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Se refuerzan suelos para contener el muro por la vía hacia El Mirador

19 de junio de 2023

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La hidráulica y el reforzamiento de suelos son medidas de ingeniería para asegurar la durabilidad de una obra. (Foto/ Gustavo Delgado)

Con criterios técnicos que no solo refuercen una de las vías más importantes que dan acceso a San Cristóbal a la zona de frontera, sino que impidan el colapso del muro que la sostiene a largo plazo, se desarrollan los trabajos a la altura de La Alfarería, más arriba del elevado de Puente Real.

Freddy Omar Durán

Era un asunto pendiente luego de que hace poco más de un año se reparara una falla de borde que amenazaba con clausurar definitivamente ese paso por esta carretera.

Le tocaría el turno a un punto que por su crítica situación, pues en pleno inicio de la cuesta recibe gran parte del peso de la montaña, por lo cual ya hace mucho tiempo se construyó un muro ya vencido, en el que cualquiera que pasaba por ahí podía ver por tramos la estructura casi en el aire, dejando un barranco al descubierto.

La obra pública es responsabilidad de Corpotáchira y como explicó Omar Gómez, el ingeniero de campo, que junto al ingeniero residente, Carlos Alfredo Mora, supervisan sus avances, la misma tomará alrededor de dos meses más.

Aunque ya hace tiempo la parte en arreglo fue aislada por sus malas condiciones y el peligro que representaba que de un momento a otro terminara de caerse, o algún vehículo se precipitara por el barranco, la transitabilidad se permite por un solo carril, tanto de bajada como de subida.

Más que rellenar las fallas de borde y colocar asfalto nuevo, se procedió a un trabajo por terrazas, tres para ser más precisos de cinco, tres y tres y medio metro de profundidad.

Con incorporación de material geotextil se refuerza el suelo, de manera tal que se soporte todos los agentes que quebraron y volcaron el muro.

— El geotextil hace que el material que trabaja muy bien en espacios confinados se mantenga así, para no generar ningún esfuerzo al muro que tenemos ahora— afirmó Gómez.

Más que tumbar el muro, se procedió a liberarlo del peso que lo agobiaba, que ahora lo contendrá el relleno que gradualmente se deposita, para asegurar una buena compactación, en una zanja con una extensión de alrededor de 75 metros lineales y un ancho máximo de 7 metros.

—El muro lo han movido varios elementos: el material que tenía no tenía el tratamiento especial para que no le generara presión al muro, que doblaría los pivotes de 15 metros de profundidad, y casi lo tumba por completo. Y eso provocó que el suelo se asentara y participaran otros elementos para hacer más grave el daño, como las aguas— agregó Gómez.

Los ingenieros tuvieron en cuenta no solo la mecánica de los suelos, pues la hidráulica se valoró, al ser ese punto vial receptor de las aguas que libres bajan desde El Mirador. En tal sentido el área reparada será apantallada por un brocal, que desviará las corrientes en descenso.

También se ha contemplado labores de asfaltado 150 metros hacia abajo y 50 metros hacia arriba de las reparaciones.

Está obra genera al menos 15 empleos directos, convocados específicamente para este proyecto, y otros indirectos entre quienes se encargan de asumir labores de traslado de materiales, etc.