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Inicio/Regional/Ruanas, desfiles y noches de rumba en la avenida Francisco García de Hevia

Regional
Ruanas, desfiles y noches de rumba en la avenida Francisco García de Hevia

miércoles 1 octubre, 2025

Voces de San Cristóbal… caminar por la avenida Francisco Javier García de Hevia

Tercera entrega

Las noches de rumbas y los eventos de la Feria Internacional de San Sebastián, en la avenida Francisco García de Hevia fueron un fenómeno vibrante que unió a generaciones enteras a través de la música, el baile y la tradición durante muchos años

Andrea Alejandra Guerrero Santos/ pasante ULA/@andre10191

La avenida Francisco García de Hevia fue, durante décadas, el escenario de noches de fiestas inolvidables. Las rumbas se convirtieron en un fenómeno social en discotecas, tascas, centros nocturnos y restaurantes, donde la música popular, tropical, el merengue, la salsa, entre otros géneros resonaba en cada escenario. Las personas se reunían para celebrar la vida, la cultura y las tradiciones que los unen.

En esta avenida se celebraron durante los primeros años de su fundación, muchos eventos de la Feria Internacional de San Sebastián -FISS-, una fiesta anual en honor al patrono de la ciudad, que se extiende por los días del mes de enero.

En este contexto festivo, destaca el Desfile de Feria a lo largo de toda la arteria vial. Un desfile cívico-militar al que asistían decenas de personas que llenaban toda la carrera cinco, hermosamente decorada con enormes adornos que colgaban de los postes de electricidad en medio de guirnaldas de muchos colores. Fue un evento popular de mucho color y alegría.

Fueron noches de rumba a lo largo de la carrera cinco del centro de San Cristóbal. (Foto/Crónicas de la FISS, 1965/1986)
Los niños también bailaron en la Noche de las Ruanas. (Foto/Crónicas de la FISS, 1965/1986)
En la parte alta exterior del edificio Uribante, entre calles 5 y 6, se observa el aviso publicitario de lo que fue la discoteca La Conga.( Foto/ Adriana Guerrero)

El Desfile, en varias oportunidades lo presidió el Presidente de la República. Como en el año 1975, cuando el tachirense Carlos Andrés Pérez, acompañado de su esposa, Blanca Rodríguez de Pérez, visitó al estado Táchira para estar presente en las actividades feriales. La tarima, en muchas oportunidades fue ubicada en la esquina de la calle 8, donde funcionó la venta de vehículos Volkswagen, hoy convertido en un centro comercial popular para la venta de ropa y calzado.

El programa iniciaba con una muestra militar, para dar la bienvenida al Presidente de turno y luego seguía con todas las agrupaciones y delegaciones regionales, nacionales e internacionales invitadas, que destacaban por sus bailes, ritmos musicales, colorido de sus trajes y las coreografías. El pueblo participaba activamente en la fiesta, como lo sigue haciendo a lo largo de los años, pero ahora por la avenida España, en la parte alta de la ciudad.

Este imponente evento aglomeraba cada año a miles de personas. Hay quienes aseguran que en oportunidades asistieron más de 100 mil. Todos, niños, niñas, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad, hombres y mujeres, se volcaban a la avenida, otros lo observaban desde los techos de platabanda de casas y apartamentos, así como por las ventanas y/o balcones de edificios.

Durante horas esperaban para ver de cerca a las hermosas candidatas postuladas al reinado de la Feria. Cada una de ellas era centro de atención. Lucían sus trajes, diseñados para el momento, con muchos detalles, con diseños estampados, elegantes, o tradicionales para mostrar sus atributos físicos. Se identificaban con su nombre, en las respectivas bandas. Algunas iban sobre carrozas decoradas de flores y telas; otras acompañadas de carruajes con caballos y arcos llenos de flores. Era una fiesta para todo el pueblo.

Desfile de la Feria de San Sebastián.
Las candidatas a la Feria de San Sebastián eran esperadas por los asistentes al desfile.
Desfile de la Feria de San Sebastián. (Foto/

Muchos de los integrantes de las agrupaciones participantes vestían específicamente con botas de cuero o material sintético largas, de colores negro o blanco. Algunas muchachas usaban medias panty, faldas, camisas manga larga o corta. Unas llevaban sombreros. Otras mostraban un poco más de su cuerpo con las minifaldas.

Al igual se vestían los caballeros, con la diferencia que usaban pantalones largos, normalmente las camisas de las agrupaciones eran llamativas, con brillos, plumas y adornos que los hacían resaltar durante el evento. Había mucha creatividad y colorido. Las bandas shows invitan a bailar. El pueblo se sumaba a la fiesta anual.

Esta avenida también ha sido escenario durante muchos años de eventos deportivos como: Media Maratón de San Sebastián, que ha contado con la participación de atletas de distintos países como: Colombia, México, Puerto Rico, Estados Unidos, Guatemala, Ecuador, Chile, Panamá, Argentina, Alemania, Bélgica, Brasil, Bolivia, Inglaterra, Serbia, España y Portugal. Por allí han pasado los ciclistas de la Vuelta al Táchira en Bicicleta, equipos regionales, nacionales e internacionales, que han proyectado al evento. Ambos eventos del programa de la fiesta de enero.

Noche de las Ruanas

Durante este mes de Feria, hubo una importante celebración nocturna: Noche de las Ruanas. Una fiesta de calle, a lo largo de las 13 cuadras de la avenida, entre las calles 3 y 16. Cada tres cuadras se instalaba un grupo musical, una orquesta de prestigio local o nacional que tocaba música bailable, música popular, hasta horas de la madrugada.

El presidente Carlos Andrés Pérez asistió por varios años al Desfile de Feria, por la avenida Francisco García de Hevia. (Foto/Táchira Histórica)

Las personas de todos los estratos sociales se reunían allí para bailar, divertirse. Muchos de los asistentes lucían una ruana andina, atuendo que permite protegernos del frío. Las fotografías de época muestran la algarabía del pueblo, la alegría de la gente, que se confundía en medio del baile.

La inseguridad no era un problema grave. La organización de la Feria tomaba todas las previsiones con el despliegue de funcionarios policiales. Seguro hubo problemas menores, pero la prensa no registra hechos de violencia.

Había ventas de licor. Por cada cuadra, la municipalidad instalaba kioscos para la venta de cerveza, y de otros tipos de licores; los vendedores informales montaban sus puestos de calle para vender perros calientes, pinchos, arepas, cotufas. El comercio establecido como restaurantes y licorerías, no cerraba sus puertas.

Aquí vemos el lugar donde funcionó la discoteca Cosmos, entre calles 9 y 10. (Foto/ Andrea Guerrero)
Detrás de esas paredes hubo muchos encuentros, muchas tertulias en el restaurante El Sol de Medianoche. (Foto/ Andrea Guerrero)

Las crónicas periodísticas publicadas en las páginas de Diario La Nación indican que muchas de las personas asistentes regresaban caminando a sus casas. Este evento se realizó durante años hasta principios de los años 90. En algunas oportunidades la directiva ferial lo ha incluido en su programación de los últimos tiempos, pero no ha alcanzado el éxito de aquellos años.

Las personas que acudían a esta mágica noche, por supuesto iban vestidos con sus ruanas elegantes, muchas de ellas estampadas con frases como “Feria Internacional de San Sebastián”, y con sus sombreros o pañoletas. Los jóvenes participantes exhibían otros modelos de ruanas, típicamente andinas.

— Era el baile más importante que se celebró en los principios de la Feria Internacional de San Sebastián. Música popular, música de las orquestas Billos, Los Melódicos, de agrupaciones locales que se caracterizan por amenizar los bailes. La gente bailaba hasta el amanecer. Vestía elegante, pero con su sombrero y su ruana. Muchas eran ruanas largas y sus sombreros típicos — dice la archivóloga de la alcaldía de San Cristóbal, Fabiola Moreno, en su oficina de trabajo.

Ella, durante 40 años ha conservado el patrimonio histórico de la Villa de Juan Maldonado, junto al cronista, profesor Luis Hernández.

Archivóloga de la alcaldía de San Cristóbal, Fabiola Moreno.

Moreno mostró fotografías de este evento y del Desfile de Feria. Fotos históricas, recuerdos de una época de lujo en la historia de La Ciudad de La Cordialidad.

Noches de discoteca

La avenida Francisco García de Hevia o Quinta Avenida como muchos le llaman, siempre contó con locales para la diversión.

En los años 70, 80, 90 esta importante arteria vial del centro de San Cristóbal albergaba lugares para el disfrute nocturno, que acompañaron a varias generaciones.

La Noche de las Ruanas, a lo largo de la avenida Francisco García de Hevia. (Foto/Crónicas de la FISS 1965/1986)

Discotecas emblemáticas como Cosmos, La Conga y Tío Pepe, fueron lugares que se llenaban de energía y ritmo, donde la música tropical, música bailable, los merengues, la salsa, y los bailes se apoderaban de los asistentes.

Las parejas bailaban toda la noche en espacios acondicionados para la diversión. La música no solo entretenía, sino que era un vehículo de emociones que convertía la noche en verdaderas rumbas en la ciudad.

Destacamos la discoteca Cosmos, entre calles 9 y 10; Tío Pepe, que luego se llamó La Conga, en el Centro Comercial, Residencial y Profesional Uribante, entre calle 5 y 6.
También se recuerda el restaurante El Sol de Medianoche, entre calles 10 y 11, lugar donde los sancristobalenses se reunían para compartir noches de tertulia, beber tragos de licor y degustar alimentos.

Laura Escalante, cantó con el Grupo Los Armónicos en la discoteca Tío Pepe. ( Foto/Andrea Guerrero)

Laura Escalante, licenciada en comunicación social, fue cantante durante esos años. La periodista recuerda aquellos días con mucha emoción y entusiasmo, cuando se reunía con su grupo Los Armónicos de San Cristóbal, integrado por varios de sus familiares para tocar y cantar en la discoteca Tío Pepe.

— Recuerdo que tenía un solo ambiente, una gran barra, y otros recónditos, o espacios pequeños a escoger para pasar la velada. Había butacas, sillas, muebles para sentarnos y estar cómodos. Una pista grande para bailar. Eran ambientes obviamente oscuros, con tonos de luces suaves, y de colores. Todo muy agradable. La pasábamos maravillosamente bien— narra mientras camina por la calle cinco para llegar a la entrada del edificio que hoy día mantiene su estructura intacta.

Grupo Los Armónicos donde la periodista Laura Escalante cantaba. Se presentaron muchas veces en Tío Pepe. (Foto/Cortesía Laura Escalante)

La discoteca Tío Pepe se encontraba en el quinto piso y se subía por el ascensor. Se caracterizaba, no solo por la música y la diversión, sino también por la forma en que todos los asistentes vestían. Las mujeres lucieron sus minifaldas, otros hermosos trajes. Todo muy formal. Se iba a la diversión, claro, algunos hombres a verse con sus novias y aprovechar la oscuridad para dar muchos besos y caricias.

Era un tiempo en el que cada uno expresaba su personalidad a través de la ropa, y predominaba el respeto y estilo.
Escalante recuerda que se consumía el ron, la cerveza, pero había diversidad de bebidas, para todos los gustos.

— Por ejemplo, los cócteles que vemos hoy en día, con una variedad infinita de sabores y frutas, simplemente no existían en ese entonces. La tendencia era mucho más sencilla y específica: o te tomabas un ron, o disfrutaba de una cuba libre, que era la favorita por muchos, o un whisky a las rocas. La gente venía a la discoteca a bailar, a divertirse, — dice mientras se trata de subir al quinto piso de la edificación pero el personal de limpieza no lo permite. “Ese espacio tiene años cerrado”, dice una mujer que allí labora.

Con respecto a la presencia policial para verificar la edad de los asistentes, porque todos debían ser mayores de 18 años para entrar a estos establecimientos, expresa que era común que la policía hiciera presencia en las llamadas redadas.

La seguridad siempre era un tema presente, y formaba parte del ambiente de aquellos tiempos.

Con el pasar de los años, estos lugares de disfrute desaparecieron. Se conservan sus espacios ocupados para otras cosas.

Hoy en día queda poco rastro de ellos, solo un aviso del nombre “La Conga” en la parte alta del edificio Uribante, bastante desgastado ya por el transcurrir del tiempo, así como la palabra Cosmos, ahora en una especie de cervecería/restaurante popular.

— Barrio Obrero es hoy el epicentro de la vida nocturna de la ciudad. Las avenidas Francisco García de Hevia e Isaías Medina Angarita, por excelencia, son dos arterias maravillosas que han sido íconos en San Cristóbal donde se debería recuperar espacios para la rumba, claro son otros tiempos. Con la transformación de la Quinta Avenida, como parte del Par Vial, se logró, de alguna manera, modernizar el centro de San Cristóbal, y sería muy ideal que en un futuro puedan establecerse centros nocturnos — comenta Escalante.

Quienes vivieron esta época de oro insisten que a medida que se mira hacia el futuro, es esencial recordar y honrar esas noches de rumba.

La avenida Francisco García de Hevia no es solo un lugar físico, es un símbolo valioso de comunidad, de historias compartidas, y de la fuerza de los lazos que unen a la ciudad.
¡Qué viva la rumba!, ¡Qué viva la alegría de la gente!, ¡Qué vivan las noches vibrantes!, noches cargadas para muchas personas de recuerdos de un pasado que no volverá. (Andrea Guerrero/ULA)

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