Freddy Omar Durán
Aunque la cuarentena flexibilizada da pie para que los horarios de ciertos establecimientos se extendieran hasta las 4:00 de la tarde, lo cierto es que ya a las 3:00 pm San Cristóbal vuelve a ser una ciudad fantasma. Todos obedecen la orden de Freddy Bernal, quien indicó que en Táchira se siguen las medidas de cuarentena, es decir, horario laboral de 8:00 am a 2:00 de la tarde.
En comparación con la semana pasada, no se niega, juzgando por el tráfico de personas y vehículos, mayor avivamiento social en sus epicentros productivos; ni una extensión del límite temporal de la jornada laboral y comercial hasta las dos de la tarde, y tal vez un poco más.
Pero, hay un momento en que la misma inquietante soledad de calles y plazas obliga a los ciudadanos a ponerse a buen resguardo, más elocuente que las advertencias por altavoces de los funcionarios de seguridad.
Los más atrevidos son uno que otro vendedor de verdura, y los compradores rezagados que salieron de un reconocido centro comercial donde la cola se hizo muy larga. A última hora, los buhoneros intentan alguna oferta para que la cuasi inexistente clientela afloje los pesos
Si bien es que los puntos de control de la policía seguían funcionando en la tarde, y las rondas se hacen de manera continua, quien se quede merodeando a esas horas lo está haciendo a su cuenta y riesgo, y no han sido poco los reportes de atracos.
Mañana fructífera
Algunos quisieran hacer de esa mañana algo más fructífera, pero todo se vuelve una carrera contra el reloj; con las colas y la falta de transporte como obstáculo principal.
También se trata de salir para enfrentar a un enemigo invisible; -en la aprehensión de muchos, y en el descuido de otros- y en este sentido las condiciones no ayudan pues si bien uno puede hacer gran parte del trayecto en distanciamiento, de alguna u otra manera se cae en una conglomeración; y este se da precisamente porque un gentío se pone de acuerdo para hacer sus gestiones en los mismos lugares, especialmente mercados y bancos, apurado por los estrechos horarios.
Algunos se toman unos minutos para compartir con otros sus impresiones sobre lo que están pasando. Unas voces suenan resignadas, y creen que se está haciendo lo debido; otras esperanzadas de que sencillamente la cuarentena terminará pronto; otras con muchas incertidumbres.
En un banco nos encontramos con Arturo Guillen, que aprovecha su día libre como vigilante para ir al banco, donde solo lo atenderán ese día de la semana, -por lo que él puede leer de un cartel pegado a las afueras de la institución bancaria- y si no aprovecha ese chance, deberá esperar 15 días.
–Arbitrario, radical, ¿qué vamos a hacer? Continuar más nada…-lamenta con resignación Guillén- Se gasta más dinero en esta cuarentena; es imposible conseguir el efectivo. Hay que dedicarse un día completo para obtener apenas lo del pasaje.
–Yo tengo dos tarjeta que tienen dañado el chip y ahora para reclamar por el número de cédula me toca el martes y el jueves. La situación está demasiado precaria. Además uno no sabe cuál agencia trabajará ese día. Eso no lo publican yo acabo de venir a pie desde la Quinta Avenida, a la Concordia. Me toca ir de banco a banco a ver cuál es el que está abierto. Deberían informar eso para no andar uno de sitio en sitio, y gastar del poco tiempo que disponemos –, agregó.
Salir a la calle significa luchar por la supervivencia; y algunos van sin rumbo fijo, precisando un modo de ingresos, ya que las labores naturales a su profesión antes de la cuarentena están paralizadas. Así lo manifestó Ender del Rey, chofer para un expreso que hace viajes hacia otras ciudades del país
–Estamos llevando del bulto todos, sin colores políticos. Imagínese esa grosería que dicen que van a vender la gasolina a precio justo, y aquí al estado Táchira lo tienen marginada. ¿Quién gana en dólares aquí?. Yo soy chofer de transporte extraurbano, y ni siquiera ha salido el gremio a solicitar que los dejen trabajar ¿Con que vamos a alimentar a nuestra familia? Será que el gobierno piensa que con 6 pacas de arroz, con tres harinas y una de lentejas que se va arreglar la alimentación. Pero debería tomar conciencia y dejar trabajar. Yo tengo familiares que son taxistas y no han laborar.
Leonarda Chacón, en edad de jubilada, está de acuerdo con la cuarentena; pero cree que con mejores servicios públicos, la misma sería más soportable
–La salud no espera, –afirma Chacón- la enfermedad no espera. No nos gustan las medidas pero tocó, En cuarentena es precisamente cuando deberían estar más activados los servicios. Donde yo vivo hay gente que está cocinando con leña ¿Qué ha pasado con el gas?. Vivo en Palmar de la Cope, y ya no sabemos a quién acudir. Yo solo acudo a dios.