¡Échele cebolla!, ¡échele ajo criollo! ¡Hay guayaba a mil!, ¡hay lechosa a mil!, ¡3 kilos de plátano por 5 mil!, pregonan los vendedores informales en la entrada al Mercado Mayorista de Táriba, un lunes, día del Patio Campesino. Los acentos se mezclan. Hay comerciantes de distintas partes de la región y Venezuela.
El mercado es un centro de acopio de los productos del campo andino, para su distribución. “Desde aquí se surte a toda Venezuela, de frutas, verduras y hortalizas. Hay “ferieros” que llegan para comprar y surtir en Lara, Aragua, Bolívar, Caracas y Sucre”, manifestó Anny González, administradora del lugar.
Aproximadamente, 300 camiones llegan a la semana, y hay 600 locatarios, pero se suman también los vendedores que colocan sus puestos improvisados. El mercado ya no tiene espacio. “Existe la necesidad absoluta de mudarlo”, afirmó González, después de 30 años en los terrenos actuales.
Sostuvo que el crecimiento exponencial del mercado ha provocado un hacinamiento, las construcciones improvisadas y las condiciones del terreno (arcillosos) ya hacen visualizar su movilidad.
“Se ha conversado el tema y se ha planteado, pero todavía no hay nada oficial”, dijo la administradora desde su despacho. Hay un equipo levantando el proyecto.
“Los estudios topográficos están, ya sabemos que el mercado no da para más. Además, estos terrenos son arcillosos y tenemos el problema en la entrada, se está cayendo… nos vamos a tener que mover, es algo inminente. El espacio es insuficiente”, reiteró.
Trastocado por el covid
Los días de radicalización, en los inicios de la pandemia, fueron difíciles para quienes hacen vida en el Mercado Mayorista. “Había temor”, dijo la gerente de estas instalaciones, en donde el covid-19 también cobró la vida de comerciantes.
Sin embargo, afirmó que “las necesidades llevaron a la normalización de sus actividades”. Se trabaja las 24 horas del día, los 7 días de la semana. “La gente está decidida a salir adelante. El mercado no para, aquí hay personas todo el tiempo”.
González observa poco a poco una recuperación de las actividades, que primero fueron trastocadas por la crisis económica y luego por la pandemia. Muchos locales, especialmente de comida y bebidas, así como de la tradicional “bomba”, cerraron.
Aseguró que “se hacen jornadas de desinfección y orientación a los vendedores para el uso de tapaboca y el alcohol”.
“Una máquina
de hacer basura”
En un problema sin fecha de caducidad se ha convertido desde hace tiempo la cantidad de desechos sólidos que se producen diariamente. “El mercado es una máquina de producir basura. No hay un plan de aseo que baste, porque hay mucha”, señaló la administradora.
Dijo que se orienta por medio de charlas educativas al comerciante para la disposición adecuada de los desechos, y con el fin de que se comprometan con el funcionamiento de las instalaciones. “Si el mercado funciona bien, es porque todos estamos contribuyendo. Si no es así, no solo es responsabilidad de la administración o gobierno, es de todos”.
Resaltó que en el área de atrás de las instalaciones se acondicionó un espacio que se había convertido en un basurero. “Ahora se llama ´Patio del milagro´, y allí es una zona de carga” para los distribuidores.
Patio Campesino
El primer día de la semana, sin importar si es flexible o de radicalización, es el más activo. Los vendedores minoristas se apropian de la entrada de las instalaciones con productos frescos a bajo costo.
“El Mercado de Táriba es mayorista por excelencia y viene la gente a comprar a los intermediarios para distribuir, pero los lunes es el Patio Campesino, adonde arriba el ciudadano común para hacer sus compras para su consumo diario”, informó.
“Suele venir gente de todas partes, porque se suele ofrecer obviamente el producto más económico y es un producto fresco”, agregó.
¡Ponte al día con tu local!
La gerencia del mercado desarrolla la campaña denominada “Ponte al día con tu local”, con el fin de persuadir a los locatarios a cumplir con los impuestos y tramitar ante la alcaldía toda su documentación.
“Antes de que cancelen los tributos, se trata es de organizar a la gente para conocer quiénes son los que verdaderamente están, en qué condiciones y si están cumpliendo con la norma o no. Con el objetivo de corregir todo eso”, explicó.
Yuliana Ruiz