Este lunes se inicia formalmente el período más emotivo de la conmemoración de la Pasión y Muerte de Jesús, el cual se va dando desde el miércoles de Ceniza, cuando inicia la cuaresma, lapso que concluye el Domingo de Ramos. La Semana Santa propiamente dicha significa conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.
Humberto Contreras
Esta semana está caracterizada por una intensa actividad litúrgica, pues para los feligreses, todos estos días son una forma de recordar la historia de la religión, rehacer sus votos cristianos y arrepentirse de sus faltas.
Es necesario aclarar que los días de la Semana Santa, o Semana Mayor, no coinciden históricamente o realmente con la sucesión de los acontecimientos narrados en los evangelios. La semana santa es, realmente, un lapso simbólico que nos permite conmemorar de alguna forma los últimos días de la vida de Cristo y de su posterior resurrección y ascensión a los cielos, para sentarse a la diestra de Dios Padre.
Qué conmemoran los Días Santos
El Viernes de Dolores, conmemorado este viernes anterior, llamado también Viernes de Concilio, recuerda la sesión del concilio o asamblea que condenó a Jesucristo a morir crucificado.
Sin embargo la Semana Santa propiamente dicha se inicia, como hoy, el Lunes Santo, cuando se conmemora el día que Jesús expulsó a los mercaderes del Templo de Jerusalén.
El Martes Santo, según el Evangelio, es cuando Jesús anticipa la traición de Judas y así se lo comunica a sus discípulos, quienes asombrados y confundidos piden al Señor que les diga quién es el traidor. Jesús entrega a Judas un trozo de pan untado y le dice: «Lo que tienes que hacer, hazlo pronto».
En cuanto al Miércoles Santo, de acuerdo con las narraciones, al día siguiente, es cuando Judas acuerda la traición a Jesucristo a cambio de treinta monedas de plata. Este día prácticamente acaba la Cuaresma y da comienzo a la Pascua.
En Jueves Santo se recuerda la última cena de Jesús con los apóstoles. En ese acto, se constituye la Eucaristía, y el lavatorio de pies que hizo Jesús a sus discípulos. Este evento marca el inicio de la liturgia cristiana que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Por su parte, el Viernes Santo nos recuerda la pasión de Cristo, su sufrimiento camino al Calvario, su coronación de espinas, su crucifixión y, finalmente, su muerte. Según la tradición, durante estas 24 horas los católicos hacen ayuno y se abstienen de comer carne.
El Sábado Santo, día siguiente de la muerte de Jesús, es la espera de su resurrección. Esta espera es llamada la Vigilia Pascual o Sábado de Gloria. Es otro de los días importantes de esta semana porque celebra la esperanza en la resurrección del Señor.
Finalmente, el Domingo de Resurrección conmemora la resurrección de Nuestro Señor, vuelto a la vida tres días después de haber sido crucificado. Luego, “subió a los Cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre”, dice la oración.