“Un ejemplo de lo que es ´subsistiendo´, se ve en las panaderías. Negocios que eran amplios, y siempre bien surtidos, con buen movimiento, ahora se ven con las vitrinas vacías”.
Humberto Contreras
El valor de los impuestos municipales es acordado por los concejales, es decir, el Concejo Municipal. La Alcaldía los cobra. Su valor, en bolívares, se cobra en la equivalencia en petros, el día que se pague. El petro está ajustado al valor del barril de petróleo, que se cotiza en dólares. Y el dólar varía su valor en bolívares, casi que día a día. Eso explica que los impuestos suban su valor en la moneda nacional.
Recientemente fue publicada por la organización Cedice Libertad una investigación de la abogada tributarista Antonella Santana, según la cual ciertos tributos municipales son excesivos, lo que, dice, atenta contra el derecho de propiedad de los contribuyentes. “La tributación municipal en la actualidad se puede calificar como voraz”, asevera la autora de la investigación.
Sobre el tema consultamos al abogado William Ramírez, jefe de Rentas Municipales de la alcaldía de San Cristóbal. Con él conversamos, además, sobre otros tópicos vinculados a la recaudación de impuestos en el municipio capital.
—Dicen que los impuestos son muy altos, señalamos. Es cierto, dice Ramírez. En el público hay como la inquietud de que los impuestos están muy altos. Pero aclara: resulta que la economía que nosotros tenemos hoy difiere mucho de la de ayer. Tenemos una referencia que mentalmente conservamos sobre el valor de nuestros bolívares. Hoy día una cifra de quince, veinte millones de bolívares, suena como demasiado dinero, pero todos sabemos que eso no alcanza para nada. ¡Cien millones de bolívares, no es dinero!
—Cuando un contribuyente viene y se le informa de que debe cancelar, supongamos, veinte millones de bolívares de impuesto, se alarma. Se imagina mucho dinero. Pero cuando apela al referencial que tiene ahora, que es la divisa extranjera, y pregunta cuánto es eso en pesos, que son como 16 mil pesos, entonces dice “¡ah, no es mucho!”.
Ahora, agrega, el contribuyente tiene todo el mes para cancelar la cantidad estipulada, pero si deja pasar uno, dos o más meses, cuando venga a pagar, la cifra será mayor. ¿Por qué? Recordemos que el tributo municipal está anclado al valor del petro (desde agosto 2020, por sentencia del TSJ), y el valor del petro en bolívares varía, como el del dólar, permanentemente. Y lo más importante: El monto a pagar por el impuesto se calcula con base en el valor del petro en el momento de hacer el pago.
O sea, en conclusión, el valor en bolívares del impuesto sube frecuentemente.
¿Quién fija el valor de los impuestos?
William Ramírez explica que “eso tiene un procedimiento”. En manos de los concejales está la elaboración de las ordenanzas, es decir, la normativa que debe utilizarse para dirigir la actividad de la alcaldía, en todas sus áreas. Entonces, con base en alícuota que corresponde a cada uno de los rubros, y que se establece para calcular el impuesto a aplicar, según, por supuesto, el ingreso obtenido.
—Ahora, qué ocurre. Nosotros estamos en el país, o sea, el país todo, con una descomposición de carácter económico muy fuerte. Esto no es un secreto. Simplemente, tenemos una economía desestabilizada.
Hay buena cultura tributaria
Explica el jefe de Rentas que para hablar de la recaudación de impuestos, para entrar en términos específicos, tenemos que ver primero el contexto en que nos desenvolvemos, porque es simplemente obvio que el contexto de hoy no es el mismo de hace veinte o diez años. Eso ha cambiado. La dinámica de la sociedad ha cambiado. La forma de dirigir la política y de la administración han cambiado, e indudablemente eso influye en una organización de carácter público, como lo es la alcaldía.
Entonces, explica Ramírez, hoy no es la misma alcaldía de hace 18 años. La institución sigue llamándose alcaldía, y la recaudación tributaria se sigue haciendo, porque precisamente uno de los objetivos básicos, fundamentales de la administración de los municipios, es el cobro de impuestos, a través de los cuales, se entiende, se administra y funciona el municipio.
Entonces, como las cosas cambian, eso nos obliga a irnos adaptando. Estamos actuando en un mundo de desconocimiento, en una realidad de desequilibrio, y eso influye, como es lógico, en las instituciones públicas.
Sin embargo, aclara, gracias a Dios que, en general, el contribuyente de nuestro municipio tiene una conciencia tributaria bastante buena, pues a pesar de la situación y a pesar de los mecanismos que se manejen en la alcaldía, el contribuyente tiene cultura y paga. Si nos ponemos a pensar objetivamente, no es fácil estar pendiente de la contribución, del pago del tributo, porque hoy día hay otras cosas que tienen mayor prioridad, como comer, por ejemplo, o el alcance del salario, dos cosas que tienen un mayor nivel de interés desde el punto de vista del ciudadano, porque no es un secreto que lo que preocupa mayormente al venezolano, en general, es el pan de cada día.
Actividad comercial apenas subsiste
Igualmente ocurre en el sector comercial. El jefe de Rentas Municipales indica que, aparte de que se ha reducido la actividad económica en los establecimientos, también hay mucho comerciante que ha cerrado sus puertas, y muchos de quienes las mantienen abiertas están literalmente subsistiendo.
—Un ejemplo de lo que es “subsistiendo”, se ve en las panaderías. Negocios que eran amplios, y siempre bien surtidos, con buen movimiento, ahora se ven con las vitrinas vacías. Ahora, explica, no están vacías porque el dueño de la panadería quiere mantenerla así, sino porque la realidad del país ha cambiado, porque la economía se ha transformado, y en esos negocios, a pesar de que siguen abiertos, su actividad económica ha mermado en un índice superior a 80 %.
Y, sin embargo, acota el funcionario, estos contribuyentes cumplen sus obligaciones formales con el municipio, a pesar de la situación que viven.
Se ha reducido la recaudación
Ramírez recuerda que en la alcaldía siempre se veía una afluencia de contribuyentes que venían a cancelar sus impuestos. Hoy todavía se ven contribuyentes allí, pero en un porcentaje que estimamos en menos de 30 % de antes. Podríamos decir que 20 % de los tributantes que antes venían.
Preguntamos sobre los impuestos que más rinden a la alcaldía. Bueno, responde nuestro entrevistado, hay que entender primero que la alcaldía vive del ingreso del contribuyente. Y la alcaldía, para cumplir el fin que persigue, el objeto de su hacer, que es administrar el municipio en beneficio del ciudadano, sabe que si el contribuyente tiene mayores ingresos, la alcaldía tendrá mayor beneficio.
—Pero si el municipio tiene un ingreso escuálido, como ocurre por todas las razones que hemos hablado, pues la asistencia del municipio a la comunidad disminuye también. De alguna forma, es oportuno decir que algunas razones, aunque puede haber más, claro, de que por ejemplo haya problemas de vialidad, no es que el alcalde no sirve o no hace. No. Es que para atender esos problemas, se necesita dinero, y el dinero solo entra a través del cumplimiento tributario.
Actividad comercial
es la más rentable
Los impuestos aplicados a la actividad económica que desempeñan los comerciantes, y que se recaudan de una manera más constante, son los más productivos para la alcaldía. Es la actividad que genera mayor ingreso al municipio, dice Ramírez.
—Es el tributo que se llama “de actividades económicas”, el cual, por supuesto, lo calcula la alcaldía con base en la Declaración de Impuesto sobre la Renta, que hace al Seniat cada uno de los contribuyentes vinculados a la actividad comercial.
Otros impuestos productivos son los generados por publicidad, relacionados con los avisos comerciales en los locales y otros servicios publicitarios, como vallas o desplegables, en fin. También el impuesto de Licores, que se cobra a los comercios por venta de licor.