Regional
Racionamiento eléctrico ensombrece emprendimientos en Fernández Feo
5 de septiembre de 2020
Yandira Ruiz es una de las emprendedoras de Fernández Feo cuya producción de bolsos ha caído como consecuencia del fuerte racionamiento eléctrico, que en ocasiones llega a las 12 horas diarias
Por Raúl Márquez
De madrugada, cuando llega la luz, se levanta, acompañada del frío y del canto de los grillos y ranas madrugadoras. Sobre la mesa de trabajo, las piezas que cortó justo antes de que se iniciara el bloque de racionamiento eléctrico, la aguardan.
Siente aún que no despierta del todo, pero debe aprovechar las horas para, por lo menos, terminar ese bolso. Yandira Ruiz es docente, vive en la comunidad de La Reforma, en el municipio Fernández Feo, y desde hace 3 años comenzó a confeccionar bolsos, iniciando desde cero, aprendiendo a partir de una práctica azuzada por la crisis que cada quincena convierte su sueldo en una cifra paupérrima.
«Son, aproximadamente, 360 horas sin energía eléctrica, contando que cada día nos la cortan doce horas, en promedio. 360 horas al mes: horas que se vuelven improductivas, para nuestro pesar, y que parecen sumirnos en un aletargamiento ruin; horas únicas, valiosas, que jamás recuperaremos».
Este pensamiento, este cálculo, navega por la cabeza de Yandira Ruiz, cuando el reloj marca las cuatro de la tarde y un sol abrasador cuelga del cielo y debe esperar al menos 4 horas más para contar de nuevo con fluido eléctrico.
—Lo peor de esta crisis eléctrica es que ya entramos a septiembre y no se avizora ninguna solución. Nadie dice nada. Parece que todos nos hemos acostumbrado a esta desgracia, que no solo implica pérdidas económicas, sino perjuicios a nuestro tren de vida— sostiene la docente.
La productividad cae
En un viejo taller familiar, donde cuenta con máquinas industriales y las herramientas que en otra época empleaba su padre para fabricar zapatos, Yandira inició su emprendimiento. Cuando le tomó el hilo al asunto y comenzó a ofrecer su producto, empezó a recibir el fruto de su empeño, lo que la animaba a seguir adelante.
—Entonces la energía eléctrica fallaba, pero no tanto como en este 2020, y al día podía fabricar dos bolsos. Actualmente, tardo hasta tres días en confeccionar y coser uno solo. Esto, por supuesto, ha golpeado mi emprendimiento, sumado al hecho de que no he podido viajar a Cúcuta a adquirir parte de los insumos. Solo le pido a Dios que esto mejore pronto—apunta, con una mezcla de rabia e incertidumbre.
Tal y como Yandira Ruiz, no solo los nuevos emprendimientos, sino aquellos locales comerciales ya tradicionales en el sur del Táchira, han tenido que apañárselas para seguir funcionando. Muchos han invertido en plantas eléctricas, baterías UPS para sus equipos de computación y, a pesar de eso, en ocasiones, deben bajar sus santamarías, indefinidamente.