“Retorno al ciclismo con el espíritu competitivo y la pasión de siempre”

Raúl Márquez
Hace unos veinte años representó al Táchira y a Venezuela en competencias nacionales e internacionales  
Los ciclos de la vida, a menudo, nos llevan a buscar nuevas rutas. En esos intersticios suele pasar que nos alejamos de nuestras pasiones más personales. Pero siempre habrá oportunidad de volver a ellas, quizá con más ímpetu que antaño. Tal ha sido la historia de Melissa Olivares Ortiz, una ciclista piñalense que, luego de unos años alejada de las competiciones, ha vuelto, recobrando el espíritu de siempre, viviendo su pasión con mayor furor que nunca.
Nació en San Rafael de El Piñal, capital del municipio Fernández Feo, el 14 de marzo de 1986. Desde muy niña, gracias a un tío, esa pasión por el deporte de los pedales fue germinando en ella, en su vida, hasta abarcarla por completo y definir una manera de afrontar su renacer adolescente.
«Gracias a un tío que se llama Pedro Figueroa comenzó mi historia en este deporte. Él fue como mi primer entrenador, gracias a él me fui enamorando de la bicicleta», comenta, sonriente.
A finales de los años noventa, su talento y su nivel competitivo comenzaron a deslumbrar a instructores y expertos en este ámbito deportivo, de la ciudad de San Cristóbal. En este orden de ideas, fue tomada en cuenta por el entrenador de la selección del estado Táchira.

Se abrieron las rutas nacionales e internacionales

«Luego de un tiempo en que estuve entrenando aquí, en El Piñal, Porfirio Ortega, entrenador de la selección Táchira, me tomó en cuenta. Por muchos años fue quien me guio y, de verdad, me iba muy bien. De hecho, en los Juegos Nacionales de Lara-2001 logré una medalla de bronce, en la contrarreloj. Comencé a representar con mayor asiduidad a nuestra región en diversos eventos: obtuve muchos logros en la pista. Corría en las pruebas, como la de persecución individual, entre otras».
De este modo, el esfuerzo comenzó a dar los frutos esperados. Melissa se destacó en los Juegos Juveniles- 2001, celebrados en Yaracuy, con una medalla de oro y una de plata. Un año después, en los Juegos Juveniles de Maturín, obtuvo 5 medallas de oro.
«Estos triunfos y la dedicación que imprimí en cada entrenamiento, me permitieron conocer rutas internacionales. Entonces, viajé a Cuba, a los Juegos de Alba. También tuve la oportunidad de representar a Venezuela en Chile y Ecuador. Sin duda, grandes experiencias que me llenaron de satisfacción y me ayudaron a crecer, no solo como profesional sino como persona».
Muchas personas la apoyaron en esos años. Recuerda con cariño a una compañera de equipo, Ingrid Porras, y a su familia, que según Melissa le brindaron la mano, por mucho tiempo. «Como yo vivía en El Piñal y se me hacía difícil subir todos los días, y ella en San Cristóbal, me daban posada en su casa. Fueron muy especiales conmigo».

«Me retiré en 2006»

Por diversos motivos, a los veinte años, Melissa se aleja del panorama deportivo. Una nueva etapa de su vida le aguarda. No obstante, la adrenalina, ese ramillete de sentimientos que brotan a la hora de competir, nunca la abandonaría.
«Después de un año de retirada, me casé con Nelson Moncada. Tengo dos hermosos niños, Marley Moncada y Jesús Moncada, quienes son mi motor de ser».
Los años transcurrieron. La pandemia del coronavirus ha supuesto un duro golpe para la humanidad. Sin embargo, en medio de esta vorágine de malas noticias, en el sur del Táchira, como quizá en gran parte del país, varios deportes experimentan una especie de renacer o se han puesto de moda.
El ciclismo de ruta, el ciclismo de montaña, el atletismo, la caminata, el fitness, abrieron un nuevo abanico de posibilidades, en el plano de la recreación y el deporte. En este contexto, Melissa retorna a los pedales, nuevamente, con aires de competencia, esta vez, en el ciclismo de montaña o mountain bike.

Cosechando triunfos con los ´Trocheros´ 

«Actualmente, pertenezco al grupo ´Trocheros team bike´ de El Piñal. Ahora me estoy inclinando al ciclismo de montaña. Algún día, retomaré la ruta, si Dios me lo permite. Aquí, en el municipio Fernández Feo, hacemos vida muchos ciclistas a quienes nos gusta salir a rodar y, como dicen, a darnos palo».
La sensación de competitividad corre de nuevo por las venas de Melissa. En tal sentido, trata de darse al máximo en cada salida, en cada entrenamiento, lo que se traduce en triunfos y buenos resultados.
De hecho, en el 2021 volvió al podio, en Abejales y Santa Bárbara de Barinas. «El año pasado, cuando realmente empecé a ir a eventos, me fue muy bien en Abejales. Asimismo, logré el primer lugar en Santa Bárbara de Barinas. Entre otras competencias, por ejemplo, como la que hicimos con ´Trocheros´ de El Piñal, el 28 de noviembre, llegué de primera».
Este 2022 se inicia para Melissa Olivares con un gran triunfo, en la Hacienda Los Almendros, en el municipio Libertador. Según la atleta piñalense, fue una carrera muy dura, de 50 kilómetros.
«Es una ruta fuerte, destapada, con arena que se queda pegada a los cauchos. Esas carreras en las que uno tiene la sensación desesperada de que no está avanzando. Pero le puse todas las ganas y a Dios gracias, que se me dio. De verdad quiero darle las gracias al señor Wilfredo Niño que me echó la mano para asistir y al señor Marcelino Vivas que me llevó a la competencia».
Melissa entrena todos los días, con el mismo ímpetu de aquella niña soñadora y alegre. Su meta, seguir cosechando triunfos y demostrar a los más jóvenes la ruta del verdadero triunfo, del triunfo que va más allá de una medalla, el de saber vivir al máximo cada día.
 
 

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