Con la ayuda del Ejército y de la propia comunidad, maquinaria del Ministerio del Transporte y las alcaldías de Cárdenas y Capacho Nuevo, este fin de semana, Zorca-San Isidro no solo se liberó de muchos de los escombros que cerraban el paso a vehículos y peatones, sino que se abrieron accesos de entrada y salida a El Paraíso, Pie de Cuesta y Puente Azul, comunidades que desde hace una semana permanecían incomunicadas, luego de los profundos daños dejados en las vías por la vaguada de hace más de una semana.
Poco a poco, Zorca-San Isidro va perdiendo su aspecto calamitoso y, al menos en ciertos tramos, se puede decir que la movilidad se ha rehabilitado, pues al menos ya no tendrán que disponer los transeúntes de peligrosos atajos por leños sobre el vacío, solitarios pasajes montañoso o los estrechos muros de contención, pues ya los puentes sobre La Zorquera, que pasaron la dura prueba a que fueron sometidos, han sido rescatados, y el relleno de tierra tapó parte de enorme zanja que separa al sector de Pie de Cuesta.
Incluso un vehículo con ayuda humanitaria arribó este sábado a Puente Azul, aunque todavía el paso es a riesgo, y no se puede decir que las cosas han vuelto a la normalidad en cuanto al tránsito de personas, pues el torrente le infligió daños al pavimento, y sobre el barrizal ya seco se levanta la polvareda. De otro lado, entre Zorca-San Isidro y Zorca-Providencia, poco le falta a la falla de borde para llevarse en su totalidad el camino.
Desde este jueves, alrededor de 30 soldados del 623 Batallón de Ingenieros “Contraalmirante José María García”, junto a la 63ª Brigada del Cuartel Bolívar de San Cristóbal, se apostaron en la zona del desastre y con picos, palas y escobas se entregaron a las labores de limpieza y remoción de escombros, especialmente en edificaciones gravemente afectadas en su estructura, con daños parciales y totales, cuyo despeje implicaba riesgos.
De otro lado, desde ese mismo jueves el Jumbo del Ministerio, que se concentró por alrededor de una semana en el puente de la vía principal de Zorca, se desplazó a Puente Azul, quedando en el sitio todavía otras palas mecánicas de menores dimensiones, completando el trabajo que se ha venido realizando desde hace una semana.
El intenso esfuerzo de la maquinaria, de sol a sol, y de domingo a domingo, bajo la supervisión del ingeniero Jhonny Escalante, no pocas veces tuvo que suspenderse para proporcionarle el mantenimiento requerido, o para que sus operadores se tomaran un descanso, mientras los zorqueños les proporcionaban refrigerios y alimentación, en agradecimiento a su dedicación.
—Hasta el viernes propiamente llegaron hasta San Isidro –afirmó Antonio Sánchez, vecino de la zona afectada-, porque primero tuvieron que comenzar por San Joaquín, y ese mismo Jumbo días atrás estuvo atendiendo la emergencia en Rubio. Y uno se pregunta ¿dónde está la maquinaria para atender estas contingencias? ¿Se imagina otros desastres peores, o que ocurran simultáneamente en varios puntos del estado? Quedamos de brazos cruzados. A esas maquinarias tuvieron que reforzarles los cauchos, y los filtros de aire, equiparlas de combustible, y si no fuera porque mucha gente de la comunidad sabía de mecánica e incluso de metalurgia, se hubiesen quedado paralizadas. Los del cerro Molinero y los de Puente Azul también las habían reclamado, y ojalá se queden aquí un buen tiempo, pues hay muchas cosas por hacer para no permanecer incomunicados.
Freddy Omar Duran