duró como 4 días y se dañó. Nosotros vemos que por otras calles vecinas sí han alumbrado y por acá nada. Hacemos un llamado a la gente de la UBCH, o los organismos competentes para que lleguen a una solución definitiva. Eso da miedo transitar por acá de noche, aunque en estos últimos años no ha habido gran problema de inseguridad. Ya se han llevado informes sobre la situación de la calle, a ver si les prestan atención– contó la señora Omaira, que ha vivido por bastantes décadas en el lugar y se conoce sus historias.