Humberto Contreras
El último día de la semana anterior, el sábado 2 de noviembre -mes de las ánimas, como decían los abuelos de antes-, mostró de nuevo que las restricciones en cuanto al suministro de gasolina, se va acentuando cada día. Las colas en las estaciones de servicio habilitadas por la llamada Mesa de Combustible, se extendieron a plenitud por calles y avenidas en torno a las mismas.
Dimos un recorrido alrededor de las dos estaciones situadas en la parte noreste de la cuidad, como son la bomba en la avenida Los Agustinos, y la de La Machirí. Cada una tenía, a las diez de la mañana, colas de unos 300 carros. Son más de 2 kilómetros. Al comienzo de ellas, o sea, ya próximos a entrar a surtirse, los conductores nos dijeron que tenían más de dos horas y media en la cola. Esa situación, que se vivió tiempo atrás, supuestamente ya había sido superada, pero parece que viene con fuerza justo cuando supuestamente “estamos en Navidad”.
Es un hecho que el número de estaciones habilitadas cada día para prestar el servicio, se ha reducido levemente. Revisando el historial que publica cada día, con excepción del domingo, el órgano responsable del suministro de combustible, podemos apreciar que en los últimos días de octubre, funcionaban entre 13 y 14 estaciones cada día, de las cuales 3 estaban abiertas hasta las 7 pm.
Por citar una fecha, para comparar, específicamente, el marte 22 de octubre, el cartel de la Mesa de Combustible listó 20 estaciones de las cuales 17 atenderían hasta las 6 de la tarde, y tres, hasta las siete de la noche. Pero empezando noviembre, se redujo ese número de puntos de servicio, y por consiguiente las colas se alargaron. Y no solo se trata de las colas larga. También se alarga el tiempo de espera.
El problema más grave, además del impacto social, es que el hecho se convierte en una fuente generadora de bulos, rumores consecuencia de la falta de información oficial que explique a la comunidad la razón de la disminución en la venta del combustible. En varias oportunidades anteriores hemos diligenciado para contactar con la persona responsable de la Mesa de Combustible, y siempre hemos obtenido una respuesta: Esa persona no está autorizada para dar información.
Esta explicación, a la luz del artículo 57 de la Constitución de la República, carece de legalidad, si nos basamos en su texto, que transcribimos a continuación. Artículo 57 in fine, es decir, al final: “Se prohíbe la censura a los funcionarios públicos o funcionarias públicas, para dar cuenta de los asuntos bajo sus responsabilidades”.
Amparados en ese derecho, preguntamos: ¿Por qué la Mesa de Combustible no da información pública sobre la situación que vive el suministro de combustible?