Un escandaloso y sistemático saqueo se ha cebado sobre el edificio de postgrado de la ULA-Táchira, el cual ha consistido no solo en el reciente robo de 25 computadores de última generación del departamento de Geografía e Historia, sino de gran parte de la papelería –incluidos los expedientes de estudiantes y egresados- y del cableado eléctrico.
Docentes y estudiantes indignados consideraron esta acción delictiva como un duro golpe a las actividades académicas y administrativas de esta área universitaria poniendo en riesgo su continuidad, un mal al que se aúnan la deserción de alumnos y profesores. Sin embargo, la comunidad uletense que protestó este viernes tanta indefensión, se mostró dispuesta y en pie de lucha para afrontar esta, y las demás adversidades que enfrenta la universidad en la actualidad.
Doray Contreras, Coordinadora General de Postgrado, reportó que los robos se han suscitado desde el mes de diciembre del año pasado cuando se sustrajo 900 metros de cableado, -lo que ha dejado a oscuras las instalaciones universitarias- al cual seguiría el hurto de cámaras de seguridad, de brequeras, de material fungible, de papelería, fluorescentes, siendo el más sensible el ocurrido esta semana de 25 computadoras.
“Nuestros estudiantes –afirmó Contreras- se han quedado sin herramientas. Estudiantes y docentes queremos echarle ganas, y aún cuando estamos asfixiados y expuestos a la inseguridad, queremos seguir luchando. Queremos hacer un llamado a los organismos de seguridad, pues los docentes solo estamos entrenados para transmitir conocimientos y valores y no para aprehender delincuentes, ni para ejercer acciones de vigilancia en las noches”.
Agregó Contreras que los vigilantes, los pocos que quedan, le han manifestado que al no contar con linternas y demás material propio de su trabajo, así como estar bajo el imperio de la oscuridad en las noches, no pueden cumplir debidamente sus funciones en el edificio administrativo.
“Desde la administración central en Mérida nos prometieron vigilancia privada; pero esa ofrecimiento no se ha cristalizado, y mientras tanto nosotros seguimos siendo víctimas de esa delincuencia. Nuestro llamado es a la policía nacional o del estado a que hagan rondas”.
Robos inclementes
Para acceder al laboratorio de informática de la carrera de Geografía e Historia en el segundo piso del edificio de Postgrado de la ULA Táchira es necesario al menos franquear tres puertas de seguridad. Solo se pudo corroborar que la reja de acceso directo al área saqueada fue violentada con probablemente una sierra eléctrica que necesitaba de una planta eléctrica –aparatos ambos que producen un enorme ruido- ya que allí no se cuenta con el suministro energético. Según la versión de los testigos, que debe estar manejando en estos momentos el CICPC, el robo se fraguó en una sola tanda, ya fuese la noche del jueves, o la noche de martes para miércoles, por lo que se tuvo que disponer de algún vehículo para el traslado de lo desvalijado, y del concierto de varios delincuentes, lo que nos dice que el crimen no pudo ser cometido de manera subrepticia.
Otro lamentable escenario se ve en la oficina administrativa del Postgrado con un desorden por doquier con gavetas abiertas, o zafadas de sus respectivos muebles, que han sido despojadas de los papeles allí depositados, donde estaban guardados los expedientes de estudiantes y egresados, apenas dejando incólumes algunas carpetas. Con consecuencia de este evento vandálico se va a hacer más complicado dar respuesta a los egresados del 2010 para atrás de su historial académico. Similar desvalijamiento ha sufrido el departamento de la maestría de Lecto-Escritura
Espontáneamente a las afueras del edificio de postragrado profesores y estudiantes levantaron su voz de indignación e improvisaron pancartas ante la ola de inseguridad, de la cual los mismos jóvenes han sido víctimas, especialmente de atracos ocurridos en el Jardín Botánico para despojarlos de sus celulares y tablets.
Freddy Omar Durán