Afirman que los precios, para los compradores y vendedores de repuestos, son alarmantes, muy preocupantes, porque además tienen otro inconveniente con los “bachaqueros”, quienes andan “cazando” cualquier cosa que se ofrezca para comprarla y revenderla.

El estado Táchira, en los que va del 2018, ha presentado una escasez inimaginable de repuestos  para vehículos.  Los inventarios de todos los negocios, en San Cristóbal, están en su mínima expresión y con precios inalcanzables, pues algunos proveedores  ya traen  ofrecimientos con su valor en dólares.

La mercancía que ha llegado, según el presidente de la Cámara Automotriz del Táchira, Freddy Sandoval, no tiene garantía ni control de calidad, “algo que nos preocupa, porque las marcas  originales no se ven, y esperamos que el Gobierno les dé apoyo a las pocas empresas que quedan en el país, para que puedan producir estos componentes y evitar el cierre de muchos negocios”.

Los precios, para los compradores y vendedores de repuestos, son  alarmantes, muy preocupantes, porque además tienen otro inconveniente con los “bachaqueros”, quienes andan “cazando”  cualquier cosa que se ofrezca para comprarla y revenderla.

El ingeniero Sandoval explica que la Sundde les pide que coloquen los habladores en las vitrinas, “pero cómo hacemos si los stands están vacíos y lo poco que tenemos  hay que cuidarlo, para que llegue a las manos de los  clientes fijos o verdaderos y no de los “bachaqueros”, que es otro flagelo que nos afecta gravemente”.

“Nadie viene a comprar”

Empresarios del ramo automotriz destacan que ya nadie viene al Táchira a buscar repuestos, primero porque no hay, lo que se consigue es escaso y con precio elevado, y por otro lado, según Antonio Salas, “las condiciones del Táchira, en cuanto a  inseguridad, gasolina, chip y vías deterioradas, imposibilitan que alguien nos visite”.

Algunos compradores, abordados en negocios conocidos, dijeron que  hay desesperación,  porque el vehículo que se dañe debe ser abandonado en los  talleres, porque es “difícil adquirir una pieza original; se están colocando repuestos usados, reciclados y hasta de  dudosa procedencia; y la otra cosa es que se ha tomado como única alternativa adquirirlos en Cúcuta, donde igual, por el diferencial cambiario, los precios son onerosos”.

Cerrados por varios motivos

Ante la falta de  repuestos y los altos costos, muchos negocios, hasta pasada la primera semana de enero, aún no han abierto y los alegatos son simples: “no hay qué vender, estamos en inventarios -con permiso del Seniat-; tenemos vacaciones colectivas o simplemente esperando que esto mejore, “porque de lo contario seguiremos  a puertas cerradas”, afirmó uno de los  dueños de una conocida tienda de repuestos de Renault en  la ciudad, quien ratificó que algunos proveedores ya no hablan en bolívares.

Augusto Medina