La contaminación ambiental de los desechos residuales esparcidos por toda la ciudad, es un problema que está preocupando a la población en general porque San Cristóbal quedó sumida en la basura, bajo un inminente riesgo epidémico.
No hay un solo lugar de las principales calles de la ciudad que no tengan el desagradable aspecto de las bolsas de basura, muchas de estas regadas por el accionar de los perros o de los mendigos.
Los malos olores son ya el principal factor de preocupación y con ellos, la aparición de moscas, gusanos y criaderos de roedores que pudieran aumentar el riesgo de una epidemia a en la población.
Sectores abarrotados
La otrora Ciudad de la Cordialidad luce en la actualidad como una de las más abandonadas del país, calles y avenidas céntricas están “adornadas” con las bolsas que se han ido acumulando por días y han formado muros de mugre.
En el sector del paseo Chucho Corrales, en la esquina de la Quinta Avenida, está uno de los ejemplos que cualquier ciudad del mundo nadie quisiera tener: Un promontorio de basura que obliga a los transeúntes a lanzarse a la vía para no tropezar con los desechos.
Se afirma que allí brilla por su ausencia la conciencia ciudadana pues aparentemente los mismos comerciantes sacan a diario sus desechos sin importarles si hay operación de recolección del aseo.
Por el lugar pasa de cuando en cuando, un camión de recolección pero hace días que los mismos cuando lo hace sólo recogen las bolsas, pues el mugre suelto allí queda siendo el foco de contaminación más grande del lugar en pleno centro de la ciudad.
“La vergüenza central”
En la plaza Bolívar, lugar recién restaurado, donde el Gobierno nacional hizo una inversión grande a través de Corpotáchira, tiene en toda la esquina, frente a la puerta del Salón de Lectura lo que muchos llaman la “vergüenza central” pues allí dicen que comerciantes y vendedores ambulantes han encontrado el sitio menos exacto para formar un minivertedero de basura.
A la vista de todos, está la montaña de desechos que, además de que afea la principal plaza de la ciudad, está generando contaminación ya que se comienza a ver como se mueven “bichitos” entre la basura y algunos afirman que en horas de la noche, aparecen roedores del tamaño conejos.
La paza Los Mangos: un depósito
Ya no es la preocupación de los sancristobalenses por la contaminación que pudiera generarse en las principales calles y avenidas de la ciudad, sino que ahora han tomado plazas representativas como la Bolívar y la plaza Los Mangos como depósito de basura.
En la plaza María del Carmen Ramírez, un pequeño pulmón verde enclavado en la montaña del casco central de Barrio Obrero, se observa como la misma falta de conciencia de algunos ciudadanos los ha llevado a depositar allí sus desechos.
Seguramente qué dirán que llevar la basura al lugar les representa quitarse un problema de encima sin importar el daño ambiental que están ocasionando, el problema según vecinos es que no hay autoridad que evite que esto suceda mientras la basura ya está descompuesta generando malos olores que en lo sucesivo pudiera generar cualquier brote de epidemia que en esto tiempos sin medicinas puede ser motivo de consecuencias mayores.
En definitiva, para algunos preocupados pobladores de la Villa de Juan Maldonado, aquella que alguna vez llamaron Ciudad de la Cordialidad, está sin dolientes y sumida en basura mientras las autoridades municipales no dan una respuesta convincente sobre porqué diciembre encontró la ciudad en esta deplorable situación.
Augusto Medina