Regional

“Si el Gobierno sigue monetizando el déficit difícilmente saldremos de la hiperinflación”

10 de octubre de 2019

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Ocupando todavía el cuadro de deshonor de dos años en hiperinflación, una medida de aumento salarial que pueda tomar el Gobierno, en los próximos días, en nada representaría un cambio positivo a la economía del país, si a este tipo de disposiciones no las acompaña una política monetaria y fiscal sana.

Ese es el parecer del economista Jesús Cacique, quien ofrecerá este 30 de noviembre, en San Cristóbal, una conferencia sobre las perspectivas económicas para Venezuela en el 2020, con especial énfasis en el negocio petrolero, entre otros tópicos.

Pudimos sostener con él una previa entrevista telefónica, en la cual se manejaron cifras que preocupan y que sobre papel tendrían que conllevar medidas urgentes, por parte del Gobierno nacional, para contener una situación que ahoga en sobremanera la capacidad adquisitiva del venezolano.

“El incremento del salario mínimo, en términos totalmente nominales -sostuvo Cacique-, ha quedado totalmente pulverizado por la hiperinflación. Desde el año 1999, hasta abril -cuando se hizo el último anuncio oficial al respecto-, van acumulados 49 incrementos, de los cuales 27 se han presentado durante la gestión del presidente Nicolás Maduro, y 4 de ellos han sido bajo la figura del petro. Si el Gobierno continúa monetizando déficits fiscales, un grueso del mismo perteneciente a Pdvsa, es extremadamente difícil controlar la hiperinflación en estos meses. Se  continúa violando el artículo 320 de la Constitución -donde se le exige al Gobierno nacional evitar la vulnerabilidad económica, e informar debidamente a la Nación de sus decisiones, con el aval de la Asamblea Nacional-. Sin disciplina monetaria y fiscal, cualquier incremento salarial quedará totalmente rezagado”.

Según el economista, el salario mínimo poco o nada sirve de referente a la economía nacional, ya que la empresa privada está cancelando “40 o 30 veces más” ese monto; mientras que el Gobierno tiene una serie de incentivos, como las cajas Clap y los bonos, que a su vez atizan la hiperinflación y solo son reflejo de la indisciplina económica nacional.

“El salario mínimo se calcula multiplicando el precio del barril del petróleo por el tipo de cambio que publica el Banco Central de Venezuela, y eso da el valor del petro, que debería representar medio salario mínimo. En el primer incremento salarial, en agosto de 2018, bajo la figura del petro, el cálculo cuadró perfecto con la metodología; no obstante, en el último aumento el Gobierno no explicó nunca cómo obtuvo ese cálculo, cuando el valor del petro superaba los 300 mil bolívares, no cumpliéndose las expectativas de los agentes económicos. La estratagema ha sido establecer el petro como unidad de valor, y hasta los momentos no cotiza en ninguna exchange del mundo, y en el mundo se transa mayoritariamente con euros y dólares”.

Aseveró el economista que Venezuela está pasando por un periodo de depresión económica, una fase mucho más abismal que la simple recesión económica. Con dos años de hiperinflación, se ha pasado a ocupar un triste top diez, estando en tercer lugar, solo superado por lo ocurrido en Azerbaiyán, entre 1992 y 1995, y Nicaragua entre 1985 y 1991.

En este año, el FMI estima que la caída del PIB en Venezuela va a ser del 35 %, con lo que la contracción económica actual acumulada entre el año 2013 y 2019 sería de un 76,9 %, superado apenas por Ghana, que entre 1982 y 1988 experimentó una contracción económica de 79,5 %.

Economía no dolarizada

¿Podemos hablar de una dolarización de facto de la economía venezolana?

—La economía no está dolarizada. Aproximadamente, entre el 20 y 25 por ciento de las transacciones se pagan en divisas, de resto el poder adquisitivo de la población está reflejado  en bolívares. Si bien es cierto las remesas están en el orden de los 4 mil 200 millones de dólares, eso no significa que la economía está dolarizada, porque el gasto público y el presupuesto público tienen un peso importante en bolívares. Lo que se está dando es un desequilibrio entre quienes reciben dólares por remesas y otros conceptos, y los que reciben solo bolívares descapitalizados.

— Pero hay sectores que insisten en la dolarización como salida…

—Yo no comparto la dolarización; pero para nada. Ahí están los resultados de Ecuador, con alto déficit fiscal y alto endeudamiento. La dolarización no es la panacea de la economía. Cualquier embate adverso de la Reserva Federal puede afectar una economía dolarizada y el banco central pierde la autonomía. Tenemos el caso Ecuador, que reporta dos déficits fiscales. La solución es disciplina fiscal y disciplina monetaria.

¿Pero tú crees que ese mensaje de mayor disciplina fiscal se lo esté transmitiendo el BCV al Gobierno, o ambas partes permanecen sordas y ciegas al respecto?

—El Gobierno está perfectamente informado. En dos oportunidades se le ha notificado que tiene que establecer disciplina fiscal y monetaria, pero se ha convertido en un tema político a la orden del día y el Gobierno no tiene ninguna intención de establecer esas líneas.

¿Y puede seguir cerrado a ella,  aun a costa de lo que estamos viviendo y de lo que está por venir, si no se corrige el rumbo?

—El caso cierto es que el Gobierno tiene un portafolio de medidas que debería establecerlo. No podemos anclarnos en el pasado. Ya sabemos que esta crisis supera a los periodos presidenciales anteriores. Tenemos que vivir el presente, y el Gobierno tiene que establecer unos correctivos al respecto para mejorar la calidad de vida y el poder adquisitivo del venezolano. Hay una serie de propuestas que el Gobierno debería tomar en cuenta para resolver los problemas macroeconómicos que tiene el país, como resolver ese pandemonio que tiene con el tipo de cambio: el BCV parece que está compitiendo con el tipo de cambio paralelo. Se requiere libertad económica; The Fraser Institute acaba de publicar el índice de libertad económica, que está integrado por 162 países, y Venezuela quedó en el último lugar. El riesgo país se disparó en más de 9 mil puntos, lo que hace que a Venezuela le sea imposible emitir deuda en mercados foráneos,  y subsanar un default que tenemos desde el año 2017, de alrededor de los  258 millones de dólares.

— ¿Qué me dices de la expectativa de que las divisas, producto de las remesas, puedan contribuir a estabilizar la economía?

—En absoluto. La persona que recibe algún tipo de divisas apenas le sirve para poder surfear la megacrisis que está viviendo Venezuela.

Freddy Omar Durán

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