Comunista, historiador y maestro, tres condiciones de vida que Temístocles Salazar siempre exhibió con orgullo ante los atentos auditorios que escuchaban sus lecciones de política, historia y vida.
Fue candidato a la gobernación del estado Táchira, dos veces constituyentista, diputado; su encendido carácter polémico se manifestaba en sus intervenciones públicas y en los artículos que por años llevó en Diario La Nación, publicados en su columna “Calvero y sus sueños”; tenía en la intimidad otra faceta, casi contrapuesta, en su retiro del guerrero: la del hombre afable, con candelillas soñadoras en la mirada, dispuesto a sentarse y departir animadamente con cualquiera de los temas que lo apasionaban.
Al margen de su trayectoria política, la de intelectual le había brindado unánime aprobación, proyectada hacia una investigación histórica interesada por los aspectos poco tratados de nuestro pasado tachirense -como el judaísmo, los gitanos y los primeros comunistas-; pero, en especial, por la exaltación del magisterio.
En este sentido, fue uno de los principales responsables de la creación del Museo Pedagógico de la Universidad de los Andes, núcleo Táchira, espacio que en vida se consagró con su nombre; y hoy guarda las fotos y biografías de docentes fundamentales en la formación de varias generaciones de tachirenses en los niveles básico, medio y superior; además, fue coautor del Diccionario de Maestros Táchirenses, en su concepto, el gran legado que dejó para la posteridad.
Los homenajes no le fueron esquivos y los recibió, tanto en el seno mismo del aula mater como en diversos escenarios políticos.
Licenciado en Educación, Universidad Central de Venezuela. Magíster Scientiarum en Historia, mención Historia Económica Contemporánea de Venezuela, y doctor en Historia en la UCV (2005). Cursó estudios, fue fundador de la Cátedra de Historia de la Educación en la carrera de Educación de la ULA-Táchira, del Centro de Investigaciones Histórico-Pedagógicas «Regina Mujica de Velásquez» (1989), y del Grupo de Investigación de Historia de la Educación y Representaciones (HEDURE). Además de ser considerado coautor del Diccionario de Historia de Venezuela, de la Fundación Polar.
Entre sus títulos más reconocidos están: “Eustoquio Gómez, 1868-1935”; “El Socialismo en el Táchira”, “Aspectos Demográficos del Desarrollo Capitalista en el Táchira”, “Las Constituciones del estado Táchira”, “La Petrolia del Táchira”, “Encomienda y Educación Colonial en Venezuela”, “La Universidad es el Hombre”, “Paideia y Demonio en la obra Rómulo Gallegos”, entre otros.
Amplio conocedor de lo mejor de la literatura griega y romana, se contagió del espíritu de los clásicos, que se filtró en su pulida y precisa prosa de sus artículos, libros y ensayos; pero también contagió una faz de su producción literaria, apenas conocida y valorada por un pequeño círculo: la poesía recogida en las antologías como Las Hojas de Persefone, Hefesitadas, y La Levedad de la Rosa, entre otras.
Múltiples fueron las manifestaciones de duelo por parte de colegas universitarios, militantes del partido comunista, representantes de la política, tanto del oficialismo como de la oposición, y por quienes otrora fueran sus estudiantes, y más cercanos amigos, por encima de posturas ideológicas.
La periodista Sebastiana Barráez, a través de sus redes sociales expresó: “se fue mi querido profesor, viajó a la eternidad con su poesía, con su ternura, un político fuera de serie, honesto, un hombre de honor”.
Por su parte, el exgobernador César Pérez Vivas afirmó: “lamento el fallecimiento de una figura histórica del Partido Comunista; a pesar de nuestras distantes posiciones políticas e ideológicas, mantuvimos una amistad”.
Y la ministra Iris Varela, en su cuenta de Twitter escribió: “con profundo dolor me despido de mi amigo, maestro y querido camarada, un hombre íntegro y ejemplar; vayan hasta sus familiares y esposa mis sentidas palabras de solidaridad y pesar por la partida física de nuestro amigo”.
Freddy Omar Durán